Jordi Vilà ficha como chef ejecutivo del bar Velódromo y de los espacios gastronómicos de la nueva Fábrica Moritz

Redacción

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A partir de este mes de octubre, el bar Velódromo incluirá las primeras novedades en algunas de las recetas de la actual carta, siguiendo una evolución que tendrá lugar de forma progresiva. Según Jordi Vilà, “mantendremos una cocina que respeta el producto por encima de las modas, además de mantener la herencia de la cocina catalana”. Y es que, después de una primera etapa de relanzamiento con Carles Abellán, Jordi Vilà coge el testigo con “humildad pero con ganas de afrontar un proyecto muy ambiciosos que pretende consolidar la oferta gastronómica del bar Velódromo como una de las más potentes, dinámica y completa de la ciudad”.

La dirección gastronómica de Vilà incluirá, a parte del bar Velódromo, el conjunto de espacios gastronómicos que dispondrá la Fábrica Moritz Barcelona, actualmente en proceso de rehabilitación y que se inaugurará a finales de noviembre. Estos espacios incluyen una cervecería, un restaurante popular y un catering in situ con capacidad de hasta 500 personas. Con Jordi Vilà, “queremos que la cocina que lleva el sello Moritz se consolide como una de las más representativas de la ciudad de Barcelona, con una estrategia que refuerza, por la vía de los hechos, su indisoluble vinculación con la ciudad, haciendo de Moritz, la cerveza de Barcelona algo más que un slogan de marketing”, declara Albert Castellón, director general de Moritz.

La carta del bar Velódromo configura una oferta marcadamente barcelonesa y catalana desde donde destaca, por un lado, su dinamismo para adaptarse a una estrategia única en la ciudad como es el 24 horas, los 365 días. Por otro lado, es una cocina que se deja influencias por ciertas reminiscencias francesas e internacionales, marcando el origen francés de la familia Moritz y su apuesta por la internacionalización de la marca Barcelona.

Jordi Vilà: una apuesta por la cocina catalana de calidad

Siguiendo su voluntad de vincularse con el mundo de la gastronomía, Moritz pone en manos de Jordi Vilà la dirección gastronómica del bar Velódromo junto a su equipo de confianza. “Estoy muy contento y orgulloso de poder dirigir esta nueva etapa que me ha encargado la familia Moritz. Dirigir el bar Velódromo y participar de forma activa en la definición y ejecución de la parte hostelera y gastronómica de la Fábrica Moritz Barcelona son dos retos que marcan un importante hito en mi carrera y permitirán desarrollar todo nuestro potencial gastronómico que llevamos trabajando intensamente en el Alkimia”.”

Nacido en el año 1973, empezó en la cocina por pura vocación. A los 15 años empezó en la pastelería Baixas de Barcelona y posteriormente, estudió en la Escola Joviat de Manresa. Su trayectoria laboral le llevó a diferentes restaurantes como Casa Irene, Neichel, Vivanda, Joan Piqué y Jean Luc Figueras. En el año 1998, junto con su compañera Sònia Profitós, montó su primer negocio: el restaurante Abrevadero, en el Paralelo barcelonés. Es allí donde nace el mito de una nueva forma colorista y compleja de entender la cocina catalana tradicional. En el 2002, consolidado ya como uno de los “grandes jóvenes”, abre el Alkimia, hecho que supone su consagración en el panorama nacional e internacional. En el año 2005 recibe la estrella Michelin y el premio al Mejor Pastelero por “Lo mejor de la Gastronomía”, guía donde recibe una calificación de 8’5.