Los aromas de Colombia en el mercado de hierbas de Bogotá

Cada lunes y cada jueves, el Mercado Samper Mendoza se llena de hierbas, hojas, tallos, flores, raíces o cortezas llegadas de todos los rincones de Colombia. Los camiones que las traen aguardan en los alrededores para llenarse otra vez con productos llegados de otros lugares y seguir la distribución en sus lugares de origen. Unas tienen usos medicinales, otras se venden con fines esotéricos, algunas más van directas a la cocina. Se han censado 391 especies diferentes. Es el universo mágico del mercado de hierbas de Bogotá.

Los coteros y yerbateros avisan con un silbido que una carga aromática va a pasar. Los visitantes se hacen rápidamente a un lado, para dar prioridad al cargamento de bultos y atados de hierbas que circulan constantemente sobre hombros y ruedas, en el piso terminado de instalar en la pandemia.

 

Se transportan tallos, flores, espinas y raíces que pican, cortan, se parten y dejan una estela aromática a su paso.

 

Es la noche del lunes en la Plaza Distrital de Mercado Samper Mendoza, en Bogotá, y al igual que los jueves en la noche, hay abastecimiento de hierbas y llegan los camiones rellenos de hojas, troncos o ramas, en una gama amplísima que va de verde biche al café oscuro, y que impregnan con su aroma todos los corredores y espacios de la plaza.

Mercado Samper Mendoza. Bogotá.
Mercado Samper Mendoza. Bogotá. Foto: Claudia Ledezma @foodhunter.

Es tan fuerte la sobre estimulación aromática, que te sientes respirando desde el interior de una sopa verde y espesa cocinada a fuego lento.

 

La yerbatera descreída

 

María Teresa Murcia, doña Tere, trabaja acá desde hace cerca de 30 años. Su madre, Rosalbina Melo, se retiró después de vender hierbas durante décadas en un local de la misma plaza en la que su suegra, la abuela paterna de María Teresa, vendía productos traídos del municipio de Chocontá, como almojábanas, arepas, mogollas y quesos.

 

En la plaza hay productos que provienen de Choachí, Chipaque, Facatativá, Ubaque, Chía, Tabio, Tocaima, Coyaima, Cajicá, San Antonio del Tequendama y Silvania. Los locales de venta están agrupados por la procedencia de su mercancía.

“¿La hierba más efectiva que vendo?

Ninguna.

Yo no uso ninguna”

“Yo acompañaba a mi mamá desde que tenía unos siete años”, cuenta María Teresa, quien a sus 63 años tiene el pelo plateado. De esa época recuerda que los plátanos se vendían en petacas, las cajas plásticas que resultan una unidad de medida estandarizada en muchos mercados campesinos. Ahora se venden por racimos.

 

“Esto en ese entonces no se llamaba la Plaza Samper Mendoza, sino La Nordeste”, recuerda.

 

La plaza, ubicada en la localidad de Los Mártires, funciona como mercado mayorista las noches de los lunes y los jueves, cuando se convierte en el centro del tráfico de hierbas más grande del país, pero sobre todo de plantas silvestres que vienen de los departamentos de Cundinamarca, Tolima y Valle del Cauca.

 

El resto de los días es un mercado permanente a donde vamos quienes no tenemos afán por abastecernos de las hierbas más frescas.

Hierbas medicinales, hierbas esotéricas, hierbas para cocina...
Hierbas medicinales, hierbas esotéricas, hierbas para cocina… Foto: 7Caníbales.

El mercado ha funcionado de noche desde los años ochenta. Lo que ha cambiado es que al comienzo la plaza no era techada y la hora pico del tráfico de camiones era entre la medianoche y la madrugada. La plaza techada se abastece ahora desde la tarde, y sus visitantes ya no están obligados a trasnochar o madrugar para comprar.

 

La plaza que María Teresa recuerda, la Nordeste, empezó a operar en 1935 con cuatro graneros internos y un depósito. En 1956 pasó a funcionar como parqueadero de buses urbanos y en 1958 se asignó a la Empresa Distrital de Servicios Públicos, que inauguró el lugar como Plaza Distrital de Mercado Samper Mendoza.

