Espirulina, el superalimento del futuro

Saltó a la fama hace décadas como parte de la dieta de los astronautas en misiones espaciales y desde hace unos años se cultiva en la Región de Murcia.

Daniel Vidal

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La angosta carretera que dirige a las instalaciones de la empresa Salzillo Food, poco antes de llegar a la localidad murciana de San Javier, está jalonada por un buen puñado de naves industriales y extensas plantaciones de limoneros, alcachofas, lechugas, brócolis y papayas. Las modestas y reducidas instalaciones de la empresa, en medio del Campo de Cartagena, tampoco hacen sospechar que aquí se produce espirulina, un alimento con nombre de medicamento que servía como parte de la dieta de los astronautas de la NASA en misiones espaciales, y que desde hace décadas tiene la etiqueta de ‘alimento del futuro’. Y eso que ya los aztecas y otras civilizaciones antiguas se daban verdaderos atracones de espirulina.

uan Carlos Blanco, director técnico de Salzillo Food, recoge una muestra del agua donde scultiva la espirulina, en San Javier. Foto M. Bueso
Juan Carlos Blanco recoge una muestra del cultivo de espirulina. Foto Martínez Bueso.

La espirulina, de forma breve, es la biomasa de un conjunto de cianobacterias (concretamente de las especies Arthrospira platensis y Arthrospira maxima) que son aptas para el consumo humano. Estas cianobacterias tienen la apariencia de unas algas verdes azuladas, y flotan libremente en costas de África, Asia y América, aunque, en la actualidad, se cultivan en todo el mundo.

 

También en la Región de Murcia, donde un puñado de empresarios han entendido el potencial de este compuesto natural. En las instalaciones de Salzillo Food, en San Javier, hay cuatro balsas donde se trabaja con espirulina, aunque en la actualidad solo funciona una de ellas con capacidad para 30.000 litros de agua que sirven como caldo de cultivo de un alimento que llega a costar más de 200 euros por kilo. Cada tres días se cosecha la tercera parte y de cada litro sale aproximadamente un gramo de espirulina en seco. Siendo este producto una microalga, ¿se utiliza agua marina? La respuesta de Juan Carlos Blanco, director técnico de la firma, lo aclara: “No, es agua de pozo, y somos nosotros los que aportamos después la salinidad necesaria»”.

Cada cien gramos de espirulina

contienen casi 60 de proteínas,

hasta tres veces más que

la carne de vaca

El método de extracción de biocomponentes de la espirulina, utilizado en Salzillo Food y otras muchas empresas, fue desarrollado hace más de un lustro por un grupo de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Según los resultados de esta investigación, el extracto acuoso obtenido con este método contiene una mayor concentración de los compuestos beneficiosos de la espirulina, con funcionalidad terapéutica y profiláctica. También se obtiene un extracto oleoso rico en lípidos y fosfolípidos de ácidos esenciales omega-3, esteroles, oligoelementos, antioxidantes, antibióticos y antivirales, entre otros. El extracto es de fácil asimilación por el organismo y muy rico en aminoácidos, y se puede usar para multitud de aplicaciones, como la prevención y el tratamiento de la hipertensión, anemia, desnutrición, hiperlipidemia, colesterol, obesidad, diabetes y como suplemento cosmético. Mucha gente la utiliza para adelgazar, porque la espirulina tiene un efecto saciante.

 

La reina de la proteína

Ese efecto saciante no tiene nada de anecdótico. Los astronautas de la NASA ya utilizaban este alimento en las misiones especiales, hace más de medio siglo, por el reducido tamaño de las cápsulas de espirulina y por el importante aporte nutricional. La espirulina es uno de los alimentos con mayor contenido de proteínas que podemos encontrar en el mercado. Si cien gramos de lubina proporcionan menos de 20 gramos de proteína, la carne de ternera tiene entre 20 y 29 gramos y la de pollo aporta algo más de 30, la espirulina aporta casi 60 gramos por el mismo peso. Eso sí, no es lo mismo comerse cien gramos de espirulina del tirón, para lo que se necesitarían muchas cápsulas o pastillas -el formato habitual que puede conseguir en las tiendas- que cien gramos de chuletón, que no da para nada. Los veganos y vegetarianos, junto con los deportistas, están entre los colectivos que más lo demandan.

Espirulina vista al microscopio. Foto Martínez Bueso
Espirulina vista al microscopio. Foto Martínez Bueso.

Si seguimos analizando la información nutricional, en cien gramos de espirulina, encontramos 290 calorías, 24 gramos de hidratos de carbono y cero miligramos de colesterol. Con la lista de vitaminas y sus respectivos beneficios para el organismo se podrían llenar varias páginas. “Se ha demostrado la capacidad antiinflamatoria y hasta anticancerígena de algunos compuestos de la espirulina”, explica Juan Carlos Blanco, que también recuerda las aplicaciones para la industria cosmética. Estas microalgas también se utilizan en la agricultura como sustrato para favorecer el enraizamiento de las semillas, aunque no todos pueden pagar 200 euros por cada kilo de nutriente. “La espirulina china es más barata, pero no tiene la misma calidad”, explican en la empresa.

