Terramoll, una bodega en Formentera

Uno de los lugares más encantadores que he visitado nunca es, sin duda, la playa de Ses Illetes en Formentera. Visitamos la isla para conocer los vinos de la bodega Terramoll y ya de paso comer en el que, para mí, es uno de los mejores restaurantes de este enclave balear: El Pirata.

Terramoll, una bodega en Formentera 0

El menú consistió en ensalada campesina, fritura de pescado, espaguetis de bogavante -que repetimos por buenos- y langosta de la isla con huevo  frito y patatas. Una grandísima comida acompañada de unos elaborados que estuvieron a la altura.

Ya, antes de la degustación culinaria, Arantxa Moll -propietaria de la bodega Terramoll– junto al enólogo José L. Abalde Pintos presentaron los vinos que acompañarían a la comida. En primer lugar, Savina, un blanco nacido al borde del mar con unas características que te atrapan al degustarlo de la misma manera que las redes de los pescadores atrapan a los peces. Un blanco para disfrutar frío con pescados y mariscos de la isla.

Como tinto nos sirvieron el monovarietal de monastrell Es Monastir. Un vino de la tierra de Formentera criado donde antiguamente estaba el monasterio de los Agustinos. Fino y delicado, es indicado para los bullits de pescado de la isla, carnes y todo tipo de pastas.

Tuve la suerte de que el enólogo se sentó a mi lado durante la comida con lo que me fue explicando cada copa, lo que representaban estos vinos en la isla y la historia de la bodega. Dado mi interés, en un momento de la conversación me preguntó «¿te apetecería visitar la bodega?» A las seis de la tarde ya estaba en la puerta.

 

Un recorrido por la historia

Durante mi visita a sus instalaciones me ofrecieron todo tipo de información. Según lo que nos contaron, la referencia bibliográfica más antigua que se conoce de la viticultura de la isla se remonta a 1246. Se encontró en unos pergaminos del siglo XIII;  en la carta de infeudación de 1246. En ella, Guillem de Montgri, discípulo de Jaime I,  le encomienda a Berenguer Renard la repoblación de la isla y cede unos terrenos en la Mola con unas viñas al prior y otros dos frailes de la orden de San Agustín, ambos ocupantes del Monasterio de Santa María de la Mola. No olvidemos que en aquellos tiempos había una relación muy estrecha entre la Iglesia y el vino.

Al cabo de los años, derribado el monasterio por los campesinos, sus piedras sirvieron para construir los cercados de las fincas cercanas.

El cultivo de la viña se llevaría a término hasta el siglo XIV, periodo en el que la peste negra obligó a abandonar el cultivo en la isla.

En el  XVIII, cuando los ibicencos volvieron a la isla, se inició la repoblación definitiva. De hecho, a finales del siglo XVIII ya habían cultivadas en la isla unas 80.000 cepas con una producción de unos 11.000 litros. Entre 1800 y 1830 se eleva la ocupación de viñas hasta las 16 Ha. Estas producciones eran para consumo únicamente familiar. La producción aumenta con la construcción en 1879 de la bodega Can Marroig. En el año 1947 la producción aumenta hasta  los  47.000 kg. En esta época el cultivo de la viña se considera como uno de los más importantes de toda la isla.

En 1972 se instaló la bodega de Juan Riera Mayans con una capacidad de 9 500 litros. Este vino ya se embotellaba, etiquetaba y comercializaba no solo en toda la isla de Formentera, sino también en Ibiza.

Terramoll, una bodega en Formentera 1

El viñedo en Formentera

El sector vinícola es, junto al sector de cereales, el más importante a nivel de producción de toda la isla. No obstante, la pobreza de sus suelos, las escasas lluvias en las épocas primaverales y estivales y los fuertes vientos salinos junto con la presencia de la paloma torcaz -que en los últimos años ha devastado la cosecha en más de un 10%- dificultan el trabajo de la viña.

La variedad más cultivada es la monastrell. En una menor cantidad le sigue la garnacha tinta, la fogoneu, la valent blanc y la malvasía.

La variedad monastrell es típicamente mediterránea y llegó a las islas pitiusas en el siglo VI a. C.  con los fenicios. Es típica del levante español. Está muy extendida por el sudeste de Francia donde se le denomina mourvedre. Asimismo se encuentra en Australia, bajo el nombre de mataró, y también en viñedos de California.

