¿Sabes dónde comer el mejor pote asturiano?

Redacción

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El mejor pote asturiano se come en La Allandesa. El restaurante de Pola de Allande ha vencido la primera edición de un campeonato que ha llevado al tradicional plato a conquistar durante un mes las mesas del país con 86 restaurantes participantes de diferentes zonas de España.

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En segundo lugar ha quedado El Crucero (Casa Emburria y Casa Lula) y el bronce ha sido para Sidrería Suiss. La final se ha celebrado  en una cata a ciegas protagonizada por el crítico gastronómico Carlos Maribona, las periodistas Paz Álvarez Calvo y Ana Paz Paredes y los cocineros con estrella Michelin Jaime Uz y Gonzalo Pañeda. A ella han accedido los diez finalistas del certamen: La Allandesa (Pola de Allande), Casa Herminia (Tineo), Ca Aida (Benidorm), El Paraíso de Riberas (Soto del Barco), El Crucero: Casa Emburria y Casa Lula (Tineo), La Ruta (Cangas del Narcea), Sidrería Suiss (Cangas del Narcea), El Trasgu (Madrid), Casa Zapico (Toledo), De Labra (Oviedo).

Previamente, estos establecimientos superaron la criba de sus propios comensales. Más de cuatro mil personas emitieron cerca de 20.000 valoraciones tras degustar sus menús del pote asturiano. Al certamen han concurrido restaurantes de Cataluña, Baleares, Castilla la Mancha, Madrid, Alicante y, por supuesto, Asturias. Para elegir el mejor pote asturiano se ha evaluado el sabor, compango, integración de la faba, experiencia global y el maridaje del plato. Casa Herminia ha ganado el Premio Alimentos del Paraíso al Pote Cien por Cien Asturiano y Casa Tataguyo y Ca Aida se han clasificado en segunda y tercera posición, respectivamente, en esta categoría. El vencedor al Mejor Maridaje con Vino de Cangas Dop ha sido La Ruta, seguido de Palacio de Merás y Mesón El Casino.
El Mejor Pote Asturiano se ha organizado por primera vez este año con la organización de la Junta Local de Hostelería de Cangas del Narcea y la empresa de marketing y comunicación gastronómica Idea Redonda. Los orígenes de este tradicional plato son tan remotos como la documentación lo permite, según recoge el Diccionario de Cocina y Gastronomía de Asturias de Eduardo Méndez Riestra. Ya en la Edad Media se cocinaba en los fogones de los hogares -de hecho toma el nombre del recipiente en el que se guisaba- aunque se cree que su consumo data de mucho tiempo más atrás. Entonces era un caldo espeso con harina o legumbre en el que se cocía la verdura u hortaliza más abundante: berzas, nabos…y algún embutido. Con el tiempo, uno de esos potajes derivó en la fabada.