Luis Planas ha dedicado buena parte de su vida pública a representar a España en el exterior; sobre todo en el seno de la Unión Europea, pero también como embajador en Marruecos (2010-2011) y miembro fundador de la Red de Política Transatlántica (1990). Esa vocación cosmopolita ha llevado al ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación a volcarse en promover la presencia del sector agroalimentario español en el mercado internacional. Spain Food Nation une a Alimentos de España e ICEX en la promoción de los alimentos y la gastronomía española en mercados estratégicos. “La gastronomía española, por su calidad y prestigio, es clave para abrir la puerta a nuestros productos”, señala el ministro en la entrevista concedida a 7 Caníbales durante la celebración de Madrid Fusión Atelier en el hotel Ritz Carlton Kioto.
Calidad y excelencia son los valores que vertebran esta campaña; en la que se insertan Spain Fusion tokio y Madrid Fusión Atelier Kioto. Dos eventos de Vocento Gastronomía que el ministro ha respaldado con su presencia, dentro de una intensa agenda de trabajo en Japón para intensificar las relaciones comerciales y culturales con uno de los mercados más apetecidos del mundo.
¿Qué balance hace de estos días de trabajo en Japón?
Han sido cuatro días muy intensos y positivos, empezando por la promoción del sector agroalimentario español a través de Spain Fusion Tokio. De allí acudimos a la Exposición Universal de Osaka a respaldar la gastronomía y las marcas españolas presentes. Hoy estamos en Madrid Fusión Atelier Alimentos de España en Kioto, un evento con el que pretendemos reforzar la conexión con el sector de la gastronomía japonesa, algo muy interesante para nuestras exportaciones. Y aún nos queda un último día en Tokio para entrevistarnos con importadores y con representantes del Ministerio de Agricultura japonés.
Los datos de ICEX sitúan a Japón como mercado clave: una potencia económica que importa el 60% de los alimentos que consume. Pero también apuntan que se necesita mucha más promoción, incluyendo trabajar el relato para dar valor a los productos.
“En eso estamos, y tenemos a favor una excelente relación diplomática, económica y cultural que hay que seguir cultivando. En 2024 exportamos a Japón 1.335 millones de euros, 750 millones en cárnicos del cerdo, un segmento en el que hemos multiplicado por diez las ventas. También las hemos mejorado en aceite de oliva y en vino. Estas cifras pueden y deben incrementarse en los próximos años, pero no será fruto del azar, sino del trabajo de las empresas agroalimentarias, de los exportadores y del Gobierno de España apoyando a través de Alimentos de España y de ICEX. En el último año logramos una cifra récord de exportación agroalimentaria en todo el mundo, superior a 75.000 millones de euros, y uno de los países donde más hemos crecido es precisamente Japón”.

¿Cuáles son las principales armas de seducción de España en este mercado?
“Aparte de la calidad, la seguridad y de la innovación de los productos, un aspecto que hay que trabajar mucho es el cultural, desde el punto de vista de la alimentación, pero también vinculado con la tradición, con el paisaje, incluso con la música. La comida no responde solo a la necesidad física de alimentarnos, sino también a nuestra necesidad de disfrutar, de poner en común, de socializar. Esos valores son importantes en España y también en Japón. Por eso, poder ofrecer a los consumidores japoneses productos de alta calidad, bien presentados y con una historia, nos favorece mucho. Por ejemplo, en Japón se estila indicar de dónde proceden frutas, verduras y otros productos frescos. Es una forma de expresar su valor, como lo son en Europa las denominaciones de origen y las indicaciones geográficas. En España tenemos más de 400… Yo estoy muy interesado en ese proceso de valorización de nuestros alimentos. En que logremos dar a conocer de dónde vienen, por quién han sido elaborados y de qué forma, para incrementar su valor de consumo”.
Un gran cambio de actitud, porque la tradición de venta a granel nos ha relegado al segmento de bajo precio; como mucho, con un reconocimiento de la relación calidad precio. ¿Se trata de intentar vender menos volumen, pero con más valor añadido?
