La cara oculta de Jordi Parra

Quien haya conocido recientemente a Jordi «te queremos» Parra sabrá de su capacidad de organización, de su stajanovismo incansable en la producción, incluso de su alambicado humorismo… Pero no sabrán de su dimensión como cocinero, bulliniana tanto en el extraño rigor de ejecución como en la sapidez extrema de sus sabores. La otra tarde, en casa de Roser Torras, que inauguraba cocina, Parra, con el soporte de Pau Albornà y Manel Casanovas, ofreció una comida que desveló al fin el gran chef que nuestro hombre de las recetas guarda en su interior. Frambuesas con manitol, berberechos, navajas orientales, aceitunas sféricas, spaghetti de trufa de 1,5 m (versión de lujo de los de parmigiano), ajoblanco con ceps y cigalitas, quinoa de foie, tataki de atún con aire de soja y espárragos, fideos a la cazuela (una de sus recetas ya míticas), Christmas pudding, typical spanish christmas dessert ice-cream, mini fujis, espadas de nuez, Joselitos de cielo, pedruscos de coco, muffins con sorpresa, bolitas ummmm, muchas hojas… Para los postres contó con el concurso de Chus Barrachina.

Ya lo veis. Un espectáculo  verdaderamente singular. Acaso algún día, quién sabe, Jordi desparrame toda su brillantez culinaria para alborozo de todos. Mientras, algunos, tendremos el recuerdo…