El bar Snooker aspira al Guiness de lo licores - Redacción

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Reproducimos el artículo publicado hoy por Imma Fernández en El Periódico de Catalunya.

Nicolás Pasielo, en el bar Snooker, en cuyas pardes lucen 1.800 botellas de whisky y otras mil de otros licores
Nicolás Pasielo, en el bar Snooker, en cuyas pardes lucen 1.800 botellas de whisky y otras mil de otros licores

Juega al billar y colecciona whiskys, pero ni los huele. Y probarlos, mucho menos. Nicolás Pasielo, propietario del bar Snooker, aspira a entrar en el libro de los récords Guinness por tener en su local de Roger de Llúria la mayor colección de licores expuesta en un bar. «Seguro que el año que viene me lo darán, no hay ningún local en el mundo que tenga tantas botellas de colección. Hay un portugués que tiene unas 12.000 pero cobra entrada, es un museo», informa el empresario.

Los números cantan: 1.800 referencias de whiskys, 120 de ginebra, 230 de vodka, 120 tequilas y 480 botellas de ron. Algunas, con precios de impacto. Recientemente ha adquirido su más preciada joya: el whisky más caro del mundo: The Dalmore Oculus, que vio la luz tras pasar 58 años en barrica y ha alcanzado en subasta la cifra de 30.000 euros. Él y el propietario del restaurante Sanabrés, también en Barcelona, han adquirido las dos únicas botellas vendidas en España, de las 30 que se pusieron en circulación, a unos 16.000 euros.

A Pasielo -un «catalán» nacido en Uruguay- le dio por coleccionar licores por imitación. Todo empezó cuando trabajaba lavando platos en la coctelería Kahala, hoy también propiedad suya. «El encargado pedía a sus clientes que le trajeraN botellas cuando iban de viaje y tenía muchas». Ahora es él quien atesora los codiciados brebajes. Las paredes del Snooker -local premiado por su diseño de Carles Riart- visten muy elegantes repletas de estanterías con licores ámbar. Hay a la vista unos 800.000 euros, calcula a ojo su dueño.

Envase de Alexander McQueen

«Los españoles no tienen tanta afición a este coleccionismo como los coreanos, estadounidenses, indios…», explica. «Es un buen negocio. Con el tiempo las botellas se revalorizan». Y algunas disparan su precio inicial, como la que diseñó Alexander McQueen, fallecido en febrero. «Ahora esta botella vale un pastón», señala mostrando el valioso y colorista envase. De otro whisky muy codiciado, The Balverie 50 años, tasado en unos 24.000 euros, se hicieron 83 botellas. Una es suya y, cuenta el empresario, ya solo quedan 82. El magnate ruso Roman Abramovich, propietario del Chelsea, se bebió una cuando su equipo ganó la liga inglesa. «Yo, como no me toque la lotería, no las abro», apostilla Pasielo.