 

Ecológica

Otro de sus grandes atractivos es el bajo o nulo impacto del cultivo en el medio ambiente. En plena discusión mundial por la ingente cantidad de recursos naturales que consume la producción de alimentos como la carne y las verduras, “la huella ecológica de la espirulina es muy baja, porque estas algas utilizan el C02 de la atmósfera para realizar la fotosíntesis”, explica Juan Carlos Blanco. La instalación de la empresa en San Javier funciona con placas solares, que disminuyen aún más el consumo de energía de una planta que produce cada año más de tres toneladas de este superalimento. Alimento… y hasta combustible. Airbus se ha propuesto que, en el año 2050, el 5% del combustible que utilicen sus aviones sean derivados de algas y microalgas.

El agua de la balsa se filtra para obtener una pasta húmeda Foto Martínez Bueso .
El agua de la balsa se filtra para obtener una pasta húmeda Foto Martínez Bueso.

¿Cómo se consume este producto? “A mí me gusta hacerme batidos con espirulina, aunque lo más fácil es con pastillas”, confiesa el director técnico de Salzillo Food (la alimentación con pastillas que adelantaron algunas teorías futuristas). Las posibilidades, como ocurre con cualquier otro producto alimentario, son innumerables. Entre los múltiples proyectos que la empresa tiene en marcha, figura el de aplicar la espirulina directamente a otros alimentos como la harina, “para fabricar tortillas precocinadas”. En el laboratorio, Juan Carlos Blanco muestra cómo ligaría la espirulina y el aloe vera en un nuevo producto, y la empresa está en negociaciones para ofrecer bebidas con esta poderosa microalga, como batidos o cerveza. Y para acompañar, unos chips de espirulina; unas patatas fritas que en realidad serían algas fritas.

 

Decoración y texturas

En internet se pueden encontrar multitud de recetas de platos con espirulina. Desde rollitos con salmón ahumado y queso fresco a un risotto de espirulina y ortigas, para rematar con una tarta de queso… y espirulina. El color de la tarta es verde, claro. “Por su alto contenido en proteínas y vitaminas puede servir perfectamente como complemento de una dieta”, explica Juan Carlos Blanco, quien también subraya sus posibilidades en la alta cocina.

El agua de la balsa se filtra para obtener una pasta húmeda Foto Martínez Bueso.
El agua de la balsa se filtra para obtener una pasta húmeda Foto Martínez Bueso.

Pocos restaurantes de la región de Murcia se han subido a este tren hacia el futuro. Juan Guillamón y David López, dos de los cocineros referentes en la región, reconocen no utilizarla en ninguno de sus platos actuales. David Muñoz, chef de Alborada, lo emplea sobre todo para decoración y lograr texturas. Cundi Sánchez, chef del restaurante El Albero, en Ceutí, recuerda que hace tiempo utilizaban una mahonesa de espirulina, “muy atractiva por su color verde”, aunque dejaron de utilizarla porque tiene “un sabor muy fuerte, como a pipa de calabaza”.

 

La empresa de Murcia pionera en el cultivo de espirulina

La marca Alimento Superior Natural ASN Espirulina fue pionera, hace 25 años, en el cultivo de espirulina en la Región de Murcia. Lo hace en Alhama de Murcia, donde se juntan el paisaje lunar de los Barrancos de Gebas y el inicio del frondoso bosque de Sierra Espuña. Rafael Montoro, gerente de la empresa, explica que las algas se cultivan con aguas limpias y mineralizadas del nacimiento de La Noguera. “La espirulina que cultivamos es la de la cepa rectilínea de la variedad Platensis” afirma. La deshidratación de la espirulina se hace de forma natural, mediante el secado solar, conservando todas sus cualidades “como hace miles de años secaban los aztecas”.

Rafael Montoro, gerente de ASN Espirulina, muestra el producto en el proceso de secado. Foto Paco Espadas
Rafael Montoro muestra el producto en el proceso de secado. Foto Paco Espadas

La espirulina crece en condiciones muy duras, entre 30 y 40°C, en agua salobre y muy alcalina, “por los que en términos de contaminación significa ser uno de los alimentos más seguros, más limpios y estériles que existen en la actualidad” destaca. El proceso de cultivo pasa por unos estanques especiales con el fin de evitar la contaminación ambiental, realizando a continuación un proceso de lavado con agua dulce para la eliminación de sales.

 

La comercialización se realiza también en cápsulas, polvo y copos, siendo los dos últimos los destinados a la restauración y alimentación. Los responsables de la empresa aseguran que son varios cocineros con estrella Michelin los que utilizan su producto para la elaboración de platos, tanto por el sabor o el color como por sus cualidades nutricionales.

 

Montoro también destaca la idoneidad para los deportistas, ya que al ser rica en fibra ayuda en la recuperación de lesiones. “Durante la pandemia fue una locura, los pedidos eran incesantes, ya que su ingesta produce un aumento considerable de defensas”, recuerda.