Algo está pasando en Priorat. La que fuera hace dos décadas una de las denominaciones más aclamadas, referente nacional e internacional, sinónimo de calidad y altos precios, está viviendo un momento dulce y salado. Una transición reveladora hacia un luminoso futuro impreciso y excitante.
Solo catando los vinos de una pequeña parte de las más de 100 bodegas actuales, recientes o no, se percibe ese algo que está pasando. Así ocurrió en la III Espai Priorat, la muestra internacional de vinos de la D.O.Q. Priorat que se celebra cada dos años en el refectorio de la Cartuja de Scala Dei. Algo confirmado por los encuentros y charlas con algunos de los bodegueros más relevantes de la región, y algún otro viaje posterior a Priorat.Una nueva filosofía de la diversidad marcada por vinos más nítidos, afilados y puros. Una pureza entendida por el respeto al duro entorno, la búsqueda de la integridad y cierta ortodoxia en el hacer. Una nueva interpretación del suelo para intentar extraer lo que cada bodeguero busca, o lo que la tierra le otorga. Menos maquillajes y más limpidez conceptual. Menos cabernet, merlot y syrah, y más cariñena y garnacha; menos uso abusivo de barricas, más cemento, toneles o ánforas; menos coupage de territorios, más fincas y parcelas.
Muchos reconocen que vivió un boom que explotó. “Fue una tentación en su momento”, dice Alvaro Palacios, quien ahora busca “una dimensión física, consistencia, frescura y agilidad de los vinos. La frescura es fragancia y vida”. Viticultores y bodegueros en busca de nuevos ámbitos de expresión y caminos por definir.
Un agitador del Priorat está siendo Ricard Rofes de Cellers Scala Dei. Su vinos representan muy bien el redescubrimiento del Priorat en todo su sentido. “Tenemos que enseñar lo que somos y recuperar el patrimonio de elaboración que tenemos”, dice. Y lo hace también. Sus Vi de Vinya Histórica, los tintos St. Antoni y Masdeu, y el blanco Massipa son un tributo a la tierra, generosos en conocimiento cultural del terreno y un bocado delicioso. Increíble garnacha blanca y chenin blanc de suelos arcillosos a 600 metros, garnachas tintas de altitud muy bien definidas sobre pizarras y arcillas rojas y amarillas. Florales y frescas, rústicas y con nervio. Todas con carácter. Ricard trabaja la garnacha con raspón en antiguos depósitos de cemento y toneles de gran capacidad.
Intensa y pura energía, como sus vinos, sigue siendo Sara Pérez. Madura e introspectiva sin dejar su apasionada locución, Sara reivindica lo local, las personas y la cultura vitivinícola del Priorat. Se sabe viviendo un momento nuevo y es consciente de que Priorat está tomando un rumbo abierto. La bodega Mas Martinet es parte de la historia reciente de Priorat. Els Escurçons (100% garnacha) y Camí Pesseroles (garnacha y cariñena) también lo son. Ahora Sara, siempre en ebullición, pacientemente está elaborando un vi ranci que pronto embotellará. Con damajuanas también experimenta en bodega. Allí tiene una maravillossa cariñena con nervio, que entre cristal mantiene la magia del vino.
Más bodegas y viticultores
Sobre el momento que vive Priorat los bodegueros tienen sentimientos encontrados pero todos ellos positivos. Alvaro Palacios cree que “Priorat está en el mejor momento porque se hacen vinos más afines al entorno, vinos más vitales”. Mientras, René Barbier (Clos Mogador) cree que “Priorat está viviendo la adolescencia, tenemos que definir el color del paisaje y de la gente”.
Mientras, maduran en calidad bodegas pioneras, surgen nuevas, llegan grupos importantes y pequeños viticultores locales siguen trabajando sus tierras.
Celler Vall Llach, con su Porrera Vi de Vila y Vi de Finca Mas de la Rosa continua su trayectoria ascendente de calidad con Albert Costa al frente. Las cariñenas y garnachas viejas de Cims de Porrera demostrando la evolución de las variedades y las de Esther Nin y Carles Ortiz con mucha magia. Celler Cal Pla con sus vinos blancos Mas d’en Compté sorprendiendo, al igual que la garnacha blanca Clos Nelin de Mogador. Destacados blancos también los de Mas d’en Gil, Bellmunt, garnacha con algo de viognier, Coma Blanca con macabeu y Coma Alta 100% garnacha. La Conreria d´Scala Dei de Jordi Vidal elabora una muy interesante Les Brugueres, garnacha blanca macerada con pieles y sin madera.
Mención especial a los 100% cariñena que se están elaborando. Además del sobresaliente Manyetes de Clos Mogador o las elaboraciones de Terroir al Límit, destacan 1902 de Mas Doix, Clos de Cypres del enólogo José Mas de Costers del Priorat, Eda de Epicure Wines de Franck Massard, El Perer de Marco Abella, Planassos de Costers de Saó o Ronçcavall de Cal Batllet. Y como el sur también existe, incluso en Priorat, destacar Tros de Clos de Clos del Portal y Perpetual (95%) de Bodegas Torres.
Entre garnachas y cariñenas parece que anda el juego, aunque la mayoría siguen teniendo vinos con mezclas de cabernet y syrah como Clos Figueras de Chistopher Cannan, Mas de Masos de Capafons-Ossó, Iugiter, Clos Galena etc.
Serras del Priorat, Les Crestes o lo nuevo de Ferret Bobet, son solo algunos ejemplos de vinos más accesibles, y no solo en precio. Vinos con su lugar en el mercado y puerta de entrada a la idiosincrasia del Priorat. En otro extremo, la Cooperativa Vinícola del Priorat también está estudiando la producción de vins de vila.
Lo dicho, redescubriendo Priorat.
Datos prácticos D.O.Q. Priorat
- Superficie de 17.629 ha de las cuales 1.900 esta?n cultivadas y 108 son de uvas blancas.
- 600 viticultores, 102 bodegas y una producción media anual de 32.000 hectolitros.
- Denominación integrada por nueve pueblos: Bellmunt del Priorat, Gratallops, El Lloar, La Morera de Montsant y su núcleo agregado Scala Dei, Poboleda, Porrera, Torroja del Priorat, La Vilella Alta y La Vilella Baixa. Además, talcanza la parte norte del te?rmino municipal de Falset (zona Masos de Falset) y la parte este del término municipal de El Molar (zona Solanes del Molar).
- Vins de Vila: proyecto aprobado en 2009 que identifica los vinos producidos en 12 zonas vinícolas en base a variables geográficas, ambientales, climáticas, vitivinícolas, sociales, históricas y económicas. Ya se han registrado más de 30 vins de vila.
- El 95% de las variedades plantadas son tintas: cariñena y garnacha, junto con cabernet, merlot y syrah. Garnacha blanca, macabeo y Pedro Ximénez en blancas.
Cristina Alcalá también brinda su conocimiento y experiencia alrededor del vino en su página www.cristinaalcala.com