Barcelona y su cocina, gran reclamo para el turista gastronómico - Redacción

Redacción

|

Reproducimos el artículo publicado hoy por Josep Maria Ureta en El Periódico de Catalunya.

A mediados de agosto del 2007, una agencia californiana especializada en organizar vacaciones de famosos se puso en contacto con Juli Soler, copropietario del Bulli, para una propuesta difícil de atender. Un cliente de Hollywood quería cenar en El Bulli unos días después. Con su arte malabar para mover el máximo de 50 sillas por noche, Soler atendió la solicitud. Se trataba de James L. Brooks, cineasta y productor de la serie Los Simpson. Vino, cenó y se volvió a Los Ángeles en tres días. De aquella experiencia («nadie puede prepararte para lo que vas a sentir») nació un hito más en la extensa biografía de Ferran Adrià. Unos meses después, Matt Groening, el dibujante de la serie, adaptó el rostro de Adrià a la imagen de los Simpson, perfil que acabó siendo portada de un libro sobre cocina del director de la Tate Modern, Vicente Todolí, y del creador del pop art, Richard Hamilton.

Segunda historia. En junio, la actriz Gwyneth Paltrow recomienda en su página de internet: «El Sant Pau de Carme Ruscalleda en San Pol de Mar, un cálido pueblo de mar [redundancia comprensible por estar escrito en inglés], está un poco a las afueras de Barcelona, pero resulta una excelente excursión de un día». Hace 15 días, este diario recogió las andanzas de la misma protagonista de Shakespeare in love por varios bares de tapas de Barcelona, acompañada de Michael Stipe (cantante de R.E.M) mientras rodaban un documental.

Destino gastronómico

Cosas de famosos que alimentan la autoestima local. Pero, ¿cuánto hay de cierto en que Catalunya es destino de turismo gastronómico? Mejor dicho, ¿cuánto mide ese segmento? Eso se calcula sobre gente desconocida, amante de la gastronomía y que ha convertido su afición en objetivo primero y no secundario para visitar Catalunya. Carme Ruscalleda dice que lo viene comprobando desde hace 10 años. En El Celler de Can Roca (Girona) dan un ejemplo entendedor: «Si vienes esta noche verás a un grupo de holandeses que también cenaron ayer. Vienen cada seis meses».

Base hay para que se pueda hablar, más de futuro que de presente, para que cuaje la oferta de turismo gastronómico -no equivalente a sibarita-en Catalunya. Hay, al menos, dos datos que juegan a favor. Uno, cuyo mérito aún no se ha reconocido con suficiencia, que aquí existe una excelente producción de materia prima, sea agraria, ganadera o de pesca. No habría tanta estrella Michelin si los cocineros que corren el mundial de fórmula 1 de la cocina no dispusieran de materia prima de alta calidad. No en vano, también es en Catalunya donde se ha forjado una industria agroalimentaria de primer nivel, autóctona (Agrolimen, Borges, Nutrexpa) y global (Danone, Nestlé).

El segundo aspecto que permite perfilar un futuro turismo gastronómico es la atracción mundial de Barcelona, visto desde la óptica de profesionales, no de la extensión del turismo de baja exigencia que practica la triple S inglesa (sol, arena y sexo). Son los congresos de ejecutivos (telefonía móvil) o de profesionales (estos días, los cardiólogos). La estrategia hotelera de colocar a algunos genios del fogón en sus restaurantes (Fermí Puig, en el Majestic, el más emblemático) facilita que quien viene por trabajo regrese por placer.

Clásicos del cine

Hay algunas experiencias en marcha que apuntan a ese posible turismo gastronómico. Quizá el más comprensible es el que impulsa el sector vitivinícola y no tan solo en el Penedés o Priorat. Otra vez los clásicos del cine marcan la pauta. En el 2004 se estrenó Entre copas, una road movie que transcurre entre viñedos de California. A los pocos meses del estreno, la oficina de turismo del valle de Santa Inés, donde transcurre la trama, había vendido más de 10.000 mapas.

¿Suficientes longanizas para atar al nuevo perro de atracción turística? Uno de los que más sabe -y que nunca pierde el sentido crítico–, Ferran Adrià, avisa de que nada está hecho. A finales de julio le vimos proclamarlo ante José Luis Rodríguez Zapatero. El maestro tecnoemocional barrunta un nuevo proyecto, que plantará raíces en Esade: queda mucho por recorrer para vender bien la imagen de España en el extranjero.»Hacer que el tapeo sea considerado una forma de vida», resume. Lo dice un sabio, admirador de la cocina china, de donde procede el proverbio: «Si lo has entendido todo, es que te falta información».