Rioja'n'roll: una nueva voz indie en el vino

Algo se está moviendo en el normalmente plácido y tranquilo viñedo riojano. Soplan aires de cambio en las laderas del Ebro y en los riscos de la Sierra Cantabria propulsados por una generación de elaboradores que defienden vinos que reflejen su origen y su terruño.

22/10/15 Desde Izquierda: Bryan MacRobert, Arturo Blanco, Oscar Alegre, Tom Puyaubert, Olivier Riviere, Bárbara Palacios, Sandra Bravo, Kike Blanco, Roberto Oliván y Eva Valgañon. Asociación de bodegueros, Rioja 'n' Roll, Baños de Ebro, Alava, País Vasco, España. Foto de James Sturcke | www.sturcke.org

No es una tormenta sino una reivindicación pausada que, bajo el nombre de Rioja ’n’ Roll, aglutina a un grupo de jóvenes viticultores y bodegueros a los que les une el respeto por la tierra que trabajan, un espíritu de trabajo común y un estilo de vinos más allá de rigideces geográficas o administrativas, tiempos de crianza o número de barricas en bodega.

Roberto Oliván (Tentenublo Wines), los franceses Olivier Rivière (Olivier Rivière Vinos) y Tom Puyaubert (Exopto) o Arturo y Kike de Miguel (Artuke) son los nombres más conocidos de Rioja ’n’ Roll, pero en el grupo también hay jóvenes que intentan labrase un futuro digno en la vitivinicultura como Sandra Bravo (Sierra de Toloño), Bárbara Palacios (Barbarot), Óscar Alegre y Eva Valgañón (Alegre & Valgañón) y el sudafricano Bryan MacRobert (Laventura).

IMG-20151028-WA0004Quieren ser una voz alternativa a las voces mayoritarias de Rioja, aglutinadas bajo un Consejo Regulador en el que los grandes grupos bodegueros imponen sus criterios, pero no se plantean abandonar la denominación de origen, como ya ha anunciado Juan Carlos López de Lacalle de Artadi —una de las marcas más respetadas de la zona— harto de que desde el órgano regulador se prime el volumen y los precios bajos a costa de la identidad de los vinos y la diferenciación de terruños.

Las ocho microbodegas también piden otra dimensión más humana de la viticultura, que les permita vivir con dignidad de su trabajo. “Queremos reivindicar los vinos de personas, de pueblo, de finca; vinos libres y sin encasillar que reflejen nuestra personalidad y la de los viñedos que trabajamos en muchas zonas de Rioja,” explican. “Practicamos una viticultura respetuosa con la naturaleza y nos emociona un buen viñedo, aunque no somos ingenuos; nos ganamos la vida elaborando vinos, pero también es algo vocacional. Seguramente ninguno de nosotros se hará rico con el vino. El dinero que tenemos lo reinvertimos en el viñedo o en la bodega. Nos gusta mancharnos las botas de tierra,” declaran los miembros de las ocho microbodegas.

En un país con un patrimonio vinícola envidiable pero en el que el precio medio del vino exportado es de 1,11 €/litro, el eco de las voces alternativas que piden un cambio que refleje esa singularidad es cada vez mayor.

Productores de prestigio como Telmo Rodríguez (Compañía de Vinos de Telmo Rodríguez y Remelluri) o Álvaro Palacios aprovechan su exposición internacional para lanzar en medios internacionales y en foros como el Congreso Denominación de Origen Identidad y Diferenciación, celebrado la semana pasada en Laguardia, la idea de implantar una clasificación de terruños más allá de la oficial que recoge sólo niveles de crianza. “Somos el país más complejo de Europa en biodiversidad pero somos los que más hemos destruido el paisaje. Se nos empuja a ser peores viticultores y somos cada vez más vulgares, pero este país necesita calidad”, dijo Rodríguez, autor de vinos de culto como Las Beatas, con 98 puntos Parker.

Los miembros de Rioja ’n’ Roll son conscientes de la tradición y el reconocimiento de la marca Rioja pero abogan por extraer el tremendo potencial, muchas veces descuidado, del viñedo de la zona. “Aunque cada uno de nosotros tiene una forma propia de trabajar, es mucho más lo que nos une que lo que nos separa”, explican.

Quiénes son los Rioja ’n’ Roll

Arturo y Kike de MiguelArturo y Kike de Miguel (Artuke): De familia de viticultores, los hermanos Arturo y Kike de Miguel apuestan por volver a las raíces. Elaboran vinos de terruño que reflejan su origen, por eso hicieron un estudio minucioso de los suelos de sus 32 parcelas plantadas con viñedos en vaso y situadas en las zonas de Baños de Ebro, Ábalos y San Vicente de la Sonsierra. El resultado se refleja en sus dos gamas: la de vinos de pueblo, como Artuke o Pies Negros, elaborados a la manera tradicional y sin raspón, y la de sus vinos de parcela, como Finca Los Locos, un tempranillo fresco, jugoso y con personalidad.