Es importante señalar que las vides de monastrell, en su  mayoría, están plantadas con cepas de pie franco y que solo una pequeña cantidad lo es con cepas de pie americano.

Formentera tiene unas condiciones medioambientales diferenciadas del resto de las Islas Baleares. En 1891 se declaró oficialmente la filoxera por unos casos detectados en Llucmajor y Algaida pero nunca se llegó a documentar un caso de llegada de este pernicioso parásito.

Y la bodega…

Terramoll es una bodega familiar que empezó a elaborar vinos en el año 2000. Sus responsables, Arantxa Moll  y Jose L. Abelde, me hablan  acerca de su finca y de la isla y me explican que su objetivo es obtener vinos de calidad que reflejen el carácter de esta isla mediterránea.

La bodega está situada en el paraje de La Mola, en su parte más alta, rodeada de pinares, en una zona muy diferenciada del resto. El faro de la Mola, muy cercano a la bodega, preside su majestuoso acantilado, uno de los puntos más sublimes de la isla.

La finca cuenta con 14 Ha. que se reparten entre blancos de malvasía, moscatel, garnacha blanca, macabeu y viognier, y tintos de monastrell, cabernet sauvignon y merlot.

La bodega está dotada de unas instalaciones modernas y el edificio se adapta el estilo arquitectónico de la isla.

Hablamos de vinos

Es Monastir 2015-. Monovarietal de monastrell. Vendimia manual  y seleccionada en bodega. Crianza en barrica de roble de Allier durante 12 meses y 24 meses en bodega. Tiene un color rubí de capa media. Aromas a frutos rojos, maderas nobles, notas muy finas balsámicas y fondo mineral. En boca es un vino con mucha estructura, buena acidez y larga persistencia en boca. Es un vino limpio, fino, delicado y muy elegante. Marida estupendamente con todo tipo de carnes y con los típicos bullits de pescado. Producción de unas 1 000 botellas. PVP aprox.:  40 €.

Terramoll, una bodega en Formentera 2

 

 

Savina 2018-. Blanco joven elaborado con viognier, malvasía, garnacha blanca y muscat de grano pequeño. Vendimia manual y seleccionada en bodega. Se vinifica cada variedad de uva por separado. Es de color amarillo limón pálido. Buena intensidad en boca, en la que destacan  notas de fruta de hueso y, sobre todo, notas cítricas. En boca predomina la fruta blanca con un fondo de sotobosque y salinidad. Es fresco, limpio, fino y extraordinariamente goloso. Marida con todo tipo de pescados y mariscos, especialmente con langosta, arroces y carnes blancas. Producción de unas 9 400 botellas. PVP aprox.: 18€.

Terramoll, una bodega en Formentera 3

 

Rosa de Mar-. Rosado joven que se elabora con las variedades merlot, monastrell y cabernet sauvignon. Vendimia manual y seleccionada en bodega. Se vinifica cada variedad por separado. De color rubí pálido, yo diría parecido al color de las salinas. Es un vino que destaca en nariz por sus aromas a frutos rojos, cerezas y ciruelas, con notas balsámicas. En boca, fino, sedoso, goloso, con un buen final. Marida con pescados grasos, dorada, lubina, san Pedro,  arroces y  pastas. Producción de unas 2 500 botellas. PVP aprox.:  15€.

Terramoll, una bodega en Formentera 4

También elaboran Es Virot, un tinto a base de merlot y cabernet sauvignon, con 3 meses de crianza en barrica seminueva de roble francés. Y un vino blanco dulce a base de uvas sobremaduradas de garnacha blanca y muscat de grano pequeño.

 

Unos apuntes…

*Del más famoso embutido de las Islas Baleares, la sobrasada, prueben la que elabora en Sant Ferran de ses Roques la carnicería San Fernando, situada en la carretera que va a La Mola.

* El Hotel Five Flowers es de lujo, el primer 5 estrellas de la isla, cerca de la playa Els Pujols. El restaurante de la quinta planta, además de una excelente cena, posee las mejores vistas de la isla. Desde allí se ven las salinas, la playa de Ses Illetes, Ibiza, e incluso, en un día claro, hasta la bodega Terramoll. Fue inaugurado en Mayo 2019.