Una visita a Dominio do Bibei, una de las principales bodegas de la Ribeira Sacra
Era un día muy caluroso en el inicio del verano, me encontraba en Sober, que es una de las poblaciones más antiguas en el mundo del vino. Desde hace 2000 años en la Ribeira Sacra ya se elaboraba vino. Tenía cita para visitar, en la población de Manzaneda, la bodega más importante de la zona, Dominio do Bibei. En la ida hicimos un largo recorrido por la CRA. N-120 dirección Ponferrada y luego desvío desde A Rua hasta un puente construido por los romanos sobre el rio Bibei.
Allí nos esperaba Laura, la enóloga de la bodega que nos vino a buscar en un Jeep. La encontré una chica joven, alta, guapa, fuerte, con un pelo formado por largas rastras. De inmediato ya tuve la sensación de que no era simplemente la enóloga de la bodega. Conducía con gran pericia por la finca y esto que los frenos no eran lo mejor del vehículo. Conocía, como si las hubiera parido, o quizás sí, cada una de las cepas de todas las viñas: «mira esta cepa, está enferma» o «aquella la han quemado y es que en la zona hay gente para todo».
Laura se define impulsiva, alegre, gruñona, a veces un desastre y si le preguntas qué prefiere, un gran vino o una noche de fiesta acompañada, responde que el vino siempre se puede tomar la mañana siguiente….
La Ribeira Sacra
El valle do Bibei se cubre de niebla hasta bien entrada la mañana. Después, con sol, es todo un espectáculo. Sus fuertes pendientes, su viña en aquellos parajes donde es la reina y espera la noche para escuchar los consejos que te da la luna, pues todo se realiza siguiendo el dictado lunar.
Tierra de soledad, de trabajo y de oración. Los romanos encontraron oro en el rio Bibei. Las antiguas minas de las Medulas lo atestiguan -modificaron el trazado del rio- pero también fueron los primeros en cultivar la viña. Hoy el oro ya no está en el cauce del río, ni en la mina. El oro son las vides y el trabajo de una viña, una heroicidad.
La Ribeira Sacra es una zona que comprende las riberas del río Miño y del Sil, ubicadas en las provincias de Lugo y de Ourense, cuya capital es la ciudad de Montforte de Lemos.
El nombre de Ribeira Sacra procede de la Edad Media, debido a la gran cantidad de monasterios y templos romanos existentes cerca de los cañones y laderas muy pronunciadas, con cierto parecido a las de río Duero, no muy lejos de aquí. Sólo monasterios visitables hay 18, algunos auténticas maravillas como el de Santa Cristina de Ribas de Sil y, sobre todos, el de Santo Estevo de Ribas de Sil, actual Parador Nacional.
Pero el mayor esplendor de la Ribeira Sacra son sus vinos. Blancos o tintos, todos son de gran calidad. La uva reina en blanco es la godello y en tinto, la delicada mencía.
Las viñas cultivadas desde hace más de 2000 años están situadas en los lados del curso del río, formadas a base de escalones, llamados sócalos. Vino preferido por los romanos, para disfrute de las carnes y de los peces la lamprea era la más codiciada.
De la zona de Amandi, que pertenece al municipio de Sober, eran los más distinguidos y se bebían en la capital del Imperio. Vinos de la Gallaecia para el Cesar.
El viñedo se sitúa sobre piedra granítica. Abundan las arenas, los esquistos y minerales como el cuarzo. También hay suelos arcillosos y pizarras.
Clima atlántico, precipitaciones alrededor de 700mm. Sobre todo en invierno y primavera y gran diferencia térmica siempre entre la noche y el día.
Pasemos a la bodega y a catar sus vinos
Situada en la parte más oriental de la provincia de Ourense, cerca ya de la provincia de León, y a lo alto de una colina, la viña de Dominio do Bibei tiene una orografía que va desde los 200 a los 700 metros de altura. Sus caminos son estrechos con pendientes muy pronunciadas, que sólo la maestría de Laura domina a la perfección. Entre las vides las hay jóvenes, pero también las hay centenarias y han recuperado variedades de cepas casi abandonadas. Las más importantes en tinto sin duda la mencía, pero también Mouraton, Brancellao, Garnacha tintorera , Caiño, Souson y Vella da Caxata. Para blanca, Godello, Albariño, Doña Blanca, Treixadura y Torrontes.
Imposible trabajar de forma mecánica. La vendimia se lleva a cabo a mano, en cajas pequeñas previa selección.
La bodega está formada por varios edificios en forma de cubos de color blanco, situados de tal forma que se integran en el paisaje.
