Una nueva sal gourmet

Tana Collados

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En esto también hemos ido bastantes décadas por detrás de Francia, el principal productor de flor de sal del mundo. Ahora, por fin, ya tenemos «flor», la mejor sal, del Delta del Ebro, una de las mayores zonas productoras de sal marina de España. Antes se hizo flor de sal en Mallorca, en las salinas de Es Trenc, gracias a la iniciativa de una suiza y de un brasileño que vieron posibilidades a unas balsas naturales que los indígenas nunca consideraron más allá de la sal común. No es nada nuevo; gente de fuera que descubre a los locales las muchas posibilidades de su paisaje.

El caso del lanzamiento mundial de los vinos del Priorato es el paradigma de ello, previo paso, eso sí, por una producción mucho más cuidada que antaño. El aprecio por la buena sal, aquí, ha tardado un poco más. Antes nos llegaron la Maldon, la de la Camarga, la del Himalaya…en el país de la sal gorda, la más delicada tenía que hacerse tarde o temprano. Las salinas de la Trinidad están situadas en el Parque Natural del Delta del Ebro. Es un enclave paradisíaco el que forma la Punta de la Banya, el brazo de tierra que abraza la Bahía dels Alfacs, por un lado, y el mar abierto, por el otro. Infosa, la empresa que obtiene aquí unas 80.000 toneladas anuales de sal común, vio en el boom de todo lo gourmet una posibilidad de negocio. Y se puso a explorar las posibilidades de la zona. Construyó las balsas donde en su superficie se forma la flor e investigó el invento hasta que, el año pasado, sacó al mercado la primera cosecha de flor de sal del Delta. Su recolección – ellos hablan de cosecha como si de que cualquier otro producto agroalimentario se tratara- es mucho más delicada que la de la sal común.

Para que se formen esos cristales en forma de flor, ricos en magnesio, que luego se recogen de forma artesanal con una especie de recogedor/tamiz, es necesario que se haya logrado que se produzca en las balsas un grado de salubridad e insolación suficiente, nada de viento, y que a la lluvia ni se la huela. La temporada va de mediados de junio a septiembre, pero cada día es distinto. Luego de la flor de sal natural, los del Delta pensaron en otro producto más elaborado y se pusieron de acuerdo con Joan Roca para hacer otros tipos todavía más gourmets. El xef del Celler de Can Roca les ha propuesto tres tipos de mezclas, con especias, con diversos tipos de pimientas y con cítricos -habrá un cuarto con trufa- que saldrán al mercado a la vuelta del verano. Ni que decir tiene que la flor de sal es mucho más cara; no tendría ningún sentido utilizarla para cocción. Sus artífices recomiendan sazonar con ella alimentos ya cocidos o crudos.