Aprovechar el espacio digital y las aplicaciones de las redes sociales para comunicar con eficacia sobre gastronomía. Es el objetivo que plantea el curso ‘Comunicación gastronómica: marcas, eventos y nuevas estrategias 2.0’ que ayer impartió el profesor José Luis Orihuela Colliva a sus alumnos.
El especialista destacó la función de preinscripción social que realizan las comunidades digitales y que, según su opinión, mejoran la calidad comunicativa en todos los ámbitos. También en el de la gastronomía, especialidad que le trae a los cursos de verano de la UNIA. “Antes para conocer la calidad de un restaurante, por ejemplo, acudías las guías. Ahora, gracias a la redes sociales, tus amigos te asesoran convirtiéndose en un sistema de filtrado con mayor credibilidad y veracidad. Es tu comunidad la mejor recomendación social”, adelantó Orihuela en el comienzo de su comparecencia ante los medios de comunicación, titulada “Comunicación gastronómica en medios sociales”.
Así, el investigador ensalzó las ventajas que suponen las herramientas digitales 2.0 para que las pequeñas empresas relacionadas con el mundo de la alimentación promocionen de manera gratuita sus servicios. “Es cierto que no cuesta dinero emplear estas nuevas técnicas, pero sí que requieren mantenimiento para que sigan funcionando”, matizó.
Si bien las comunidades sociales mejoran la capacidad de difusión de cualquier compañía, Orihuela recomendó que no olviden el espacio físico, es decir, que a la hora de promocionar sus productos sigan utilizando los formatos tradicionales. “Las ferias y los mercados del mundo no digital van a tener todavía importancia para las marcas”, aseguró el profesor. De manera que abogó por una estrategia comunicativa que integre los medios sociales de masas con las fórmulas propias del espacio físico. “Si los clientes de una determinada empresa son bien atendidos, pasarán a ser prescriptores de la compañía”, detalló para revelar la importancia que pasa a tener la audiencia en el éxito de un negocio porque el testimonio del público es “vital”.
En la misma línea, el investigador explicó la eficacia que tienen las redes sociales para lograr fidelizar consumidores. “Cuando un restaurante logra que las opiniones positivas de su público se propaguen en la red, incrementa proporcionalmente sus clientes”, explicó Orihuela. Además, aseguró que, a largo plazo, esta comunicación es más efectiva que la convencional o física porque añade un componente emocional que consolida el vínculo afectivo entre los interlocutores.
Acerca de la cultura de comunicación gastronómica existente en España, el experto recordó que la era digital comenzó hace 20 años con la irrupción de los blogs y que, justo en ese momento, aparecieron las recetas “online”, al mismo tiempo que empezó a desarrollarse el fenómeno de los vídeos de aprendizaje culinario. “Un ejemplo claro e importante de este género es el éxito del sitio electrónico elcocinerofiel.com. Una persona que se dedicaba al marketing comenzó a grabar vídeos secuenciales para explicar la confección de platos de cocina. Hoy en día es un referente”, destacó el especialista.
Sobre la carencia en España de una estructura académica competente que permita formar comunicadores gastronómico, situación que señaló el profesor Carlos Scolari el día anterior, Orihuela subrayó su discurso y lamentó la escasez de postgrados en las universidades nacionales. “Hay poca oferta, a pesar de que la tradición gastronómica en este país es muy potente”, indicó y lamentó que incluso vaya a desaparecer algún estudio superior sobre este ámbito en el País Vasco.
Por último, el profesor de Documentación Informativa y de Escritura No Lineal de la Universidad de Navarra elogió las fórmulas comunicativas por las que apuestan chefs de restaurantes como Ángel León o Jesús Sánchez, y portales digitales como Acesur y Cervecera. “Ese es el camino”, sentenció el profesor para concluir su elocuente ponencia.
José Luis Orihuela es un reconocido investigador de la comunicación digital interactiva y uno de los “bloggers” más destacados de Europa y Latinoamérica.
Fuente: Fran Cano, «Diario de Jaén».