Año récord para el vino

Redacción

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En paralelo a esta caída del consumo, la superficie de cultivo de vid bajó un 20%, al pasar de 1,23 millones de hectáreas a solo 1 millón. Sin embargo, en paralelo a ese recorte, las producciones se incrementaron hasta una media superior a los 40 millones de hectolitros/año. Con el consumo interior en caída libre, los precios a la baja y las bodegas llenas de existencias, los viticultores adoptaron medidas para destinar unos cuatro millones de hectolitros para fabricar mosto y entre seis y siete millones para destilar alcohol.

Esta situación ha experimentado un cambio importante esta campaña. La destilación para alcohol en este ejercicio no llegó a los dos millones de hectolitros y las bodegas han iniciado la vendimia casi vacíos de excedentes. La razón se halla en la exportación.

Según los datos del Observatorio Español del Mercado del Vino, las exportaciones de vino español ascendieron a 20,05 millones de hectolitros entre junio de 2010 y el mismo mes de 2011. Esta cifra supone, en volumen, un incremento del 24,5% en relación con el periodo anterior, y un 16,6% más en concepto de ingresos. Por primera vez se han superado los 2.000 millones de euros. Hace una década, las exportaciones se elevaban a 13,5 millones de hectolitros. Con este volumen, España se coloca como el segundo país más importante en la exportación de vinos, sólo por detrás de Italia -22,3 millones de hectolitros- y muy por delante de los 14 millones de hectolitros de Francia o los 7,8 millones de hectolitros de Australia.

Aunque el vino español se comercializa en más de un centenar de países, en realidad son una docena los que acaparan gran parte de las ventas. En el marco comunitario, las exportaciones más importantes corresponden a Francia, casi 4 millones de hectolitros en el último año, seguida de Alemania (2,8 millones), Portugal (1,6 millones), Reino Unido (1,2 millones) e Italia, con casi 1 millón de hectolitros. De estas ventas, Alemania sería el mejor cliente, ya que predomina el vino envasado, al igual que Reino Unido. Por el contrario, países como Francia o Italia compran más vino a granel, dependiendo de sus propias cosechas, cuyo destino final en los mercados constituye hoy una incógnita.

Fuera de la Unión Europea hay dos tipos de clientes para el vino español. Por un lado están países como EE UU, con un volumen de compras ya de 700.000 hectolitros y con un claro dominio de los vinos de calidad envasados. Por otra parte, se hallan mercados como el ruso, donde el grueso de las exportaciones corresponde a vinos a granel, al igual que sucede en China. El mercado chino ha sido la gran salida de los vinos españoles en el último año, con un aumento de las ventas del 200%, lo que ha situado a España como el primer exportador de graneles a ese país. Desde bodegas como Viña Pedrosa se apunta, sin embargo, que China también se está abriendo a vinos con denominación de origen envasados, aunque por el momento se demandan especialmente los de gama media o baja.

Del valor de los vinos exportados, las partidas más importantes corresponden a Alemania, Reino Unido y EE UU, lo que guarda relación, sobre todo, con el valor del tipo de producto. Un dato significativo es que los 20 millones de hectolitros exportados a todo el mundo, algo más de la mitad corresponden a vinos a granel, sin denominación de origen, cuyas ventas crecieron en el último ejercicio un 38%. Los 2,8 millones de hectolitros de vinos envasados con denominación de origen supusieron un aumento del 7%.

Los precios medios del vino exportado cayeron de 1,11 a 1,04 euros/litro; los graneles, a solo 0,32 euros. En los últimos seis meses, el precio medio bajó hasta 0,97 euros. Irlanda es el país donde el precio medio del vino exportado es más caro, con 3 euros/litro, seguido de Noruega (2,67 euros), EE UU (2,63 euros), Suiza (2,61 euros) y México (2,55 euros).

Uno de los datos más positivos lo constituye la apertura de todo tipo de mercados, con un importante crecimiento, tanto en graneles como en envasados y, sobre todo, la entrada en nuevos países, señala el responsable del Observatorio Español de los Mercados del Vino, Rafael del Rey. La parte negativa es que este crecimiento es posible gracias a la bajada de los precios, señala el responsable de UPA José Manuel Delgado, lo que repercute en el dinero que los viticultores reciben por la uva.

Vendimia con rebajas

La producción de vino esta campaña se situará por debajo de los 40 millones de hectolitros, según los datos manejados por el sector, frente a unas previsiones iniciales de la Administración de 41,5 millones. Esta cosecha supondrá un recorte medio del 5% sobre la campaña pasada, que superó los 41 millones. Los precios han experimentado un ligero repunte en las zonas más excedentarias como consecuencia de unas menores existencias en bodegas por el aumento de las exportaciones.

En Castilla-La Mancha, con 436.000 hectáreas -el 45% de la superficie nacional dedicada al vino-, las previsiones iniciales de unos 22 millones de hectolitros se han rebajado a unos 19 millones. Este recorte en la producción se ha debido fundamentalmente a la existencia de enfermedades como el mildiu en algunas zonas. En medios agrarios se achaca su desarrollo a la falta de tratamientos por parte de los viticultores ante los bajos precios cobrados por la uva la campaña pasada y su falta de rentabilidad. Este año, los precios han experimentado un ligero aumento con cotizaciones mínimas de entre 0,18 y 0,20 euros/kilo.

En otras zonas productoras importantes, como La Rioja, la producción estimada se acerca a los 400 millones de kilos de uva. Los precios en la denominación de origen se mantienen bajos para la zona, con cifras entre los 0,40 y los 0,45 euros kilo. En Ribera de Duero, la cosecha se espera buena en volumen, con unos 90 millones de kilos, y unos precios medios en torno a los 0,80 euros/kilo, así como en calidad, que se estima excelente.

Fuente: Vidal Maté, «El País».