 

Fue hacia finales de la década de los ochenta cuando empezó a albergar el mercado itinerante de yerbas de la ciudad, que antes rotó por la plaza España, la plaza de Las Flores, la plaza de Paloquemao y la carrilera del tren, sobre la calle 22 con carrera 27, en el centro de Bogotá.

 

Una riqueza extraordinaria

 

Desde entonces las hierbas se adueñaron del lugar atrayendo a curanderos, cocineros, agoreros, párrocos y curiosos que van tras las 391 especies de plantas inventariadas el año pasado por el Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt y el Instituto para la Economía Social, que administra la plazas del distrito. Fue el resultado de una investigación que reunió a un equipo de científicos, campesinos y vendedores de la plaza con el fin de clasificar su riqueza y dar cuenta de la biodiversidad de plantas, su variedad de usos y los saberes ancestrales alojados en la plaza. Todo se reunió en un catálogo llamado Plantas y saberes de la Plaza Samper Mendoza (el enlace incluye PDF).

Portada de Plantas y Saberes de la Plaza Samper Mendoza.
Portada de Plantas y Saberes de la Plaza Samper Mendoza.

De esas 391 especies catalogadas, la investigación concluye que 201 son nativas de Colombia, hay cinco especies consideradas endémicas o exclusivas del país, 163 se catalogan entre las exóticas y hay 27 de las que se desconoce el origen.

 

Entre ellas hay plantas de uso medicinal, las hay comestibles, usadas tanto como condimentos como para bebidas e infusiones, están las esotéricas, las de uso ambiental, las ornamentales, las de uso cosmético, las que alimentan a mascotas o se emplean como envoltorio de alimentos.

 

La Samper Mendoza es el principal dispensador de hojas para tamales en el país.

 

El Bijao, el Cachaco y las Chisguas son las tres plantas que se usan para envolver alimentos como tamales, quesos, fiambres, bocadillos de guayaba o envueltos. Las de Bijao y las Chisguas llegan de municipios cercanos a Bogotá, mientras las de Cachaco vienen del departamento del Tolima, famoso por sus tamales.

 

María Teresa vende sobre todo plantas esotéricas. No ofrece hojas para envolver alimentos porque sus compradores no son cocineros, van tras un guiño de la suerte.

Quereme hembra
Quereme hembra, la hierba para encontrar novio.

Las especies endémicas son populares entre los compradores por sus usos médicos o esotéricos: la mazorca de agua (Gunnera schultesii) la llevan para curar males renales; el quereme hembra (Cavendishia tryphera) es promovido en la plaza para que las mujeres encuentren novio, no sabemos si resultaría útil para las que buscan novia; el sacasal (Ditassa caucana), que viene desde el sur del país, es para recuperar la suerte; el pega pega (Ernestia ovata) es apetecido para que se peguen las buenas energías y el amor, y la Santa María (Onoseris purpurea) se aplica para cicatrizar.

 

Un mercado nocturno

 

El movimiento fuerte de los comerciantes empieza a las 6 de la tarde, cuando los compradores se mezclan entre los costales de hierbas, agarrando hojitas, probando raíces, frotando tallos, preguntando el paso a paso de un baño de hierbas, la receta de una agüita para bajar el azúcar en la sangre o las instrucciones de uso de un remedio para las pulgas.

 

Teresa llega cerca de las 8 de la noche y a veces está de turno hasta las once de la mañana del día siguiente. La mayoría de sus clientes trasnochan o madrugan.

Los vendedores usan la mercancía como colchón.
Los vendedores usan la mercancía como colchón. Foto:Claudia Ledezma @foodhunter.

La naturaleza esencialmente nocturna del mercado explica que sea común ver dormitando a campesinos y vendedores en colchones de hierbas aromáticas. Si Teresa se durmiera en el trabajo no la vería mucha gente porque su puesto está al fondo de un local estrecho y no en medio de la plaza.

