Francia despliega en Madrid su poderío gastronómico

Redacción

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Durante muchos años decir alta cocina era decir Francia, pero con la crisis y el despegue gastronómico de otros países como España, Perú o los nórdicos, la patria de Alain Ducasse o Paul Bocusse ha aguzado el ingenio y desembarca ahora en España con su campaña global «So French. So Good».

El espectacular despliegue de productos franceses ha llamado este año la atención de profesionales de la industria y periodistas en el XXV Salón de Gourmets, donde la oferta culinaria gala ocupa casi 500 metros cuadrados, un 15 % más que el año pasado, con 35 empresas de alimentación presentes y demostraciones de cocina en directo.

Champán, repostería, pan, bollos, confitería, ostras, caviar de Aquitania y, cómo no, vino, quesos y patés muestran su mejor cara a los visitantes dentro de una campaña que se inició en febrero en Japón y que busca aprovechar el tirón del nombramiento de la cocina francesa como patrimonio inmaterial de la humanidad por la UNESCO en noviembre del 2010.

«No hemos venido aquí a dar lecciones porque tenemos muchos puntos en común en cuanto a gastronomía. España es muy activa en exportación y Francia no puede dormirse en los laureles», ha afirmado en rueda de prensa el secretario de Estado de Comercio Exterior francés, Pierre Lellouche.

En España operan 200.000 empresas del país vecino que dan trabajo a 400.000 empleados españoles, dentro de un sector que mueve 6.000 millones de euros en intercambios agroalimentarios, ha señalado.

De los 1.600 expositores del Salón de Gourmets 100 son franceses, ha dicho Lellouche, quien ha reconocido que a pesar del espaldarazo dado a la cocina gala por la UNESCO, «tenemos que vender mejor nuestros productos».

Francia llevará por todo el mundo esta campaña que resalta su «arte de vifir» (joie de vivre) y los valores de su gastronomía, comenzando por sus embajadas, donde el 14 de julio, fiesta nacional del país, tendrán lugar festivales culinarios con algunos de los grandes chef franceses.

Lellouche ha insistido en la necesidad de que España y Francia aúnen esfuerzos en los mercados internacionales y ante organismos como la Organización Mundial del Comercio o el Mercosur como exponentes de «una agricultura de calidad», con pequeñas empresas artesanas que permiten conocer la procedencia exacta de los productos.

«Es eso lo que debemos proteger», ha dicho el responsable francés, quien ha confiado en la posibilidad de plantar cara de esta forma a las exportaciones masivas de carnes «hormonadas o clonadas» por parte de otros países.