La cocina se le ha quedado pequeña (y 2)

Opiniones por Xavier Agulló, Pau Arenós y Salvador Garcia-Arbós.

 

Más que “memorabilia”

Por Xavier Agulló 

La certificación –me lo dice Ferran- de que lo expuesto en el Palau Robert de Barcelona es sólo un tímido 10 por ciento de lo que será el gran museo de El Bulli en la Foundation de Cala Montjoi, reforzada por el hecho geométrico de que la muestra debería haber ocupado 4.000 metros cuadrados y al final se ha acomodado en 400, nos da idea de la grandiosidad –y grandeza- de la revolución bulliniana, un movimiento que no sólo nos ha dado un impensado disfrute –lo que no es poco en el sinuoso tránsito vital- sino que ha cambiado de forma radical nuestra forma de entender el mundo y hasta de vivir.

Ahí, en ese contenedor de claves y arcanos que es la “expo”, vemos desde pequeños detalles que antes nos parecieron fútiles y ahora vibran de profundidad y asombro, hasta el espectacular fresco de la creatividad en estado puro, sin memoria, lanzada a otros mundos… Ahí están los objetos que, más allá del culto y de la pulsión por la “memorabilia”, desnudan y expresan con frenesí como un grupo de personas conjuradas en un proyecto sin límites puede llegar a mover el planeta.

Ahí está, para quien la quiera disfrutar, la explicación de la creatividad surgida de la libertad y la audacia estallándonos en la cara con colores nuevos. Ahí están también, para quienes lo sepan ver, la aritmética de lo imposible y las leyes precisas del caos.

Ahí está, camaradas, el espíritu del rock and roll llevado al infinito.

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«Lo importante no es ser el primero en crear algo, sino ser el primero en conceptualizarlo».

La cinta métrica

Por Pau Arenós

¿Qué clase de mente es capaz de guardar la cinta métrica con la que los empleados de El Bulli trabajaron en la construcción de la cocina?

Atención a los perseguidores de rarezas y griales: ese objeto redondo, caracola o Nautilus, reproduce la cabeza de Adrià. El visitante atento deberá buscarlo porque no hay cartelito que destaque la valía.

Sin fin, enrollado, sometido a la unidad de longitud, flexible.

Que nadie crea a Ferran cuando afirma que el fetiche de la muestra es la página de la agenda en la que dibujó la menestra en texturas. La pieza fundamental es el carrete oxidado y el pensamiento enroscado.

Solo al estirar la lengua del instrumento y su discurso de centímetros conoceremos la verdad del restaurante.

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Los moldes de plastelina que se utilizaban en el taller creativo de elBulli.

Photos by Francesc GuillaMet

Por Salvador Garcia-Arbós

Ferran Adrià es un hombre de detalles. Lo tuvo el histórico día 30 de julio de 2010, durante la multitudinaria rueda de prensa de despedida y cierre de elBulliRestaurant. Yo me fijé en uno que no podía pasar desapercibido por nadie, pues Ferran interrumpió la famosa rueda de prensa en la que salió arropado por los grandes cocineros que han pasado por elBulli –los mejores del mundo, por supuesto– y por los jefes de cocina y de sala del restaurante durante la trayectoria capitaneada por él y por Juli Soler.

Recuerdo a Francesc Guillamet, siempre muy discreto, sin ganas de estorbar, sacando fotografías del evento, como si no fuera de la casa, como si trabajara para un medio de comunicación. Ferran lo vio, frenó la conferencia de prensa, y lo llamó:

–Met. ¡Tú, aquí!

Y Francesc Guillamet subió al estrado de las estrellas, como no debía ser menos. Fracesc Met Guillamet es una pieza tan clave en la historia de elBulli como los platos. Gracias a este fotógrafo ha trascendido la estética bulliniana de servir los platos. Sin embargo, este artista de Figueres, como Dalí, también ha propiciado la ruptura para un cambio de paradigma: fotográfico, por supuesto. Tras GuillaMet hay un antes y un después en la fotografía de cocina. Ha dejado atrás el concepto de bodegón.

Además de ser el responsable de todas las fotos del catálogo d’elBulli, Francesc Guillamet fue el primero en considerar arte la obra de Adrià.

Cuando visiten la exposición Ferran Adrià y elBulli. Riesgo, libertad  y creatividad 1961-2011 verán a qué me refiero. Comprobarán que sin la obra de Fracesc Guillamet sería más difícil contar elBulli.

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Albert Adrià, Juli Soler y Ferran Adrià.