 

La rutina diaria de doña Tere, a la salida de la plaza, es irse a comer a su casa, dormir al mediodía y alistarse para ver su programa favorito de televisión: “Me echo a dormir hasta las tres y media de la tarde, que es la hora de mi telenovela turca”.

María Teresa limpió los baños de la plaza durante 18 años, hasta los primeros años de este siglo, cuando empezaron a desaparecer las tapas de los inodoros y el administrador de la plaza desconfió de su capacidad para cuidarlas.

 

“No me va a creer, pero parece que las señoras que usaban el baño se las metían debajo de la ropa. Justo por ese tiempo mi mamá, de 66 años, decidió retirarse de la plaza y dejarme a mí el local”.

 

El administrador le dijo que podía ocupar el local que arrendaba su mamá, pero debía seguir limpiando los baños hasta completar lo del arriendo mensual: “Y he sido tan de malas que imagínese, yo trabajé así meses y cuando me doy cuenta al administrador lo cambiaron y se llevó mi plata, porque la deuda del local seguía sin pagarse”.

 

Entregó la mitad del local para saldar la deuda que tenía, que era de un millón de pesos, y se quedó con la parte de la derecha, el corredorcito estrecho que atiende con Víctor Manuel, uno de sus cinco hijos. “Eso sí, está bien ubicado, porque es cerca a la entrada de la plaza”. Hoy sabe que la mitad del local que entregó valía mucho más que la deuda que saldó.

 

Suerte y abundancia

 

Aunque la plaza surte a mercaderes mayoristas, a laboratorios farmacéuticos o de medicina homeopática, los principales clientes de María Teresa son mujeres en busca de hojas de duende, de vencedora o de tunda, para hacerse baños que invoquen la suerte, o tras los ajos machos para cargar en la cartera y atraer la abundancia.

El Samper Mendoza es el mayor mercado de hojas de Colombia.
El Samper Mendoza es el mayor mercado de hojas de Colombia. Foto: Claudia Ledezma @foodhunter.

“¿La hierba más efectiva que vendo? Ninguna. Yo no uso ninguna, de acá lo más efectivo es lo de los piojos, los frasquitos, esos sí los he llevado para mi nieta cuando entró al jardín infantil”.

 

En el pasadizo angosto donde doña Tere atiende se camina entre plantas colgantes de hoja de duende, en el costado derecho, y estantes llenos de frascos y sobres aromáticos en el izquierdo.

 

Los aromas de los herbajes se cruzan con el de palo santo mientras afina sus tronquitos para que queden lisos y de similar medida. Sabe que en las temporadas de fin y comienzo de año mucha gente lleva su bolsita para sacar de la casa lo que este año se coló a las malas.

 

Al palo santo se atribuye el poder de sacar las malas energías, por eso se usa en rituales de humo, de origen indígena, para purificar los espacios. También es común verlo en iglesias católicas.

 

María Teresa manipula el costal de palo santo con cautela, en el fondo del local, porque la policía hace redadas buscando lamas (Tillandsia usneoides), el musgo en vía de extinción con el que se solían hacerse los pisos y pliegues que simulaban montañas en los nacimientos o pesebres colombianos. “Y ahora se les dio por quitarle a uno también los troncos de palo santo y ni sé por qué”.

Mercado de Hierbas de Bogotá
La vida del mercado de hierbas es exclusivamente nocturna. Foto: 7Caníbales.

Los bosques secos tropicales de donde se obtiene el palo santo están en vía de extinción, eso ha generado alertas alrededor de su comercialización.

 

Doña Tere dice que ella no toma hierbas ni se hace baños. “Si me da pereza tomarme la pastilla de Losartán que me mandó el médico para la tensión alta, imagínese llevar las hierbas para hacerme los baños”, confiesa.

 

Respecto a su desinterés por las bondades de las hierbas protectoras, si estas fueran efectivas ya habrían protegido de robos tanto a los baños que cuidaba en la plaza como al local heredado de su madre.

 

“La suerte es que estoy viva y planeo seguir acá hasta que tenga aliento”, dice.

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