El prestigioso chef barcelonés quiere unificar esfuerzos y controlar gastos
Este próximo sábado se servirá la última cena de la mano de Carles Gaig en el restaurante Gaig que posee en el céntrico hotel Cram de Barcelona. El cocinero se lleva su propuesta más creativa a la Fonda Gaig que nació en el año 2008. Este restaurante pasa de esta forma a ofrecer dos tipos de propuestas culinarias en un mismo espacio.
Fonda Gaig cerrará momentáneamente sus puertas este domingo para volver después de Semana Santa con un nuevo aspecto. Se renovará la totalidad del actual local de la calle Córcega, «potenciando el espacio de cocina y haciendo más confortable la sala» con una reducción de mesas (de 30 a 25), según ha explicado el chef a 7Caníbales. Todo el equipo humano del gastronómico Gaig se incorporará a la nueva Fonda. El comensal podrá elegir entre las tradicionales recetas del clásico restaurante o el menú gastronómico con la filosofía traída del hotel Cram.
«Queremos unificar esfuerzos y controlar gastos» cuenta Gaig, cocinero que lleva en el negocio desde los años 70. Su interés por unir tradición e innovación transformó el histórico negocio familiar ubicado en el barrio de Horta en el restaurante Gaig Restaurant, galardonado con una estrella Michelin en 1993. En el 2004 su mujer y él trasladaron el negocio, con el nombre de Gaig, a un espacio ubicado al hotel Cram en el Eixample barcelonés donde han ofrecido hasta el momento una fusión de cocina de mercado y vanguardia. En marzo del 2008 abren Fonda Gaig con el objetivo de ofrecer cocina catalana tradicional. Ahora, años más tarde, la Fonda recuperará los orígenes del establecimiento familiar de Horta donde ya se fundían tradición y creatividad.