Barbara Palacios peqBárbara Palacios (Barbarot): Como miembro de la saga Palacios de Alfaro lleva la viticultura y el vino en la sangre, pero ha sido su inquietud por aprender y su trabajo en regiones como Burdeos, Napa o Mendoza lo que llevó a Bárbara, tras su regreso a Rioja en 2005, a crear su propia bodega y a elaborar Barbarot, un vino que nace de siete hectáreas plantado en 1990 por su padre, Antonio Palacios Muro, en los Riscos de Bilibio de Haro. Ahora Bárbara tiene en mente plantar más tempranillo para expandir su gama.

Bryan MacRobert peqBryan MacRobert (Laventura): Aunque originario de Sudáfrica y con experiencia en zonas como Swartland y Priorat, Bryan MacRobert eligió Rioja para asentarse y labrar su futuro. Sigue trabajando en Sudáfrica, donde tiene un pequeño proyecto, pero le fascina la variedad de suelos y climas de Rioja, donde trabaja con viñedos ubicados en las faldas de la Sierra Cantabria. Sus dos vinos, un tinto y un blanco, son ensamblajes de esas pequeñas parcelas.

Olivier RiviereOlivier Rivière (Olivier Rivière Vinos): Natural de Cognac, Olivier llegó a España para trabajar con Telmo Rodríguez pero enseguida se instaló por su cuenta. Además de elaborar en Arlanza y Navarra, Olivier trabaja unas seis hectáreas de viñedo en Rioja Alavesa (1,5 en propiedad) y se abastece de uvas de las tres subzonas de la DOCa Rioja para hacer unos vinos frescos y complejos como Ganko, Rayos Uva, Gabatxo o su blanco Jequitibá. Su último experimento se llama Mirando al Sur, un sorprendente mestizaje de Viura envejecida en botas de Jerez.

Oscar Alegre y Eva Valganon peqÓscar Alegre y Eva Valgañón (Alegre & Valgañón): Fonzaleche es el último pueblo de La Rioja antes de entrar en los páramos de la Meseta Norte. En esta zona límite de cultivo a casi 600 metros de altura en las laderas de los Montes Obarenes están los viñedos de la familia Valgañón, 15 hectáreas y 17 parcelas cultivadas desde hace más de 100 años. Ahora son Eva y Óscar, con el apoyo familiar en el cuidado de las viñas, quienes elaboran de forma artesana y con mucha ilusión dos vinos tintos (Alegre & Valgañón y La Calleja) en una pequeña bodega en Sajazarra.

roberto olivan peqRoberto Oliván (Tentenublo Wines): La pedanía de Viñaspre en Lanciego (Rioja Alavesa) es la tierra donde Roberto Oliván vive y cultiva sus 22 parcelas (8 hectáreas) con tempranillo, garnacha, viura, malvasía y alguna que otra variedad mezclada en la parte alta de su viñas más viejas. Campechano y tremendamente jovial, Roberto es uno de las grandes promesas de Rioja y transmite su personalidad a los vinos que elabora: sencillos, frescos, fragantes y con acidez, como sus famosos Ardachos o la gama más sencilla de vinos de adea con Xérico al frente.

sandra bravo peqSandra Bravo (Sierra de Toloño): A pesar de su juventud, Sandra Bravo tiene experiencia en bodegas del Viejo y Nuevo Mundo, donde trabajó como enóloga antes de instalarse en Villabuena y elaborar su primera añada en 2012. Aquí trabaja 8,5 hectáreas de tempranillo y viura a 650 metros de altitud entre Labastida y Rivas de Tereso. Tanto su blanco como su tinto son frescos, elegantes y con personalidad. En una zona donde la madera es la reina de las bodegas, Sandra ha optado desde la añada 2013 por las ánforas para fermentar sus vinos.

Tom Puyaubert peqTom Puyaubert (Exopto): De origen bordelés, Tom Puyaubert llegó a Rioja a principios de los 2000 como comercial de una tonelería francesa. Le cautivó la región y el gran potencial de la zona y en 2003 decidió elaborar sus propios vinos de viñedos en las faldas del Monte Yerga (Rioja Baja) y de Ábalos plantados con cepas viejas de Garnacha, Tempranillo, Graciano y una mezcla de variedades blancas tradicionales de Rioja. Exopto, Bozeto o Cuvée Paola son los nombres de sus vinos, a los que merece la pena seguir la pista por su frescura y modernidad.

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