Se busca líder para una "revolución" gastronómica en Bolivia

Redacción

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Se busca líder para una «revolución» gastronómica en Bolivia 0
Claus Meyer en un mercado de La Paz, Bolivia.

El gastrónomo y empresario danés Claus Meyer, socio de René Redzepi en el restaurante «Noma» de Copenhague, se ha lanzado a la búsqueda de una figura que lidere la «revolución» de la gastronomía boliviana. Meyer llegó esta semana a La Paz, donde supervisa un proyecto con el objetivo de montar un complejo gastronómico que sea «punto de partida» para revolucionar la cocina boliviana, pues no lo ha «seducido» ninguno de los platos que ha probado en sus anteriores visitas, dijo en una entrevista con Efe.

El chef opinó que esa revolución requerirá de un «modelo, alguien que camine en frente de los demás», como lo hicieron Gastón Acurio en Perú; Ferran Adrià y Juan Mari Arzak en España, o René Redzepi en Dinamarca y los países en nórdicos. «Necesitamos encontrar a alguien, tal vez no al principio pero en unos años, que cristalice todo el proceso y se convierta en el Jesús o como quieran llamarlo, el líder, el Lionel (Leo) Messi de la cultura alimentaria boliviana», explicó.

Meyer ha sido uno de los precursores del movimiento para la nueva cocina nórdica, que apuesta por emplear ingredientes locales de alta calidad, producidos con respeto por la naturaleza, para elaborar recetas sanas. Con esa fórmula, Meyer y Redzepi han logrado que el «Noma» sea considerado el mejor restaurante del mundo en 2010 y 2011, según la clasificación de San Pellegrino de los mejores 50 establecimientos del planeta, en la que figura de forma ininterrumpida desde 2006.

Ahora el chef se siente obligado a transmitir esos conocimientos a otra gente con el fin de ayudar a generar desarrollo, crecimiento económico y una alimentación saludable para los niños. «No puedo irme de este mundo sin haber tratado de pasar este conocimiento a la sociedad y por eso lo intentaremos en Bolivia», con la esperanza de que, si funciona aquí, el proyecto se pueda replicar en otros países, explicó.

Meyer escogió a Bolivia para comenzar su plan porque este país cumple uno de los «prerequisitos esenciales para una gran cocina», que es la riqueza y diversidad de sus productos. El chef danés, que ha estado ya tres veces en Bolivia, confiesa que no ha sido «seducido» por ninguno de los platos que ha probado hasta ahora en este país. «Creo que hay un contraste entre la belleza de los productos y la falta de imaginación y habilidades culinarias en la preparación», lo que le recuerda mucho a cómo era la cocina nórdica hace diez años, antes de la revolución culinaria que lideró.

«Teníamos muchos buenos productos, pero simplemente no los usábamos para cocinar, y cuando lo hacíamos no preparábamos nada especial», agregó. En su intento por revolucionar la cocina boliviana, el gastrónomo ha comenzado a montar en La Paz un complejo que incluirá una escuela de cocina para unos 40 jóvenes de escasos recursos, además de un restaurante formal, un café-bistró y una pastelería. Para el proyecto, la fundación de Meyer, Melting Pot, se ha aliado con la organización no gubernamental danesa IBIS y la alcaldía de La Paz.

Se prevé que el complejo gastronómico comience a funcionar en agosto próximo, en una casona colonial en el tradicional barrio paceño de Sopocachi. La idea es que después esos estudiantes puedan compartir lo que aprendan con la mayor cantidad de gente y así iniciar la revolución gastronómica. Meyer está convencido de que será una gran experiencia para todos si la gente entiende que se trata del concepto «win-win» (beneficio mutuo), con el toda la sociedad boliviana saldrá ganando.

Si el proyecto inicial funciona y logra sostenerse por sí mismo, le gustaría abrir más escuelas en Bolivia para sumar a más gente al «ejército de amantes de la comida». «Si logramos que funcione aquí, pienso que también podremos hacerlo tal vez en África occidental, Cabo Verde, Nepal, Mongolia o Vietnam», concluyó.