Granja Elena, el Tomás de Sarrià y En Ville, Premios Barcelona Restauració 2018

David Salvador

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El local de las bravas más famosas de la ciudad, el que representa como pocos la alta cocina de barrio y una decorativa y buena opción celíaca en el centro de Barcelona. O, lo que es lo mismo, Granja Elena, el Tomás de Sarrià y En Ville han sido reconocidos este lunes en la Antigua Fàbrica Damm como ganadores de los Premios Barcelona Restauració 2018. Es la segunda edición de unos galardones que “hacen ciudad, que valoran el trabajo y el esfuerzo de la restauración en la ciudad, un puntal de nuestra economía pero, sobre, todo, un puntal en la formación de tejido social de Barcelona. Nuestra genuina red social”.

Los ganadores de los II Premios Barcelona Restauració
Los ganadores de los II Premios Barcelona Restauració

El coordinador de Restauración del Ayuntamiento y promotor de los premios, Manel Vàzquez, hablaba tras la entrega con propios y extraños, con políticos y encargados de establecimientos con años de vida en la ciudad “cuyas propuestas son ejemplares; se les debía poner en valor”. Y para esto sirven estos premios, las Estrellas Michelin del barrio. Así se palmaba en las caras y nervios de los nominados, que repetían frases que se entienden como“orgullo” o “espaldarazo para seguir adelante”. La magia de los premios locales.

Pareciera que no lo debiera estar pero estaba Antonio Betorz. Al frente del archiconocido Bar Tomás de Sarrià, subía al estrado con nervios y ganas de agradecer a su barrio el premio. “Gracias Sarrià”. Según la organización, y según toda la ciudad seguramente, el premio recaía porque “sus patatas bravas son patrimonio del distrito y de la ciudad”. El aplauso fue general. El Tomás tiene oficio.

A Guillermo y Borja Sierra, de Granja Elena, el restaurante familiar de la Zona Franca “que elabora alta cocina de barrio hecha como tota la vida, y con imaginación e implantando técnicas actuales”, también se les humedecían los ojos tras agradecer el premio y dedicarlo a sus padres, “los que apostaron por un local hace años en Zona Franca, cuando aquello no era aún ni Barcelona”.

Menos habituado al relieve mediático se mostraba David Pelegero, de En Ville, galardonado “por dar una respuesta a una necesidad nutricional con una carta apta en un 100% para celíacos”. “Nuestros hijos son celiacos y hemos hecho un local -con todas las dificultades de librarlo de trazas- donde querríamos ir como clientes”, explicaba. En Ville fue el ganador en la categoría “Local notorio o innovador”, una de las tres en las que están divididos los galardones. Las otras dos, “Calidad gastronómica” (Granja Elena) e “Integración en el barrio” (Tomás).

Tres categorías “suficientemente amplias para que quepa todo el mundo”, en las que han llegado a la final hasta 30 locales escogidos por los distritos (uno por categoría y distrito) y votados finalmente por un jurado profesional. Para participar no hay límite de precio de minuta, pero “no estamos buscando aquellos bares que ya tienen otros galardones. Queremos restauración de barrio”, explicaban sus promotores.

Foto de familia de los nominados a los II Premios Barcelona Restauració
Foto de familia de los nominados a los II Premios Barcelona Restauració

Homenaje a Can Recasens

Tras consagrar a Granja Elena, el Tomàs de Sarrià y En Ville, este año los premios han contado como novedad con una categoría especial, un reconocimiento a toda una vida dedicada a la restauración en la ciudad que ha caído en Can Recasens. “Un restaurante de 113 años de trayectoria, que debe ser valorado por su contribución a la gastronomía del barrio del Poble Nou”.

Los nominados a esta segunda edición de los Premios Barcelona Restauració han sido, según orden de categorías, Robadora, L’Òstia y En Ville, en Ciutat Vella; Agust Gastrobar, Casa Dorita y Artte, en el Eixample; Granja Elena, El Petit Montjuïc y La Porca, en Sants-Montjuïc; Rabbar, L’Escopinya i El Cuco y Metric Market, en Les Corts; Vivanda, El Tomàs de Sarrià y Bodega Pàdua, en Sarrià-Sant Gervasi; Roig Robí, La Pepita y Garden Pizza, en Gracia; Ginés, Las Delicias del Carmelo y Marticoffee, en Horta-Guinardó; L’Hostalet, La Forquilla y La Cholita, en Nou Barris; El Palomo Cojo, Can Pere Tapes y Medina, en Sant Andreu, y Els Pescadors, Can Recasens y La Clotenca, en Sant Martí.

Unos galardones con base y sorpresas futuras

Los Premios Barcelona Restauració nacieron en 2016 en una medida de gobierno del Consistorio barcelonés para reconocer el trabajo de los restauradores de la ciudad, la de un sector con cerca de 10.000 establecimientos y 67.000 trabajadores, que el año pasado consagraron a los restaurantes Mala Hierba, Cinco Hermanos y Bendita Helena.

Nacieron y son territoriales, de toda la ciudad, como el fruto de un proyecto colaborativo entre entidades. Las candidaturas han sido seleccionadas por los distritos de la ciudad en colaboración con las asociaciones de comerciantes y vecinos de barrio, así como con los gremios sectoriales. De ese listado, ha sido un jurado formado por profesionales presididos por el concejal de Comercio quien ha decidido a los ganadores. En esta edición, ha estado formado por el presidente del Gremi de Restauració de Barcelona, Pere Chias; la directora de Barcelona Centre del Disseny, Isabel Roig; la consultora externa y directora del HIP, Eva Ballarín; el presidente de Barcelona Restaurantes Sostenibles, Sergio Gil; el gerente del Insitut Municipal de Mercats, Màxim López, y Yolanda Casternado, en representación de los paradistas de los mercados municipales de la ciudad, además del propio Vàzquez.

Según explicaron, de cara al año que viene, se está barajando la inclusión de otra categoría que tendrá que ver con la sostenibilidad, pilar de las políticas del Ayuntamiento barcelonés en los últimos años. Todos brindaron después con cerveza, y cava. Y se retiraron pronto. Muchos de los nominados no tendrán brigada que les subsituya una noche. La restauración que mueve Barcelona.