Burbujas

Tribuna

No están los tiempos para excesivas celebraciones, pero nunca viene mal una copa de champán. Y menos en estas fechas navideñas. Asociado siempre al lujo y a la fiesta, lo cierto es que este vino tiene mucho más recorrido que el del brindis en momentos especiales. Magnífica opción para un aperitivo, perfecto acompañante de mariscos (especialmente de las ostras), buena alternativa para esos platos orientales tan especiados que arrasan con otros vinos, y tan versátil que permite hacer una comida completa disfrutando de la frescura de sus burbujas, el champán ya no es algo inalcanzable. En España su consumo se ha incrementado notablemente en los últimos años y son muchos los sumilleres de restaurantes, incluso de los de coste medio, que los incluyen en sus cartas. Y en las tiendas especializadas encontrarán una nutrida oferta, incluidos los champanes de pequeños productores, con precios más asequibles, para beberlos tranquilamente en casa. Eso sí, eviten por favor la cursilería de llamarlo champagne. Y a ser posible no lo confundan con el cava.

Hace unos días asistí a una cata en la que se combinaban champán y caviar. Doy fe de que ambos se complementan a la perfección. El caviar, Caspian Pearl que importa desde Irán una familia originaria de aquel país instalada en España hace medio siglo. Beluga, el más exquisito, Kaluga, Asetra… variedades que se obtienen de distintas especies de esturión, con colores, aromas, sabores y tamaños bien diferenciados. Y el champán de una de las grandes “maisons” de la Champaña, Laurent Perrier. Su Grand Siecle, bandera de la casa, ensambla vinos de tres añadas excepcionales con chardonnay y algo de pinot noir procedentes de ocho “grand crus”. Luego se somete a una crianza de diez años en bodega. El Gran Siecle que probamos junto a otras referencias de la “maison” contenía añadas de 2007, 2008 y 2012. La magia de los mejores champanes está precisamente en lo bien que envejecen. Comprobar como mantienen su frescura y su finura con el paso del tiempo es un gozo. Eso sí, atención a las copas en las que lo beben. Destierren esas planas y anchas en las que se diluyen todas sus virtudes. Ni siquiera son muy adecuadas las tipo flauta. El champán es un vino, así que una copa grande es el recipiente más adecuado para disfrutarlo. Cuanto más viejo sea, más grande la copa. Levanto la mía para brindar con ustedes por el nuevo año.