Carpaccio “Transformers”

CARPACCIO / RÚCULA / MASCARPONE / PIÑONES

Al igual que a muchos de vosotros, me apasionan los mercados municipales; además, en Barcelona tenemos la suerte de tener ni más ni menos que 39. Y el que más me gusta de todos ellos, y que más suelo citar, es el mercado de La Boqueria. Pasear, “bichear” por él, es un verdadero lujo a la vez que una gran ayuda para la inspiración.

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Carpaccio «Transformers»

Pero no siempre hay tiempo de ir y no hay que olvidar que también es indispensable para la compra del hogar visitar grandes supermercados: uno de los que ahora está en boca de muchos ciudadanos es Mercadona.  Allí compré un producto fácil como es el carpaccio laminado, con una relación calidad-precio correcta y con el que, además, se puede ser un poco creativo y hacer un plato de sábado sabadote.

La idea es utilizar las láminas de ternera en crudo igual que en el mítico carpaccio; pero en este caso haciendo ravioli con ellas como pasta. Para el relleno usaremos el mascarpone, que en esta ocasión mezclaremos con un poco de pasta de piñones. Ésta la podemos hacer tal y como he explicado otras veces, o comprar la línea Home Chefs, una iniciativa de Quico Sosa que permite comprar en dosis pequeñas ciertos productos de la alta gastronomía on line. Interesante opción, porque hasta ahora era imposible comprar estos productos para casa.

Colocaremos los ravioli en un plato llano, por encima los piñones tostados troceados y aliñaremos con pimienta, sal y aceite de oliva virgen. Pondremos también un poco de rúcula y acabaremos con un toque de pasta de piñones.

Más sobre el carpaccio

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Una reinterpretación del caropaccio que inventó Giuseppe Cipriano

Parece ser que el origen del carpaccio se encuentra en el mítico Harry’s Bar de Venecia, en una noche de los años 30 del siglo XX. Se dice que fue una creación de Giuseppe Cipriano a petición de una clienta, condesa por cierto, de última hora, cuando ya la cocina estaba cerrada y a quien su médico le había prescrito comer carne cruda. Cipriano abrió la cámara, sacó una pieza de solomillo de buey congelada que cortó y aliñó con mahonesa aderezada con mostaza y salsa Perrins… El nombre del plato se le ocurrió al momento a Cipriani dada su similitud cromática con las obras del pintor Vittore Carpaccio, que en aquel momento exponía en Venecia.