Unidas somos mejores

La figura femenina en la gastronomía está presente en la historia desde tiempo inmemorial, aunque su protagonismo sobre el papel se haya relegado a los fogones domésticos o de poco relumbre. Exiliadas de la alta cocina o las mesas con mantel fino, sus nombres suenan cada vez más alto gracias a las mujeres que decidieron desmarcarse de los cánones de otros. Las voces que más lejos han llegado siempre han sido las que se han erigido al unísono.

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Como decíamos, la figura femenina en la gastronomía está presente en la historia desde tiempo inmemorial, aunque su protagonismo sobre el papel se haya relegado a los fogones domésticos o de poco relumbre. Exiliadas de la alta cocina o las mesas con mantel fino, sus nombres suenan cada vez más alto gracias a las mujeres que decidieron desmarcarse de los cánones de otros. Las voces que más lejos han llegado siempre han sido las que se han erigido al unísono.

En esa línea, en los últimos años se han formado asociaciones, clubs, agrupaciones o entidades de diversa índole que comparten mensaje: no solo que la habilidad culinaria no la marca el género, sino que el delantal femenino centellea con el mismo brillo que el masculino al margen de que el propósito sea preservar el legado culinario o lucir estrella en escenarios internacionales.

 

Sola se llega más rápido, pero unidas más lejos

En 1997 trece mujeres asturianas apostaron por crear el Club de Guisanderas de Asturias con el objetivo de “salvaguardar la cocina tradicional y sana, porque pensamos que el secreto de la cocina del futuro está en las recetas del pasado”. Según definen en esta agrupación, las guisanderas “eran mucho más que cocineras, conocían los secretos de cada alimento, los productos y las hierbas que sanaban y sentaban mejor, dependiendo de las necesidades de cada comensal”.

A lo largo del tiempo, el club ha aumentado su número pasando de aquellas primeras trece a las 40 actuales entre las que se incluyen las que se han retirado de la primera línea de acción.

Amada Álvarez Pico, presidenta del Club, comenta que el papel de la mujer en la gastronomía no ha cambiado excesivamente en los últimos años. Manifiesta que el motivo y el motor principal de la fundación del club era y es “conservar el recetario de los guisos de las abuelas asturianas, de la cocina tradicional” y no tanto el de resituar el papel femenino en la gastronomía ya que explica que las reivindicaciones las hicieron “cuando estudiaron cocina” y considera que el club es “un grano de arena muy pequeño en una inmensidad”. En ese aspecto piensa que el cambio debe realizarlo “cada una en su ámbito”.

El Club ha estado en activo hasta la llegada de la pandemia. De hecho, el último proyecto fue la publicación del libro Recetas de las Guisanderas de Asturias, en 2019; segunda publicación tras Cocina legendaria, en 1997. Amanda lamenta la situación actual y confiesa que, como todos, hay ganas de normalidad para reactivar los eventos y encuentros presenciales.

De Asturias viajamos a Catalunya donde les Cuineres de Sil tienen su radio de acción. Fundada en 1992, esta agrupación trabaja para “recuperar y preservar el patrimonio gastronómico de Sils -municipio gerundés ubicado en la comarca de la Selva-. Al igual que el anterior, su recetario es el legado de una tradición culinaria que se cuenta por siglos. “El proyecto arrancó para recordar qué comían nuestros antepasados, cómo cocinaban, qué posibilidades ofrecía el huerto, el campo, la viña, las carnes, los pescados, las frutas… en definitiva, costumbres rurales antiguas que se pierden y que era necesario dejar fijadas”, argumentan. Esta entidad fue constituida básicamente por mujeres “que tienen su núcleo original en las populares abuelas de Sils”. De las 18 fundadoras iniciales ahora superan el centenar.

Funcionan como colectivo y cada una tiene la misma responsabilidad en todas las actividades ya que van alternando roles para que todas se sientan implicadas.

Entre las actividades se encuentran la organización de eventos, la publicación de libros -llevan diecisiete- e incluso, una película. Se trata de Les cuineres de Sils, un viatge a la cuina tradicional (Las cocineras de Sils, un viaje a la cocina tradicional) que participó en diferentes certámenes de cine. Ahora mismo tienen pendiente la presentación de su última publicación, La cocina dulce (2019) y están rodando un programa de TV3 que se estrenará en mayo con, supuestamente, el título Cambio de chip.

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De Catalunya viajamos a Castilla y León, donde se fundó la asociación Entretantas con 18 mujeres procedentes del mundo de la gastronomía dentro de esta comunidad autónoma. El objetivo era compartido con el resto: desarrollar una serie de actividades, con apoyo de instituciones públicas y privadas, que ayudaran a visibilizar el papel femenino en la gastronomía y, por supuesto, a promocionar la comunidad desde la perspectiva culinaria. Desafortunadamente, lo que nació con vocación de futuro, tuvo un presente de casi cuatro años que ya ha quedado en el pasado. Una de sus últimas actividades se organizó en julio de 2019. De hecho, hemos encontrado difícil contactar con la agrupación  hasta llegar a Leticia Martín, del restaurante familiar Estoril, en Ciudad Rodrigo, Salamanca), la séptima llamada. “Nosotras todavía compartimos proyectos, pero la asociación cerró antes de la pandemia porque, al final, era incompatible con el trabajo diario de cada una de nosotras. Cada vez se hacían menos actividades y al final, decidimos cerrar”. El establecimiento, con más de medio siglo de trayectoria, ha permanecido siete meses cerrado a causa de la pandemia. “A ver quién sostiene un establecimiento con todos los gastos tanto tiempo cerrados…”, lamenta Leticia.

Entre las asociaciones más recientes se encuentra Mujeres en Gastronomía (MEG), fundada en 2018 y formada, principalmente, por cocineras, aunque también por otros perfiles profesionales femeninos. Eso sí, relacionados con la gastronomía.

Algunas de las mujeres que existen detrás de estas asociaciones trabajan en proyectos al margen de las entidades como pueden ser Gastronomía en Femenino o Parabere Forum.

En cuanto a asociaciones internacionales existen varias: Les Amis d’Eugénie Brazie (2011), Elles sont Food (2017), Women in Hospitality (2016) o Women Chefs & Restaurateurs (1992).