“Esa es la clave. Teniendo en cuenta la competencia internacional, la cuestión no radica en producir barato ni en buscar mercados únicamente en función del factor precio, sino del factor calidad y de la creación de valor. Yo creo que ahí tenemos mucho que hacer. No se trata de entrar en un mercado porque seamos baratos, sino porque seamos buenos. Por tanto, que la gente aprecie que los productos son de primer nivel es fundamental. Nuestra campaña “El país más rico del mundo”, se centra en asociar alimentos y bebidas de España con estándares premium, porque lograr eso nos da una ventaja competitiva. Desde ese punto de vista, Japón es un mercado test”.
¿La relación calidad precio es una ventaja?
“España está en una buena posición, porque tenemos muy buenos productos a un precio muy razonable. Eso nos deja margen de crecimiento en un futuro, y cuando tengamos que competir con otros productos y otros mercados (por ejemplo, del entorno mediterráneo), donde tenemos un elemento diferenciador claro es en la calidad. Si nos planteamos únicamente el factor coste, jugamos en desventaja, porque hay otros países que tienen un nivel de renta y salarial inferior al de España”.
La asociación del sector de la producción agroalimentaria con la gastronomía de un nivel alto podría considerarse como algo elitista.
“Seamos claros: lo que da imagen a un sector, sea el del vino, el del aceite de oliva o el de las frutas y hortalizas, son precisamente los mejores productos. Los mejores productos son también los más caros, pero son los que crean imagen de marca. No todo el mundo tiene los medios para ir a un restaurante de un alto nivel, pero esos restaurantes proyectan su imagen sobre el conjunto del sector de la gastronomía y mejoran el nivel medio del conjunto del sector. Yo creo que esto es clave en el caso de la gastronomía y de los alimentos de España. Nosotros hemos tenido una historia diferente a otros países. Nuestra trayectoria exportadora despega hace 25 años. España, hasta principios de este siglo, compraba al exterior más de lo que vendía. En este momento estamos casi llegando a los 20.000 millones de euros de superávit agroalimentario. Esto no se había visto antes, y demuestra que somos un sector muy competitivo, pero teniendo como tenemos una relación directa entre alimentos y gastronomía, debemos aprovecharla. porque es el gran elemento de empuje, junto a otro factor también muy importante, que es turismo”.

Para poder ofrecer alimentos artesanos de calidad necesitamos relevo generacional en la agricultura, la ganadería y la pesca. Las personas que se dedican al sector primario a menudo no encuentran compensación económica ni social.
“Es muy importante asegurar la rentabilidad en el sector primario, y la consideración social. Tiene usted razón en que, hasta ahora, la agricultura o el sector agroalimentario han sido poco atractivos para los jóvenes, pero soy optimista con respecto al futuro. Creo que se está invirtiendo la tendencia, y lo estamos viendo en el aumento de la demanda en las titulaciones superiores, medias o de FP del ámbito alimentario”.
La gran mayoría de consumidores decide la compra por precio. Quien aprecia la gastronomía por lo general está más dispuesto a pagar por la calidad.
“La gastronomía juega un papel puente entre el producto primario y el ciudadano; un papel absolutamente fundamental en la valorización. En cuanto a precios, cada producto debe pagarse por lo que vale. Es decir, si efectivamente tiene un valor superior, tiene que pagarse más, y si tiene un valor inferior, pues tendrá que pagarse menos. Yo creo que lo que tenemos que intentar es que tengamos un suelo, es decir, un precio mínimo para poder vender por encima de costes. La Comisión Europea lo acaba de reconocer, recogiendo muchas de las ideas de la Estrategia Nacional de Alimentación de España, donde se habla por primera vez de la prohibición de la venta por debajo de costes”.
¿Qué otros retos tienen en un futuro próximo?
“La transformación digital y la transformación a pie de campo. Hay que continuar desarrollándola para conseguir mayor presencia en los mercados europeos e internacionales”.