Dani García: el duende de la contradicción - Fernando Huidobro

Fernando Huidobro

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A pesar de su mocedad, Dani García Reinado, tiene ya demostrado que posee dentro de sí, en su estructura personal, todos los recursos internos para llegar a ser un sabio de la cocina. Por eso precisamente, aunque pudiera parecer un contrasentido, no para de ejercitarse. Su avisada naturaleza y su olfato le dicen que la perfección no existe y por eso precisamente el único camino escogido es el de volcar toda su energía en tratar de alcanzar ese imposible. Esa es su contradicción. Así llama él a su cocinación: Cocina Contradicción.

Porque la suya es una cocina con tradición proyectada hacia el futuro, cercana pero de altura, cálida pero húmeda como la calima, de una juventud instintiva que resquebraja sin romper la anciana culinaria con suavidad de mano firme. Porque él es chile con miel, lobezno con piel de cabrito lechal malagueño, cociéndose paciente a baja temperatura en el jugo de su sagaz, serio y tierno carácter, pero sin perder por ello ni un ápice de su valía esencial. Un autocrítico laico enganchado fervorosamente a la religión de la cocina. Un colgado faisandé que se pudre de cocina de la realidad inmediata más viva y fresca.

Por eso se ha ganado un lugar entre los sobresalientes, por eso su personalidad atrae por igual a la fémina adulta comunitaria y televisora que al joven macho individualista e internauta. Por eso aparece entre los 100 personajes destacables del 2009 destacados por el dominical de El País y ensalzado por Ferrán Adría como «el creador de la cocina andaluza contemporánea».

Inteligencia natural y emocional, técnica y creatividad, capricho y fundamento, respeto y don de mando, mesura desbordante, madurez prematura y ambición sana son las contradictorias dotes del alma de este torero de cocina con apellido de crack brasileño del Camp Nou, que juega con su equipo del Calima en la liga de «los grandes del mundo».

Su capacidad emprendedora reúne las cuatro habilidades de todo negocio con futuro: vista de águila, paso de buey, diente de lobo y, de vez en cuando, hacerse el bobo. De ellas salen sus Moragas, de su voluntad y empeño las que están por venir. De todo ello en su conjunto, el éxito. En tiempos de crisis hay que apostar por valores seguros. Dani lo es, seguro.