Central es uno de los dos favoritos para obtener el máximo premio de The World’s 50 Best Restaurants. El equipo de Virgilio Martínez y Pía León ha trabajado a fondo para recibir la atención de los votantes, y conseguir que su restaurante salte mañana del segundo lugar de la lista, que ocupa hoy, al primero. Todo indica que el principal obstáculo está en el trabajo de promoción desarrollado por Alchemist, el restaurante de Rasmus Munk en Copenhague.
Hubo diez restaurantes latinoamericanos entre los 50 mejores del año 2022. Central, en el número 2, el mexicano Pujol, en el 5, a Casa do Porco Bar (Sao Paulo, 7), Quintonil (CDMX, 9), Maido (Lima, 11), Parrilla Don Julio (Buenos Aires, 14), Mayta (Lima, 32), Boragó (Santiago, 43), Oteque (Sao Paulo, 47) y Leo (Bogotá, 48). Oteque ha apareció ya en la lista de consolación, que incluye los restaurantes situados entre el 51 y el 100 (se hace pública una semana antes de la ceremonia), por lo que deja una baja que podría cubrirse con creces.

La comparación de la lista que iba del 51 al 100 en 2022 con la de este año, permite establecer algunas hipótesis. Hace un año incluyó once restaurantes latinoamericanos, por siete de la actual. Tres restaurantes repiten en la nueva –Alcalde (Guadalajara, 54), Lasai (Río de Janeiro, 58) y Sud 777 (CDMX, 70)- y aparecen otros dos nuevos -Nuema (Quito, 79), y Maito (Ciudad de panamá, 100). Los demás nombres –DOM, Evai y Maní (Sao Paulo), Rosetta y Máximo Bistró(CDMX), Mishiguene (Buenos Aires-CDMX), El Chato (Bogotá) y Kjolle (Lima)-, se debaten entre el ascenso y la salida definitiva.
Salvo que Alex Atala (DOM, Sao Paulo)haya llegado a un acuerdo con la William Reed, saldrá definitivamente. Considerado el niño malo de la fiesta por su negativa a asistir, ha sido sometido al ostracismo –“no puedes cocinar con un enemigo de la lista”, le escribían hace unos años a un colega que había organizado un cuatro manos con DOM- y ha ido cayendo año a año.
En el lado contrario, el Rosetta de Elena Reygadas debería ascender a la parte noble. Con razón o sin ella, o por la escasez de mujeres en la lista y la obligación de hacer correr escalafón, ha sido elegida la mejor cocinera del mundo y la lógica -y su ausencia de la segunda parte de la lista – dice que debería ascender. Nada es lineal y mucho menos lógico en esta historia -hace un año, Ángel León ganó el premio a la sostenibilidad mientras era defenestrado– pero siempre cabe esperar que hayan guardado las formas; en esta casa, los votos son un accidente remediable.
Kjolle, el restaurante de Pía León en Lima también debería pasar a la parte alta. Ha hecho la campaña promocional de Central con Virgilio y eso, unido a la repercusión mediática de Maz, su nuevo restaurante en Tokio, se debe hacer notar. Salvo el caso de El Chato y Evai, que tienen alguna posibilidad de promocionarse a los puestos altos del ingenio, aunque sea lejana, parece que los demás –Máximo Bistró, Maní, DOM y Mishiguene– no serán de la partida. O eso, o habrá una revolución en la lista de los elegidos y América latina dominará el mercado con dieciocho o veinte representantes.