El acceso está en la parte superior de los cubos, donde se encuentran las barricas, las tinas de hormigón y los foudres en un sótano a seis metros de profundidad, con una temperatura ideal de 16 grados. Allí catamos los vinos que a continuación explico, acompañados de un pan gallego.
· LAPOLA 2010.
Es uno de los vinos blancos más interesantes de la Ribeira Sacra. Compuesto por las variedades godello (70%), albariño (20%) y doña blanca (10%). La uva procede de diferentes terruños, entre seis y 100 años de antigüedad. Fermenta en barricas de 600 litros el 40% y el resto en foudres de 1200 litros de roble francés, alemán y austriaco, la mayor parte usadas.
No realiza fermentación maloláctica y posteriormente realiza una crianza de 15 meses sobre sus lías. 7 meses en barricas de roble francés de 600l. y foudres de 1200l.
A la vista, presenta un color amarillo brillante. En nariz es complejo, intenso y mineral, fruta madura, cítrico, con aromas a mantequilla y bollería. En boca buena entrada, es fresco, amable con una buena acidez, fruta blanca con toques de tostados de madera. Final largo y persistente con un ligero amargor.
·LAPENA 2008.
Un gran vino blanco de guarda. Compuesto por la variedad godello 100%, proviene de dos fincas de 20 y 30 años de antigüedad, plantadas en suelo de esquisto y pizarra a unos 500 metros de altura. Fermenta en barricas de 600 litros de roble francés de primer y tercer año y crianza en las mismas barricas donde realizó la fermentación, en contacto con sus lías, en foudres durante cuatro meses y en depósitos de hormigón durante siete meses. En botella 18 meses antes de su expedición.
A la vista presenta un color pajizo, muy brillante. En nariz es intenso, notas de fruta blanca, hierba, confitura de albaricoque, anisados y notas minerales. En boca es fresco, goloso, cremoso, buen recorrido, muy buena acidez, que le permitirá una larga guarda, y unas notas amargas muy delicadas. Buen final largo, en el que siguen apareciendo las notas frutales. Lo dicho, un vino blanco para guardar.
·LALAMA 2008.
Un vino que expresa la tierra. Elaborado a base de cepas mencía, brancellao y garnacha tintorera, en viñas de entre 15 y 100 años de antigüedad, plantado sobre suelo de pizarra, arcilla y granito.
Su fermentación se realiza en foudres grandes, en depósitos de hormigón y en barricas de 500 litros y fermentación malaláctica en los mismos depósitos. Crianza en barrica de roble francés y en foudres, en contacto con sus lías. Se guarda en bodega, en reposo durante 18 meses antes de su venta.
A la vista presenta un color cereza, capa media y lágrima tintada. En nariz, aromas de fruta madura, notas de violeta, especias, regaliz, con toques mentolados anís, bajo una capa de mineralidad que envuelve el vino. En boca, sabroso, muy buena acidez, fresco delicado, con buena estructura , con un final largo, en el que se aprecian tostados.
·LACIMA 2008.
Procede de tres viñedos de mencía : uno plantado hace 50 años en suelo de esquistos y pizarras en una altitud sobre 400 metros; de un viñedo plantado con anterioridad sobre 90 años, sobre suelo pizarroso a una altura de 400 metros y de un viñedo de 80 años a un altura de 500 metros con abundancia de esquistos. Muy poca producción, las cepas no dan ni 800 gramos como máximo cada una.
Fermenta en barricas de roble francés de 500 litros. Crianza sobre barrica de roble francés de 300 litros sobre lías durante 19 meses y en botella año y medio más.
En nariz presenta un color rojo picota muy vivo con ribete granate. En nariz, notas de fruta negra, eucalipto, especiado, regaliz, tabaco, sobresaliendo una fina mineralidad.
En boca, elegante, fresco, con muy buena acidez, sabroso, intenso, aunque le falte algún año para su momento óptimo de consumir. Final largo y muy persistente.
No quisiera acabar este artículo sin rendir mi homenaje a Laura, como también lo hago extensivo a mi amigo Marcelí Nager, del celler Oller del Mas y a tantos hombres y mujeres, como ellos, que se dedican todas las horas del día, sin importar que sean laborables o festivos, a la viña. Que la controlan de enfermedades, vigilan el grado alcohólico, la acidez, recogen la uva a mano y si hay maquinaria ellos la conducen, podan la vid, trasiegan el vino, limpian las barricas, los foudres o tinas. Si hace falta, enseñan la bodega y dan a probar el vino, etiquetan las botellas, ayudan cuando hay ferias y otras muchas cosas más. Y aunque otros se lleven las medallas, vosotros sois el alma mater de la bodega.
Enhorabuena LAURA……. LAURA LORENZO.
Dedicado a mi amigo PAU ALBORNA I TORRAS, al que nunca olvidaré.