Normal, el nuevo local de los Roca

Redacción

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Los hermanos Roca han aprovechado estos últimos meses para dar forma a sus nuevos proyectos. Entre ellos, ha trascendido, a través de sus redes sociales, la inauguración de un nuevo local, bautizado como Normal, en Girona. «Será un restaurante normal, en una esquina normal de una ciudad normal», define la familia.

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Al Celler de Can Roca, Mas Marroch, Rocambolesc y Casa Cacao se añade un hermano más a la familia de locales con el sello Roca: Normal,  en Girona. Los hermanos Roca se harán cargo de un local en la céntrica plaza de l’Oli gerundense, un espacio que ya había alojado un restaurante anteriormente, el Llevataps.

El proyecto se gestó antes de la pandemia tal y como nos indica Josep Roca «Hace tiempo que buscábamos una ubicación para instalarnos en el Barri Vell. Somos de Girona y queríamos llevar al centro una parte de nuestro trabajo. Será un restaurante para la gente de Girona y para quien quiera disfrutar de una propuesta de cocina más accesible que la del Celler. Es un lugar precioso del Barri Vell, en una esquina de la Plaça de l’Oli -donde antes estaba el Llevataps- y que es muy bonita». Y añade «la oportunidad vino a nosotros, como cuando nuestro padre pasaba un día por delante del bar donde actualmente está Can Roca y pensó que sería bueno montar un restaurante. Supongo que debemos llevar esta actitud atrevida en la sangre, siempre hemos tenido más corazón que cabeza. La proximidad con el Hotel Casa Cacao y con el bistrot de vinos Plaça del Vi 7 (con Roger Viusà y Carles Orta) también ha jugado a favor para completar la oferta gastronómica que queremos ofrecer a Girona».

¿Y cómo será la propuesta?, preguntamos. «Los precios oscilarán entre 50 y  70 euros per persona, y la propuesta gastronómica que estamos dibujando con el equipo de El Celler quiere ser una cocina más artesana que de orfebrería, espontánea, de mercado, suculenta, sabrosa, de temporada…»

En cuanto al nombre, Normal, los hermanos apuntan que se debe a las ganas de normalidad, de restablecer el contexto en el que todos los que aman esta profesión y la viven puedan sentirse satisfechos haciendo lo que más les gusta hacer «servir y cuidar. «Es lo más normal del mundo, ¿no?». Queremos reivindicar la normalidad como lo hizo la corriente francesa de la música e incluso la escuela normal que ya existe en Francia, entender que una cosa normal puede ser, incluso extraordinaria», señalan.

Aunque no hay fecha definitiva, la idea es abrir en dos o tres meses o «tan pronto como podamos y nos permitan los protocolos y medidas de la pandemia. Sería fantástico que fuera en primavera», destacan. En cuanto al local,  como decíamos donde estaba el restaurante Llevataps, señalan que está en buenas condiciones y que no habrá que realizar grandes obras. «Se hará un proyecto de interiorismo a cargo de nuestro colaborador, el diseñador industrial Andreu Carulla. Estamos haciendo pocos cambios, ninguno estructural. El local tiene muy buenas prestaciones, una cocina bien equipada y solo lo justo para hacerlo más nuestro. Algunos detalles dentro y arreglar la estructura externa. Lo que sí que mantendremos son los trabajadores del antiguo restaurante, que estarán capitaneados en sala y cocina por dos miembros de El Celler de Can Roca, la jefa de cocina Eli Nolla y nuestro sumiller Quim Cufré. Confiamos en todos ellos y sabemos que harán un gran equipo. Estamos muy ilusionados», explican Josep Roca. El aforo se prevé que sea de 45 personas.

Al margen de este nuevo proyecto, se habla de que los Roca han adquirido un local conjunto a Casa Cacao. ¿Servirá para realizar una ampliación? «Estamos muy pendientes de la cambiante situación que dibuja la pandemia, incierta en el calendario, y sobre todo de los protocolos y medidas de seguridad que están regulando en Catalunya la actividad de todo el sector. Todo ello será determinante para la propuesta en este local que será una extensión de Casa Cacao. De momento el local ha servido como espacio para la tienda online de Casa Cacao, y también como comedor del personal de Casa Cacao. En los próximos meses decidiremos sobre ello, ahora, toca esperar a ver como evoluciona la pandemia», afirman.

Con todas estas novedades entre manos, la familia confiesa, «tenemos ganas de ver la luz al final de la restricción, y somos atrevidos, valientes, inocentes, al igual que cuando decidimos abrir un gastronómico en un barrio obrero de las afueras de Girona, que es hoy El Celler de Can Roca. La experiencia nos ha enseñado que soñar es posible, y queremos con la misma actitud que entonces, dar vida al optimismo. Es el momento de dejar fluir proyectos. En las crisis siempre hay que buscar las oportunidades». Amén.

Nace así una nueva oportunidad para disfrutar del genio gastronómico de este triunvirato, pero también para los negocios -para qué negarlo-, de los de Girona.