Un nuevo Asador de Aranda con formato tapeo

Mónica Ramírez

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La familia Palomero abre su cuarto local en Barcelona bajo su habitual marca, Asador de Aranda, de sobra conocida por todos aquellos que gustan del lechazo y la cocina tradicional castellana. El nuevo proyecto se sustenta sobre un concepto diferente al del resto de locales: una propuesta informal donde cabe el tapeo.

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El primer Asador de Aranda fue abierto en 1983 por la familia Palmero en Aranda del Duero con una propuesta gastronómica tradicional basada en el recetario castellano, aunque especializada en el lechazo al horno de leña. Desde esta localización la marca fue expandiéndose no solo al resto de España sino también a países como Dubai o Arabia Saudí. Actualmente, son 18 los locales que forman parte del grupo.

El último proyecto inaugurado por esta familia ha sido en Barcelona, hace cuatro meses, pero esta vez bajo un concepto distinto al que nos tiene acostumbrado, una propuesta informal para tapear o picotear antes de o después de ir al teatro o al cine. Y para ello, han escogido una de las calles con más escenarios por metro cuadrado de la Ciudad Condal: la Avenida Paral·lel, concretamente el número 76.  A destacar que esto no ha relegado a un segundo puesto su tradicional carta ya que la oferta informal se une a la habitual, es decir el recetario clásico castellano con especial hincapié en el lechazo.

Además de bravas, croquetas, huevos estrellados con ibérico o sus conocidos quesos manchegos, el último Asador de Aranda en Barcelona ofrece dos propuestas nuevas y atrevidas: las tortas de lechazo y de oreja de cerdo. En concreto se trata de dos bocadillos elaborados con torta de pan típica de Aranda de Duero. La de lechazo, cocinado a baja temperatura en sus propios jugos, se presenta desmigado y acompañado de lechuga. El de oreja frita va con alioli de pera, salsa brava y rúcula. El bocado, en ambos casos, es consistente, rotundo, con un paladar donde son apreciables la textura y el sabor del relleno, destinado a un público que guste de mordidas contundentes y ajeno a ligerezas. Para quienes no puedan quedarse a comerlos in situ, el local ofrece la posibilidad del take away.

La decoración del local es acogedora, elegante y el servicio atento y agradable. Son de agradecer detalles como la copa de cava de bienvenida y el toque de moscatel final acompañado de rosquillas anisadas aunque es cierto que si el ágape ha sido completo, es fácil que quede en el plato.

El horario es de lunes a jueves, de 13:00-17:00 y de 20:00-00:00. Los viernes, sábados y domingos ofrecen un horario de cocina ininterrumpida desde las 13:00 a 00:00.