Monterrei: La godello cambia la historia
Situada al sudeste de la provincia de Ourense, es la denominación de origen más joven y menos extensa de Galicia. Por su ubicación geográfica, pertenece a la Cuenca Hidrográfica del Duero, por lo que no es sorprendente que históricamente haya estado centrada en la elaboración de vinos tintos.
Decimos históricamente porque, en la actualidad, la producción de estos vinos va disminuyendo paulatinamente, dando paso a los blancos de uva godello, que en las últimas dos décadas han visto crecer exponencialmente sus mercados, gracias a su amabilidad, con golosas notas afrutadas y tropicales, a una agradable mineralidad y a una medida y equilibrada acidez.
Para que un vino sea calificado en Monterrei como godello, deberá llevar al menos un 60 por ciento de esta variedad, mientras que el 40 por ciento restante puede ser alguna de las otras castas autorizadas por el consejo regulador, como blanca de Monterrei, albariño, loureira o caíño.
Los tintos, con la mencía y la merenzao como protagonistas, y araúxa (nombre que se le da aquí a la tempranillo), caíño tinto y sousón como secundarias, son afrutados, ligeros, con cierta estructura y moderada tanicidad, muy fáciles de beber.
Bodegas destacadas: Ladairo, Gargalo, Triay Adegas do Oimbra, Terras do Cigarrón.
Rías Baixas: El imperio de la albariño
La variedad albariño es la indiscutible protagonista de la que quizá sea la denominación de origen española especializada en vinos blancos más conocida internacionalmente. Tal es el predicamento de esta uva que, en una metonimia errada de la parte por el todo, existe una tendencia general a llamar albariños y no Rías Baixas a todos los vinos producidos en esta región, cuando no todos los son.
En cualquier caso, teniendo en cuenta que más del 95 por ciento de la producción total es albariño, tampoco es como para llevarse las manos a la cabeza. Las otras castas blancas utilizadas, casi todas autóctonas, son loureiro, treixadura, caíño, godello, torrontés y la recién aceptada (en agosto) ratiño gallego. Generalmente sirven como complementos de la albariño, pero varias bodegas están desarrollando unos más que interesantes proyectos monovarietales.
Los productos de esta DO. están marcados por la casi dictatorial influencia del Océano Atlántico y por la climatología. El resultado son vinos muy frescos que rezuman acidez, con marcadas notas cítricas. Aunque la tendencia generalizada es beberlos del año, les suele venir bien un tiempo en botella y, de hecho, casi todas las bodegas granes ya tienen en el mercado lo que podríamos llamar «reservas».
En cuanto a los tintos, elaborados con las también autóctonas caíño blanco, castañal, espadeiro, loureira tinta, sousón, mencía, brancellao o pedral, destacan por su ligereza y su muy comedido contenido alcohólico. La producción es bastante limitada pero cada vez tienen más predicamento.
Rías Baixas se localiza mayoritariamente en la provincia de Pontevedra, aunque también toca A Coruña, y se divide en cinco subzonas, de sur a norte, O Rosal, Condado del Tea, Soutomaior, Valle del Salnés y Ribera del Ulla.
Bodegas destacadas: Terras Gauda, Pazo de Señorans, La Comtesse, Attis, Santiago Ruiz, Zárate.
Ribeira Sacra: La heroicidad de hacer vino
Entre el sur de la provincia de Lugo y el norte de Ourense, en las riberas de los ríos Cabe, Sil y Miño, Ribeira Sacra se caracteriza por sus impresionantes y agrestes paisajes, que han logrado que esta comarca esté en vías de ser declarada Patrimonio de la Humanidad.
Esos paisajes, que han convertido la zona en uno de los destinos más pujantes dentro del ámbito del enoturismo, se traducen, en cuestiones vinícolas, en lo que se ha dado en definir como viticultura heroica, por las enormes dificultades que conlleva vendimiar manualmente en laderas escarpadas de pronunciadas pendientes. Con, eso sí, unas vistas privilegiadas de los cañones del río Sil.
