Reproducimos el artículo publicado hoy por Ramon Francàs en “La Vanguardia”.
Humilde, sencillo, con cierta timidez pero afable y divertido es Jay Miller, una eminencia cuya experiencia, nariz y papilas gustativas pone al servicio de la publicación de prescripción del mundo del vino más influyente del planeta. Es el responsable de puntuar los vinos españoles, argentinos, chilenos, de Washington, de Oregón y de Oporto de la prestigiosa publicación The Wine Advocate, del idolatrado y criticado, a partes iguales, gurú de Baltimore Robert Parker.
Del 12 al 23 de este mes cata por primera vez en Catalunya tras 25 años colaborando estrechamente con Parker. El salto cualitativo dado por el vino catalán durante los últimos años ha llevado por primera vez a Catalunya a este ex doctor en Psicología Clínica de 65 años. Lo acompaña el primer Master of Wine español, Pancho Campo, t cuenta con la colaboración del Institut Català de la Vinya i el Vi de la Generalitat (INCAVI). Catará hasta 1.300 vinos y cavas catalanes y recorrerá pequeñas y grandes bodegas de las denominaciones de origen Penedès, Cava, Catalunya, Priorat, Montsant, Terra Alta y Empordà. Aunque también ha catado algún que otro blanco y dulce, ha priorizado las vas y los tintos.
El sábado, La Vanguardia lo acompañó en una de sus concienzudas catas en las cavas Agustí Torelló Mata de Sant Sadurní d’Anoia. Escucha atentamente, observa la botella a etiqueta descubierta y toma notas con un bolígrafo de tinta de gel en su cuaderno tras catar sin desmayo pese a los achaques de la gota que padece. Pregunta qué distribuidor tiene cada producto en Estados Unidos y su precio de venta al público en dólares. No acepta regalos. Sólo el sábado cató en torno a 150 cavas, incluso uno de 1985. El domingo, a primera hora, ya lo esperaban en Alemany i Corrió (Sot Lefriec), una de las bodegas del Penedès con mayor proyección. Sólo aquellos vinos que alcancen los 85 puntos aparecerán en su guía. A su regreso a Baltimore, del 27 de enero al 23 de marzo, este apasionado al béisbol, al basket de Los Ángeles Lakers y al fútbol americano, continuará catando vinos españoles con sus distribuidores de Estados Unidos.
Jay Miller considera que los vinos catalanes cosechan una calidad media excelente, y asegura que “la fantástica” relación entre calidad y precio “es el valor añadido de los vinos españoles”. En este sentido, apunta que “el éxito del vino español entre los consumidores norteamericanos reside en ofrecer productos muy aceptables entre los 15 y 25 dólares, que son los que más se andan buscando”. Ello le lleva a sentenciar también que “al cava se le presenta ahora con la recesión económica mundial una oportunidad histórica en su batalla contra el champán, que en Estados Unidos no suele venderse por debajo de los 45 dólares la botella mientras que se encuentran grandes cavas por debajo de los 25”. Destaca, en particular, la “gran diversidad” de vinos que ofrece España. Para Miller un gran vino, un caldo con 100 puntos Parker, es aquel capaz de emocionar. Añade que “es aquel que te hace vivir una experiencia, que te hace exclamar ¡guau!”. Dice que es difícil expresarlo en palabras pero lo compara con la pornografía: “cuando estoy delante del porno o de un gran vino sé reconocerlo sin dificultades”.
Opina que la gran mayoría de consumidores se decantan actualmente por los vinos capaces de expresar la fruta y que deberían promocionarse los caldos que consiguen sobresalir con variedades de uvas autóctonas. En este sentido, pone como ejemplo la DOC Priorat, “donde las variedades autóctonas como la garnacha o la cariñena están dando mayor calidad que la cabernet sauvignon, la Merlot o la syrah, que no aportan tanto a los cupajes como algunos creen”.
Pese a que los vino que cata acaban teniendo puntos Parker y no Miller, asegura que no le interesa “ni la fama ni el protagonismo”. Prefiere permanecer “tras las bambalinas” y disfrutar haciendo lo que hace. Dice cobrar un buen salario por hacer lo que le gusta, “comer y beber”, y con ello afirma tener ya suficiente.