A todos nos gustan las celebraciones, ya sea la fecha de nacimiento, la de la boda -en algunos casos del divorcio-, la del nacimiento de un hijo o incluso si nuestro equipo preferido gana una copa, si ha subido la bolsa, si hemos adquirido una vivienda o si hemos recibido una herencia. Lo que siempre está presente son las burbujas y, en muchos casos, son de champagne. En esta ocasión celebramos que Veuve Clicquot celebra 200 años de historia.
Veuve Cliquot fue fundada en 1772 por Francois Cliquot, un rico propietario de vinos y champagnes. Madame Cliquot nació en una familia acomodada y en 1778 contrajo matrimonio con François Cliquot. Viuda al poco tiempo de casarse, a los 27 años, fue la mujer que se puso al mando de esta empresa en un mundo dominado por hombres. Ambiciosa, visionaria y pertinaz consiguió introducir el champagne en la corte rusa y después elevó el mito de su bebida a todas las cortes europeas.
Actualmente Veuve Clicquot exporta a 150 países, entre los que EEUU es su mayor consumidor. La extensión de su viñedo es de 515 ha. plantadas con las cepas tradicionales de la Champagne: pinot noir 42%, pinot meniere 11% y chardonnay 42%.
El lugar más íntimo son las cavas situadas en Reims, a una profundidad de 20 m construidas en la época galo-romana y en el siglo XVIII, su longitud total es de 24 km, que es casi la distancia entre Barcelona y Sant Sadurní de Noya…
En 1810 produjeron el primer vintage conocido, con vino de una sola añada. Las mejores añadas son 1846, 1928, 1955, 1975, 1976, 1985, 1988, 1989,1990, 2002 y 2004 . En 1818 innovaron con el método de la vinificación por “ensamblaje” de vinos tintos y blancos y se desmarcó de los rosados obtenidos por maceración de uvas tintas de zumo blanco y elaboró por este método el primer champagne rose.
Este año 2018, la Maison Veuve Clicquot nos invitó a una comida para celebrar el 200 aniversario de la primera y audaz creación de un champagne rosado de ensamblaje. Nos acompañó Pierre Casenave, enólogo de la Maison. Como aperitivos sirvieron stracciatella de burrata; falso tomate, albahaca y aceitunas negras; boquerones del Cantábrico con ajoblanco y reducción de naranja y uvas, acompañadas de Veuve Cliquot Yellow Label. Como entrantes, tartar de atún rojo de L’Átmetlla de Mar y cremoso de aguacate, vinagre de de arroz y caviar de esturión; maridado perfectamente con Veuve Clicquot Rosé. Como plato principal un tataki de presa ibérica, ponzu y parmesano que armonizaba estupendamente con un excelente Veuve Clicquot Vintage Rosé 2008. De postres sirvieron una espuma de coco con su crumble, piña salteada, albahaca, chile y granizado de piña, maridado con Veuve Clicquot Yellow label que si bien maridaba bien pensé que un Grand Dame Rosé hubiera sido perfecto. Brindamos por los primeros 200 años del champagne Rosé de la Veuve Clicquot y esperamos que se cumplan muchos más.
Por la noche, esto sí que es casualidad, en una de las muchas cadenas de televisión emitían la última versión de Asesinato en el Orient Express, un filme del pasado año 2017, dirigido e interpretado por Kenneth Branagh, como el detective Hercules Poirot, acompañado por Johnny Deep, Michelle Pfeiffer, Judi Dench, Penélope Cruz y un largo elenco de grandes protagonistas, basado en una de las mejores novelas de Agatha Christie. En la escena en la que todos los viajeros suben al tren, así como en la escena del almuerzo en el vagón restaurante, el champagne Veuve Cliquot, servido a todos los viajeros, es el auténtico protagonista de ambas escenas y la combinación de su etiqueta amarilla con la decoración del vagón en la que predominan las maderas nobles, me fascinó hasta el extremo de que pensé que si un día viajo en el Orient Expres seguro que pediré un champagne de Veuve Clicquot y si es posible la Grand Dame Rose de gran añada.