Y, al mismo tiempo, son los que le confieren su especial y un punto agreste personalidad a los vinos que se elaboran desde hace más de 2.000 años en los minifundios que la componen. Los tintos, generalmente jóvenes, afrutados, muy aromáticos y bajos en graduación, siempre han sido los que han tenido mayor predicamento, con la mencía como uva estrella, acompañada de variedades autóctonas como brancellao, merenzao, sousón, caíño tinto o mouratón.
En los últimos tiempos, a causa del imparable aumento de la demanda de blancos, tanto nacional como internacional, está proliferando esta tipología y las etiquetas que lucen la palabra godello son la que se llevan la palma, que para eso es la casta de moda.
Bodegas destacadas: Algueira, Dominio do Bibei, Abadía da Cova, Ronsel do Sil.
Ribeiro: Treixadura entre tres ríos
Hubo un tiempo, no muy lejano, en que el vino de Ribeiro se identificaba con un indescifrable líquido turbio que se servía a granel en las tabernas, en tazas de cerámica (cuncas) que no permitieran apreciar ni el color ni, mucho menos, que se vieran los posos.
A día de hoy, la cosa ha cambiado radicalmente y Ribeiro, con ocho milenios de historia a sus espaldas, que se dice pronto, es una denominación de origen que ostenta un merecido prestigio, especialmente en los que a vinos blancos se refiere, tanto en España como allende las fronteras.
El alma máter de estos blancos es la treixadura, una uva muy aromática, expresiva, glicérica y versátil, con gran potencial de guarda y que presenta un notable equilibrio entre acidez y alcohol. En forma de monovarietal o en compañía de otras variedades (albariño, loureiro, godello, lado…), parafraseando a Luis XIV, Ribeiro es ella.
La DO se divide en tres subzonas, en función de los ríos que las recorren, el Miño y sus afluentes Avia y Arnoia. Cada valle tiene una muy marcada personalidad propia. Los vinos del Miño son los más aromáticos y largos. Los del Avia (mis preferidos), tienen más estructura y nervio y son los que mejor envejecen. Los del Arnoia son los más ligeros y con mayor acidez.
Si los vinos tintos apenas si son testimoniales, no hay que olvidar los tostados de Ribeiro, una rareza y una joya, de escasa producción. Unos vinos naturalmente dulces obtenidos de la pasificación de variedades autóctonas en locales cubiertos y madurados en barrica que pueden competir contra los mejores dulces del mundo.
Bodegas destacadas: Viña Costeira, Casal de Armán, Lagar do Meréns, Bodegas Campante, Adegas Celme.
Valdeorras: Abriendo camino
Cuando el río suena, agua lleva. Y cuando grandes enólogos como Rafael Palacios o Telmo Rodríguez apuestan por una determinada zona, es que esa zona tiene un enorme potencial. Aunque, en el caso de Valdeorras, más que de potencial tenemos que hablar de una realidad.
Es la más oriental de las cinco denominaciones gallegas, al sureste de la provincia de Ourense, con León y Portugal como vecinos y en pleno Camino de Santiago. Con una gran variedad de suelos (pizarra, granito, canto rodado…) y de altitudes, clima extremo casi continental y la influencia de los ríos Miño, Sil y Bibei, con el océano resoplando allá a lo lejos, sus vinos son de marcado carácter atlántico, frescos y ligeros. E, importante, muy gastronómicos.
La godello, en cuestión de blancos, y la mencía, en tintos, son las dos variedades predominantes, aunque en la zona se apuesta desde hace algunos años por otras uvas autóctonas recuperadas, léase dona branca, en el primer caso, y sousón o brancellao, en el segundo,
Si la godello se ha convertido en la uva blanca de moda, gran parte de responsabilidad es de esta denominación de origen, que supo ver su potencial antes que otros y que sólo certifica como monovarietales los que están elaborados al cien por con esta uva, sin mezclas.
Bodegas destacadas: Godeval, Bodegas Joaquín Rebolledo, Guitián y Blanco, Bodega Rafael Palacios, Ladeiras do Xil.