Cosas que solemos hacer mal y recomendaciones útiles cuando pretendemos crear nuestra propia bodega
Cuántas veces nos hemos preguntado cómo debemos conservar el vino en casa. Cuántas veces habremos escuchado comentarios como “los vinos se me estropean”. Hasta en algunos casos se le atribuye el defecto de la mala conservación al mismo vino: “es que no es un buen vino”…
Hay que recordar que el vino es un producto vivo. Como si de una persona se tratase, el vino es susceptible a cualquier tipo de cambio. La alteraciones de temperatura, humedad y otros suelen pasar factura. Si bien es cierto que los vinos jóvenes siempre son más dinámicos, más vivos y más salvajes y no requieren de tantos cuidados como los vinos añejos, tampoco quiere decir que no se tornen receptivos a los malos tratos.
El vino requiere diferentes tipos de condiciones para ser conservado. En primer lugar, hay que tener en cuenta el tipo de vino que adquirimos. Una vez seleccionado, decidiremos, siempre en función de sus propiedades, cuanto tiempo vamos a conservarlo. Evidentemente no precisa de las mismas condiciones un vino que vamos a almacenar durante menos de un año a otro que pretendemos que pase a formar parte de nuestra bodega privada.
De nada sirve comprar un buen vino para ponerlo en uno de esos “fabulosos” estantes para vinos, que hemos comprado o nos han regalado, ubicados justo a escasos centímetros de la encimera de la cocina «porque queda bonito». Los cambios bruscos de temperatura son precisamente una gran amenaza para los vinos. Con esto tampoco pretendo decir que colocar los estantes en la parte opuesta de la encimera, justo debajo de los halógenos para que se vea bien, sea su lugar. La luz directa es siempre molesta, recordemos que para ello se han inventado las gafas de sol (aunque para los vinos aún están por llegar).
En nuestras casas hay que buscar algún lugar oscuro, a ser posible con temperatura y humedad constante, algo difícil a día de hoy. Es por ello que siempre recomendaré no aventurarnos a conservar botellas a menos que se disponga de una nevera especial para vinos, en cuyo caso habrá que tener en cuenta que una mala elección puede darnos alguna desagradable sorpresa. Ya me ha sucedido alguna vez que un amigo se me ha quejado porque al comprar una nevera que no disponía de humidificador y regulador manual en lugar de digital, ha sufrido las consecuencias de su mala elección. En un caso se le llegaron a congelar algunos vinos por tener mal el regulador, para luego pasarlos a 30º. La solución pasó por tirar los vinos. Hasta aquí todo normal. Pero cuando mencionó que su bodega gozaba de la compañía de Yquem, Lafite, Latour, Le Pin entre otros, a una servidora se le pusieron los pelos de punta.
Una útil recomendación es utilizar siempre los servicios de los profesionales cuando vamos a comprar. Ellos están familiarizados con las novedades del mercado y resultaran los más indicados para asesorarnos en cualquier duda que podamos tener.