La DOP Peras de Rincón podría perder la mitad de la producción por la sequía

El valle del Iregua aporta el 40% del producto amparado, que ya tuvo el año pasado una cosecha corta por falta de agua.

Alberto Gil

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La Denominación de Origen Protegida (DOP) Peras de Rincón de Soto podría perder casi la mitad de la cosecha por la sequía. La comarca del Iregua, en grave crisis porque no tiene el riego garantizado, aporta alrededor del 40% de la producción amparada por esta indicación geográfica que nació hace 21 años en La Rioja Baja y que ha conseguido hacerse un hueco con un distintivo de calidad diferenciado entre los consumidores.

 

Alrededor de 230 productores, de la zona original de Rincón de Soto, Alfaro, Aldeanueva o Calahorra, a la que luego se sumó toda la comarca del Iregua e incluso de Nájera y Hormilla, trabajan con este distintivo y con una producción media de entre 27 y 30 millones de kilos, aunque finalmente únicamente se amparan unos 15 millones por las exigencias de calibre y calidad para utilizar el marchamo de Rincón de Soto.

Roberto y Richar Pérez Viguera, de Frutas Valle del Moncalvillo, con peras de Rincón de Soto. Foto Justo Rodríguez.
Roberto y Richar Pérez Viguera, con peras de Rincón de Soto. Foto Justo Rodríguez.

Sixto Cabezón, director general de la DOP, no oculta su preocupación por lo que puede pasar en el Iregua: “En primer lugar, porque son compañeros y verdaderamente allí, con la dependencia de una única fuente de agua como son los dos embalses de cabecera que abastecen de agua a Logroño, la situación puede ser dramática hasta el punto de llevarse por delante las explotaciones si no llueve y si ni siquiera se pueden hacer riegos para garantizar la supervivencia de los árboles”. “Pero también –continúa– por la propia DOP, ya que veríamos muy mermada la producción cuando además venimos de una cosecha, la de 2022, que fue muy corta, unos 20 millones de kilos”. En la zona de La Rioja Baja, Sixto Cabezón señala que la sequía preocupa pero mucho menos que en el Iregua: “Aquí viene agua de la cabecera del Ebro, del Arga y del Aragón…, es decir, esperamos que haya alguna restricción al riego, pero sí tendremos cosecha”.

 

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Lo que sí aventura el director general de la DOP es un encarecimiento generalizado de los precios de la fruta: “Los precios ya fueron altos el año pasado, aunque sin llegar a compensar los incrementos del 25% en los costes de gasóleo y otros insumos, pero esta campaña, con los problemas que hay también en todo el valle del Ebro, en Aragón y Cataluña, la fruta va a acabar convirtiéndose en un producto de lujo para el consumidor”.

 

La DOP genera un valor anual de unos 28 millones de euros, pero sólo con la producción amparada, ya que si se tienen en cuenta los descartes y otras producciones de estos fruticultores la cantidad es mucho mayor: “Para el Iregua puede ser un golpe mortal porque lo que está en juego, si no llueve, es la viabilidad de las explotaciones”. “Si mueren los árboles –continúa– la inversión es tremenda y necesitas cinco años para que vuelvan a producir”.

 

25 empleados

Roberto Pérez Viguera, propietario junto con su hermano Richar de Frutas Valle del Moncalvillo, uno de los mayores productores de pera acogida a la DOP Rincón de Soto, afirma que “la situación, efectivamente, es muy grave y, desde luego, ahora mismo la mayor preocupación es conseguir con el poco riego que haya salvar los árboles”. Valle del Moncalvillo tiene plantadas 60 hectáreas de perales en la comarca y trabaja con 25 personas en plantilla, más los eventuales para la recogida: “Si no tenemos cosecha, que parece lo más probable salvo que vuelvan las lluvias y con consistencia, ya veremos qué es que lo que hacemos porque será muy difícil”.

 

Roberto Pérez señala: “Tengo 41 años y sí he visto problemas de sequía en otras campañas, pero nunca tan tempranos, en abril, y lo que nos queda es intentar conseguir esos dos riegos para salvar los árboles y rezar para que llueva en mayo”. “Si no tenemos agua –agrega–, habrá que tirar las peras al suelo, con costes añadidos incluso, con el fin de aliviar a los árboles e intentar que puedan sobrevivir”.

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