Burgos reconoce que llama "chacolí" a su vino para aprovecharse de la experiencia vasca

Redacción

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El txakoli está en el punto de mira. El mimo y el afán de superación de los productores vascos han convertido a este vino blanco en uno de los acompañamientos más adecuados y exquisitos para la degustación de pescados y mariscos. Nada queda de aquel txakoli que se dejaba en el vaso por su sabor ácido. Orgullo para los productores vascos. Ahora, el nuevo oro tiene enfrentados a vascos, burgaleses y cántabros. Los productores vecinos quieren sumarse al carro del negocio y reconocen abiertamente que en la producción de su chacolí existen vías de negocio que están dispuestos a trabajar y a sacar adelante. «Nuestro vino no es bueno. Tenemos mucho por hacer y aprender. En Burgos apenas existen 60 productores de chacolí, pero podemos sacarle rendimiento si seguimos estudiando y mejorando el producto», afirman desde la Diputación de Burgos.

La guerra está servida. La gota que ha colmado el vaso ha sido la aprobación, por parte de la Diputación de Burgos, de una propuesta para «la defensa del chacolí de Burgos en todas las instancias en las que se intente el blindaje del término», relató con contundencia a este periodico Borja Suárez Pedrosa, portavoz del Grupo Popular de la Diputación Provincial de Burgos.

Los productores vascos se suben por las parras por el interés suscitado entre los productores vecinos «ahora, cuando el txakoli es un vino con prestigio y con calidad que gusta a los clientes», afirma Antxon Txapartegi, secretario de la Denominación de Origen de Txakoli de Bizkaia. Una cuestión que para los productores vascos no es más que mero «oportunismo y no una cuestión histórica».

Hoy, las tres Denominaciones de Origen (Bizkaia, Araba y Getaria) se reúnen con el Departamento de Agricultura del Gobierno vasco para acordar cuáles deben de ser los pasos y las acciones para proteger los términos txakoli, chacolí, txakolin, chacolín y txakoina, de manera que fuera de Euskadi no pueda utilizarse esta denominación para ningún otro vino.

«No se puede ofrecer al cliente un vino que no sea txakoli de verdad. Sería engañar al consumidor», afirman con contundencia. Los productores de Burgos y Cantabria, por contra, dicen que su intención no es engañar a nadie. «Nuestro chacolí será diferente».

Burgos y Cantabria se aferran a que el término chacolí se asigna a un vino de hace cientos de años y que también les pertenece «por cultura e historia». Por lo tanto, no están dispuestos a perderlo. Mientras, los vascos no están por la labor de que los productores vecinos se aprovechen de todo lo que han conseguido.

Respaldo político La disputa viene de lejos y ha llegado a debatirse hasta en el Congreso de los Diputados. Tal y como adelantó DEIA, el PNV pidió en octubre en Madrid proteger la Denominación de Origen del txakoli. Una propuesta que contó con el respaldo de todos y cada uno de los partidos representados. La noticia fue recibida con satisfacción en las correspondientes Denominación de Origen vascas. Hasta ahora, Euskadi ha logrado el respaldo de las Juntas Generales de Araba, Gipuzkoa, Parlamento Vasco y Gobierno de Madrid mediante una proposición no de ley, presentada por el Grupo Vasco y aprobada en la comisión de Medio Ambiente, Rural y Marino del Congreso de los Diputados. Únicamente, las Juntas Generales de Bizkaia no aprobaron la petición, con los votos en contra de PSE, PP y Grupo Mixto, que no respaldaron una propuesta presentada por los jeltzales vizcainos. Un «golpe bajo» para los productores vascos a los que no les sentó «nada bien» el rechazo de los representantes políticos vizcainos.

«Después nos hemos reunido con cada uno de los partidos y han reconocido que se han equivocado y que entienden nuestra preocupación y el interés por blindar el término txakoli», explicaron desde el Consejo Regulador. Pero la Diputación de Burgos ha abierto un nueva brecha en la defensa vasca del término.

El final de la polémica, incierta. Por un lado, están la Denominación de Origen del txakoli vascas que defienden sus intereses más allá de las fronteras de Euskadi y no están dispuestas a que ni burgaleses ni cántabros «se suban al carro de un negocio que funciona; no les vamos a dejar que se aprovechen de un producto de calidad que ha costado mucho trabajo sacarlo adelante», afirma Antxon Txapartegi, secretario de la Denominación de Origen del Txakoli de Bizkaia.

Por otro, los productores de Burgos que quieren impulsar la producción de este vino, que se elabora en tierras burgalesas, desde el siglo XVIII, según un estudio especializado. Y por último, los cántabros, que tampoco están dispuestos a perder terreno en esta cosecha «con futuro», y que aseguran que su chacolí se «elabora con las mismas uvas que el txakoli producido en Euskadi».

Un mal trago para unos y otros. Pese al mal sabor de boca que está dejando esta polémica ninguna de las partes tiene intención de pagar la ronda. Para los vascos no hay duda: «El txakoli es vasco, ni de Burgos, ni de Cantabria». Sus argumentos para oponerse al chacolí van desde el tipo de uva al de suelo y el clima, y todos terminan en una idea: todos son vinos blancos, pero son diferentes.

Lo cierto es que entre sorbo y sorbo los productores de chacolí de Burgos no tienen ningún problema en reconocer el «buen trabajo» realizado por los productores vecinos durante años, así como la excepcional calidad del vino que han conseguido. «Nos vamos a aprovechar de la experiencia. Lo han hecho muy bien, pero nosotros también tenemos un vino que se llama chacolí al que le podemos sacar partido. Para nada es igual. Tendrá otro sabor, aroma», aseguran. Pero no se quedan ahí. Además, hablan abiertamente de si intención de generar riqueza con el chacolí. «La administración pública debe de defender su patrimonio y nosotros vamos a trabajar por preservar nuestro chacolí. Respetamos su Denominación de Origen, pero nosotros también tenemos un vino que se llama así y consideramos intolerable que quieran que renunciemos», concluyen.

Fuente: «Deia»