“La masa no siempre tiene la razón”

Una reflexión sobre la motivación

Este año cumplí 20. 20 años en el mundo del lujo, 20 años dedicados con toda la ilusión a ocuparme de que la excelencia llegara a mi vida y poder hacer carrera en el arte de atender y recibir. Eso es a lo que me dedico. Recibir y atender. Escuchar y comunicar. Observar y reinventar. Pero sobre todo siempre, siempre, MOTIVAR. La motivación fue la gasolina que siempre inspiró todos mis proyectos.

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Salón del restaurante Louis XV de Alain Ducasse.

Cuando aún estudiaba restauración le pregunté a mi profesor cual era el mejor restaurante del mundo, la respuesta era clara, Louis XV, en Mónaco, Alain Ducasse. Meses más tarde, un amigo estrenaba coche y el rodaje fue a Mónaco. El almuerzo costaba 35.000 de las antiguas pesetas, llevábamos cada uno 40.000 por si había algún imprevisto. Para reunir ese dinero tuve que hacer muchos «bolos», desde discotecas, bares de copas, restaurantes en Montseny los domingos con manteles de papel… puro lujo. El objetivo era claro, había que ver qué era lo mejor del mundo.

El almuerzo fue espectacular. Aún recuerdo aquel carro de panes enorme como un panel, con aquellos deliciosos panecillos de formas únicas, en especial el de maíz en forma de libro… Aprovecho este inciso para remarcar que el primer restaurante español que me fascinó a ese nivel fue Via Veneto y el gran Monje, icono de la clara comprensión de la atención al cliente.

Cuando salí de aquel lugar, me hice una promesa. Yo trabajaría para Ducasse algún día. Y así fue, años más tarde y gracias a Óscar Caballero, tuve la oportunidad de entrevistarme con el mismo Alain Ducasse y su mano derecha en aquel momento, Gerard Margeon. Ducasse era un colegio para niños superdotados. Si querías ser bueno, debías demostrar ser muy bueno. Todas tus cualidades extra como escribir con pluma o hablar más de tres idiomas eran valoraciones para poder estar en el punto de mira y poder ascender. Y, además, ¡en otro idioma y a qué nivel!

Como Christian Laval, uno de los grandes Directores de Ducasse, ahora Director del Dorchester, maestro, amigo y perfecto ejemplo de persona capaz de entender cual es la excelencia en el servicio y la atención al cliente. Christian cuidaba de su equipo y lo motivaba como jamás vi a nadie hacerlo.

Ha pasado el tiempo y cada día estoy más feliz de haber vivido una vida llena de experiencias y haber conocido a tantos maravillosos y únicos personajes que me ayudaron a disfrutar de todo lo que hacía. Cuando comento a mis amigos que podría morir mañana satisfecho de mi vida, se sorprenden. No se dan cuenta de que algunos hemos sido y somos muy afortunados de haber elegido un camino en la vida donde nuestra máxima es hacer lo que queremos y, sobre todo, como lo queremos.

Fiel a mis valores me alejo de comprometerme con nada que no esté cercano a mi propia filosofía y su contenido. Absolutamente libre y eternamente aprendiendo, base esencial para respetar y entender a los demás. Siempre elegí para quién trabajar, y nunca me equivoqué. Con el paso del tiempo la experiencia te da la oportunidad de contagiar este «modus operandum», y es en ese momento que todo tu equipo empieza a entender que lo verdaderamente importante de un proyecto es creer en él, pero para creer hay que argumentar, experimentar y sobre todo motivar.

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Via Veneto, una insígnia del lujo en Barcelona.

La curiosidad ha sido mi gran aliada en este campo. Pero no solo la curiosidad, sino la parte emocional y su lectura científica han sido el conjunto capaz de hacer que  todos mis sueños sean realidad. Esto llegó hace 4 años cuando David Pla se ocupó de aleccionarme en la importancia de crear una buena ‘Arquitectura Emocional’ en tu vida para dar paso a la creación de cualquier proyecto. Un antes y un después. Y el tiempo lo ha demostrado, ahora disfruto observando los excelentes resultados de las enseñanzas de David en todos y cada uno de mis sus proyectos. ‘Arquitectura Emocional’ es esa materia que escondía las respuestas a muchas de mis preguntas durante años.

Desde hace 8 años trabajo para Derby Hotels Collection como Director de RRPP y Comunicación. Siempre agradeceré a Jordi y Montse Clos el darme la oportunidad y confianza de permitirme crear este departamento dentro de su compañía. Una compañía donde todo ha sido creado a imagen y semejanza de la propiedad, donde con mi trabajo, junto al de todo el equipo humano del grupo, hemos conseguido fortalecer una filosofía empresarial creando una sólida estructura que no para de crecer y evolucionar con calidad en todo lo que hacemos. No hablo solo de proyectos, porque también los estamos haciendo, hablo de disfrutar de cómo los hacemos, de sonreír cuando trabajamos, de transformar un problema en un ligero contratiempo, porque somos un equipo y sabemos que en equipo todo es más fácil.

Hace ya unos años uno de los hijos de los Clos, Joaquim, entró a formar parte del equipo directivo, y hace unos meses su hermano Jorge se incorporó al departamento de Imagen y Concepto. No hay nada tan ilusionante y extraordinario como ver que todo lo que hemos organizado ha sido bien trazado y permite que las personas más jóvenes se integren y adapten a esta nueva aventura sumando su energía, vitalidad y fuerza.

Esa «alquimia» entre clásicos y contemporáneos es lo que más me entusiasma en la vida, los proyectos de 360º. Una maravillosa experiencia en la vida es sentirse parte de un equipo humano y plenamente integrado que se apoya, comprende, valora y aúna fuerzas siempre positivizando el valor de todas las acciones y de cada una de las personas.

Afortunadamente, siempre me he preocupado de que todo lo que me rodea sea maravilloso, y así lo será hasta el final. El verdadero lujo no es físico, está dentro de ti. Solo desde aquí se puede entender el lujo. El resto no es más que «NEW RICH MOMENT».

Jamás daría un consejo, como diría Oscar Wilde, ya que representa el abismo de la generosidad; a lo que yo añado que siempre que alguien te da un consejo suele necesitarlo más que tú… por lo que prefiero hablar de compartir experiencias. «La suerte no existe, no es mas que el cuidado minucioso de todos los detalles…»

Que estas líneas sean motivo de reflexión para todos aquellos que piensan que el «recorte» es la solución. Hay algunos que se dedican solo a cortar el pelo, mientras otros se dedican solo a moldearlo… pero es necesario que el trabajo de ambos se desarrolle con un mismo guión. Ésa la clave del éxito. Se puede ser tan artista moldeando como cortando, en la simbiosis de ambos se alcanza la excelencia. Recorte sin motivación es pura ignorancia. Comida para ayer, hambre para hoy y nada para mañana.

El único camino que existe es hacer las cosas bien. Despacio, de manera ordenada. La velocidad llega con el tiempo. Es una cuestión de entrenamiento. Solo quien hace las cosas bien es capaz de adaptarse a todos los tiempos, sin dejarse influenciar por el mensaje social de la masa.

Como diría Rei Kawakubo, «la masa no siempre tiene la razón».