Konnichiwa, Eneko san. El triestrellado chef de Azurmendi aterriza en Tokio

Rosa Rivas

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El chef de Azurmendi Eneko Atxa añade Tokio a su expansión internacional. Desde el 7 de septiembre, Eneko Tokyo se suma a la embajada mundial de chefs europeos (Joel Robuchon, AlainDucasse, Pierre Gagnaire…) que han aterrizado en el inmenso panorama gastronómico de la ciudad japonesa para conquistar el paladar nipón. Con él ya son dos los chefs españoles con tres estrellas Michelin que sientan plaza en la capital de Japón, la metrópoli con más estrellas del mundo. Atxa pretende seducir con la cocina vasca. Carme Ruscalleda ya lleva más de una década triunfando con su cocina mediterránea en Sant Pau Tokyo, donde ha logrado dos estrellas. Quizá Eneko Tokyo siga también esa senda estelar.

Konnichiwa, Eneko san. El triestrellado chef de Azurmendi aterriza en Tokio 0

Eneko Atxa (Bilbao,1977) abre con este restaurante tokiota su tercer espacio bajo el concepto ENEKO. Lo estrenó en 2016 en Londres, con Eneko at One Aldwych, en el corazón de Covent Garden. El segundo de la fórmula Eneko fue en Larrabetzu, su territorio vizcaíno, donde «las manos del artesano esculpen emociones», afirma el chef. Los tres restaurantes comparten una misma filosofía: «Una vuelta al origen con una propuesta actual que no pierde la base de la cocina del chef: sabor y técnica y un mismo objetivo, dar a conocer la cocina vasca de una manera auténtica y actual”.

Eneko Tokyo está ubicado en el barrio de Roppongi, una zona multicultural donde conviven el fiesteo nocturno y los espacios tranquilos, y donde junto a la presencia hostelera internacional (sobre todo en Roppongi Hills) hay templos gastronómicos nipones como Ryugin, de Seiji Yamamoto. El restaurante de Atxa está en un espacio del arquitecto japonés Shigeru Uchida que ha sido renovado por la misma arquitecta diseñadora de Azurmendi, Naia Eguino, quien tradujo a la edificación vizcaína los factores que han hecho del restaurante un ejemplo de mimetismo y diálogo con el paisaje. Azurmendi, rodeado de viñedos para producción de txacolí, con huerto y semillero de plantas,  usa energía geotermal, recicla sus residuos y aprovecha el agua de lluvia. The World’s 50 Best lo premió precisamente en 2013 como mejor restaurante sostenible del mundo.

El interiorismo de Tokyo recuerda al local de Larrabetzu, con un atrio y jardín interior abierto, que proporciona luz natural al comedor. La fachada blanca, con una entrada abierta y llena de vegetación, comunicada mediante una gran cristalera con un moderno bar, dan la bienvenida a los clientes. El comedor situado en la planta de arriba, decorado en madera y con imágenes del fotógrafo bilbaíno Aitor Ortiz, cuenta con una capacidad para 40 comensales. Al fondo, la cocina abierta permite a los comensales apreciar la preparación en directo de cada plato.

El restaurante también dispone de tres salones privados con terraza, para quienes quieran disfrutar de una experiencia más íntima. Y Eneko Tokyo también celebrará banquetes de bodas.

Como jefe de cocina, cuenta con Hitoshi Isojima (en su trayectoria, los restaurantes Queen Alice, Gehinkan, Maihama, Hibiya Palace…). En 2011, entró a formar parte de Prior Corporation, firma con negocios hosteleros bajo la que se engloba el establecimiento del chef español. Eneko Atxa pretende adaptar a su estilo el producto japonés, siguiendo y reflejando -según la tradición culinaria nipona- las cuatro estaciones el año. La propuesta comienza con una cesta de picnic que contiene pequeños aperitivos y que dan paso al resto del menú. Al modo de la casa madre Azurmendi, los aperitivos se ofrecen en el patio exterior y tras su degustación, el comensal continúa en el comedor. La clientela tiene para elegir cuatro menús degustación: al mediodía picnic más cuatro o cinco platos y en la noche, picnic más cinco u ocho platos. Los precios oscilan entre los 5.000 y los 13.000 yenes (41 y 106 euros).

Curiosamente, el chef vasco tiene un nombre mimetizado con la lengua del país donde ahora cocina. Neko es gato en japonés. Al abrir Eneko Tokyo ya ha dado allí su primer zarpazo de sensibilidad culinaria.

Hace unos meses, publicábamos la noticia aquí.