«Queda Toñi Vicente para rato». A pesar de haber anunciado el pasado sábado que cerraba su restaurante ubicado en Santiago de Compostela, una de las más grandes cocineras de Galicia, asegura que el cierre del local sólo es un «punto y seguido» en su vida profesional.
La crisis económica de los últimos meses a agrandado las ya existentes dificultades financieras del negocio de Toñi Vicente hasta el punto de obligar a bajar la persiana del emblemático restaurante gallego. La céntrica confluencia de las avenidas Rosalía de Castro y A Coruña también ha sido testimonio de su detención por la presunta compra de vieiras contaminadas con la toxina ASP. El revuelo que originó el caso supuso una conmoción para la comunidad gastronómica española y la mayoría de los cocineros salieron en su defensa. Ahora es Marcelo Tejedor, un de los chefs gallegos del momento, quién la apoya afirmando que «es una verdadera pena que haya cerrado, aunque espero que se rehaga en otro lugar y siga trabajando tan bien como siempre. No se merece este final».
Mediante un comunicado a la prensa manifestó que ha tomado esta decisión «después de haberlo meditado en profundidad y con gran pena y tristeza», al mismo tiempo que destacaba que «tiene la conciencia limpia y clara». Sin embargo, admitió que haber podido «cometer un error pero, sobre todo hay que creer en mi buena fe después de más de 40 años dedicados a esta profesión»,
La restauradora reivindicó adorar «la cocina y cocinar en Galicia», que en su escrito defiende a los cocineros gallegos que «se han dedicado a encontrar el mejor producto y explotar todo su potencial. Yo, ante todo, soy una artesana y busco para mis clientes lo mejor». También se mostró dolida con algunos comentarios, que a su juicio han intentado desprestigiarla, mientras apunta que la clase política «no ha estado a la altura de las circunstancias».
De momento, fuentes cercanas a Toñi Vicente han filtrado la posibilidad de que abra un nuevo local en la zona de Roxos, una zona en crecimiento de Santiago de Compostela. No hay que olvidar que el alquiler que pagaba por su restaurante era muy elevado debido a sus grandes dimensiones y su céntrica ubicación.
Esperemos que Toñi Vicente se recomponga rápidamente de este momentáneo adiós y que nos vuelva a deleitar con su cocina. Seguro que la gastronomía española y gallega lo agradecerán.