¿Me trae el iPad, por favor?

Luis Tusell

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Las tabletas asoman tímidamente en la restauración como alternativa a las cartas y favorecen el consumo

La revolución tecnológica en la gastronomía empieza a asomar también en las salas de los restaurantes. Sin embargo, España no lidera precisamente este nuevo campo de actuación, como sí ha liderado la gastronomía de vanguardia.

Uno de los elementos que más se está consolidando en los restaurantes que tratan de modernizarse es la sustitución de las tradicionales cartas en papel por tabletas. El objetivo es ofrecer al cliente más información sobre el producto que debe elegir e incluir imágenes. A cambio, el restaurador gana un incremento de sus ventas, según los primeros resultados.

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La carta de vinos del Wave, en iPad.

«Es mucho más flexible que una carta», destacan desde el W Hotel de Barcelona. Su restaurante Wave acaba de estrenar su carta de vinos en tableta. Marie-Therése V. Pachmann, directora de marketing y comunicación del hotel, considera que «es una herramienta de apoyo interesante para un restaurante informal» que, como en su caso, no cuenta con somelier. Así, el cliente puede saber todo lo que desea de cada vino. V. Pachmann también subraya que al restaurante le «facilita la venta de lo que interesa en cada momento», destacándolo en la carta sin tener que volver a imprimir cada menú.

Andrés Navarra, de la empresa de comunicación tecnológica Mi Hormiga, apunta a un crecimiento en la venta de bebidas en los restaurantes con carta de vinos en tableta y también en el gasto medio allí donde se presenta todo el menú de forma electrónica. Él se ha encargado del nuevo software del W Hotel. «Al restaurador le permite vender más por la vista y al cliente se le da la posibilidad de tomar más y mejores decisiones», explica. Por poner un ejemplo, el cliente no sólo recibe más información, sino que puede realizar búsquedas en función de sus gustos. Así, puede filtrar la búsqueda de un vino por Denominación de Origen, por tipo de uvas, por precios o por el concepto que se desee.

Las primeras cifras del impacto del menú electrónico proceden de una prueba piloto realizada en un restaurante de Israel. Allí, el gasto medio en las mesas a en las que sólo se entregó la tableta creció entre un 9% y un 15% por cliente. En el caso de la carta de vinos electrónica, el incremento fue del 23%.

Otra ventaja para el restaurante es que de forma automática registra las preferencias de sus clientes y lleva un mejor control del stock.

Primeros ejemplos en España

Como en muchas otras cosas, El Bulli también fue precursor en los menús electrónicos. De la mano de Juli Soler y Ferran Adriá funcionó durante algún tiempo una carta de vinos digital a través de un tablet PC. Esta digitalización también permitió ser consultada desde casa. Es decir, no eran aún iPads ni tabletas como las conocemos en la actualidad, pero fue la primera aproximación al menú electrónico.

De momento en España hay muy pocas tabletas en restaurantes. Según el estudio de mercado realizado por Mi Hormiga, no hay más de 50 pantallas en todo el país, la mayoría en Euskadi. De hecho, el restaurante Etxanobe de Bilbao está considerado uno de los iniciadores, pues digitalizó su menú completo a través de iPad hace más de dos años. «Fuimos los primeros del mundo, y el día que lo estrenamos, dio la casualidad que tuvimos un cliente americano y uno japonés que se quedaron alucinados», explica Fernando Canales, propietario del restaurante.

En Etxanobe cuentan con cuatro iPads para sus 12 mesas, en los que se puede ver cada plato, con un vídeo de unos 15 segundos y fotografías. «Una imagen vale más que mil palabras», recuerda Canales, que lo considera «una herramienta extraordinaria». Y es que también les ha ayudado a vender más. «Había platos que no tenían éxito, como la sopa de pescado, porque la gente sólo se quedaba con que era una sopa, pero en cuanto la vieron en el iPad, empezó a salir mil veces más», explica. «Nos ha ayudado a vender mejor nuestra excelencia por lo que la inversión está totalmente rentabilizada», asegura. En Etxanobe la apuesta por las nuevas tecnologías es integral y no se limita al iPad. En la cocina cuentan con un iPhone desde el que envían fotos a Facebook, Twitter y Flicker de los platos que van saliendo, y además tienen un canal en Youtube.

También las hay en otras ciudades, como en Barcelona, como es el caso de Monvínic y desde hace pocos días del Caelis, restaurante del hotel El Palace, que ofrece su carta de vinos en tableta. Su somelier, Anouk Boitiere, considera que es un sistema «más atractivo», que «permite actualizar en un momento y sin gastos la carta» y «gestionar mejor la bodega». El trabajo previo en Caelis para digitalizar toda su bodega ha sido costoso, ya que cuenta con unas 400 referencias, por lo que se ha tardado unos tres meses, entre catalogar y fotografiar. Eso sí, Boitiere advierte de que «hay personas que aún prefieren el papel» y considera que el iPad «se extenderá más en hoteles que en restaurantes gastronómicos».

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Un cliente consultando el menú en tableta en Fonda Paloma.

En Valencia la Fonda Paloma ha sido la primera en ofrecer el menú electrónico, en este caso de la carta completa, desde hace tres semanas. Su gerente, Manfred Berbel, considera que «la posibilidad de enseñar una fotografía del plato al cliente y que éste pueda elegir sin sorpresas posteriores, es simplemente genial», y destaca esta utilidad en el caso de clientes extranjeros. Su sistema, desarrollado por la empresa Coltic (socios en Levante de Mi Hormiga), les permite también «aumentar el ticket medio», ya que la tableta completa la oferta de cada plato con diversas variedades de acompañamientos. Es más, en el caso de los postres, cuando el cliente selecciona uno, automáticamente la pantalla le muestra un vino dulce apropiado para el maridaje, con lo que se incentiva el consumo. «Los clientes se quedan impactados cuando les entregamos la tableta», explica el gerente, que confía en que esta experiencia «se traduzca en más clientes y mayor ticket medio». De cara al futuro, Berbel no descarta sustituir totalmente las cartas en papel por el menú electrónico y de esta forma poder variar los menús o las ofertas en función de la hora.

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Un menú en iPad en la Fonda Paloma de Valencia.

Desde Mi Hormiga apuntan a un crecimiento exponencial de pantallas en los próximos años en los restaurantes de España. En dos años consideran que se puede alcanzar el millar.

En España no se llega a la decena de empresas que desarrollan el software para que los restaurantes puedan ofrecer cartas electrónicas a sus clientes y la gran mayoría han empezado a funcionar en el último año. Esta situación contrasta con la que se vive en otros tres países, que son líderes en este ámbito. Israel fue precursor y domina este mercado, con unas 2.500 pantallas instaladas. Le siguen el Reino Unido, por el gran tirón que representa Londres, y Francia.

De momento se trata mayoritariamente de iPads, pese a que es la tableta más cara. «Es iPad porque es la moda pero el software de Android es más económico», explica Navarra. La creación de la aplicación cuesta entre 2.000 y 4.000 euros. Se personaliza para cada restaurante y el precio final dependerá del tamaño de la carta y el trabajo que suponga de fotografiar y detallar cada concepto. Además, se paga un mantenimiento mensual de entre 150 y 300 euros.