Más que chiringuitos

Tribuna

Más de cien empleados. Quinientos cubiertos al día y eso que no abre por la noche. Kilos de caviar (dicen que nadie vende más en Europa). Las mesas repartidas por la arena de la playa a la sombra de los árboles. Exhibición de pescado y marisco casi pornográfica. Carta de vinos con lo mejor de lo mejor. Una atención excepcional a los clientes.

Clientela de alto poder adquisitivo que no repara en gastos en un ambiente relajado. Y precios en consonancia. Para muchos, Casa Jondal, en la cala ibicenca del mismo nombre, es el mejor chiringuito de España. ¿Un chiringuito? Sin duda sí por las formas, pero con fondo de gran restaurante.

El sevillano Rafa Zafra, larga trayectoria junto a los hermanos Adriá, uno de los cocineros más notables del panorama nacional, especialmente cuando de producto marino se trata, ha dado aquí con la tecla del éxito. Cierto que ha sabido poner los mimbres necesarios para lograrlo.

Casa Jondal es el más sonado de un grupo de comedores de lujo situados siempre en la playa y cuya oferta, tanto de materia prima como de cocina, va mucho más allá de lo que es un simple chiringuito. Casi todos se encuentran en zonas donde se concentra un turismo de lujo, con la cartera bien forrada, que es el que permite mantener niveles elevados de materia prima y de servicio.

Cuatro ejemplos. Tres de ellos ubicados en distintos puntos de la isla de Formentera, isla donde el nivel gastronómico ha subido de forma espectacular en los últimos años. Me refiero en concreto a Sol, en Cala Saona; Es Codol Foradat, en la playa de Migjorn; y Fandango, en Es Pujols.

El primero bajo la tutela de Joan Costa, empresario y cocinero, que posee en la misma cala un hotel y un buen restaurante gastronómico, Sol Post. El segundo, uno de los cuatro establecimientos que tiene en la isla uno de los grandes cocineros españoles, Nandu Jubany. Y el tercero, con las mesas, como ocurre con Jondal, colocadas sobre la misma arena de la playa. Los tres coinciden en la excepcional calidad de sus pescados y mariscos (en todos encontrarán la langosta local y la gamba roja como protagonistas) y en sus notables arroces. Para el cuarto ejemplo hay que irse a Marbella. Sobre la playa, pero sin necesidad de pisar la arena, La Milla es otro chiringuito-no chiringuito con alma de gran restaurante.

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