Adoro viajar, me encanta descubrir lugares y entender las circunstancias de las personas que viven en cada rincón. Cuando viajo abro mis ojos y mi mente: veo, huelo, toco, pruebo, intento ponerme en el lugar del otro… y al final entiendo su pasión, su alma, la esencia de su tierra, y eso me hace en ocasiones llegar a amarla tanto o más que la mía propia.
En uno de mis últimos viajes estuve en el Empordà, ubicado en el extremo nororiental de Cataluña. Es un paisaje lleno de contrastes, con los Pirineos al norte y el Mediterráneo a la derecha, el Mare Nostrum. Un espacio entre mar y montaña donde está muy presente el viento del norte, la Tramontana.
Es una tierra con paisajes espectaculares y de vértigo, con muchos espacios naturales protegidos y que cuenta con un litoral espectacular de playas y calas, la Costa Brava. Una zona de gran patrimonio histórico y cultural: como los menhires y monumentos megalíticos; las impresionantes ruinas de Ampurias, arte románico, arquitectura gótica; el Monasterio de Sant Pere de Rodes y su restaurante; los canales, los encantadores pueblecitos; el arte surrealista del gran genio Salvador Dalí… y cómo no, el arte que más me gusta: “el gastronómico”, con el sinfín de experiencias de los hermanos Roca en el Celler de Can Roca y del Bulli con Ferrán Adrià, ahora convertido en Fundación.
Los vinos
La D.O Empordà, 1975, es una de las denominaciones de origen más pequeñas y singulares de España. Con sólo 1.786 hectáreas, cuenta con 48 bodegas elaboradoras, y de muy pequeñas producciones pero de una gran singularidad entre ellas. De esta producción, los vinos tintos representan aproximadamente el 60%, los rosados el 17%, los blancos el 19% y los vinos dulces (las garnachas y el moscatel) el 4% restante.
Una zona muy especial que está subdividida en Alto Ampurdá -desde los Pirineos pasando por Roses, Ampuriabrava hasta L’Escala con sus anchoas-, y Bajo Ampurdá, que incluye La Bisbal y Palamós, con sus también famosas gambas.
Tiene una gran heterogeneidad de terrenos, en los que se distinguen varios tipos de suelos en general ácidos: los arenosos y pobres en materia orgánica, situados desde el nivel del mar hasta un máximo de 260m de altitud, que todavía conservan muchas de las viñas viejas, y dan vinos finos y elegantes. Los de origen aluvial que se sitúan en la llanura ampurdanesa. Los graníticos y pizarrosos, en las faldas de esas montañas a veces imposibles, de agricultura heroica y sin vértigo, y la Gresa, un tipo de suelo formado por arena y granito meteorizado que le aporta elegancia y gran complejidad aromática a los vinos.
Pero el rasgo climático más característico y con más impacto es el fuerte viento del norte, la Tramontana, con rachas que a menudo superan los 120 kilómetros por hora, y que tiene unos efectos muy beneficiosos para el buen estado sanitario de la viña, todo ello unido a inviernos suaves y veranos calurosos, atemperados por las brisas marinas.
En cuanto a sus uvas tintas, domina la cariñena o samsó, que constituye la base de la viticultura ampurdanesa junto con la garnacha tinta (denominada en la zona lledoner) y la gris. Estas variedades tradicionales se complementan con nuevas variedades que se van introduciendo, como son el tempranillo, cabernet sauvignon, cabernet franc, merlot, monastrell y syrah o la garnacha peluda. Entre las variedades blancas dominantes se encuentran la garnacha blanca o roja, macabeo o viura. En mucha menor proporción se encuentran el moscatel, el tradicional xarel.lo y, de nueva implantación, el picapoll, la malvasía, el chardonnay, sauvignon blanc y gewürztraminer.
La zona no es muy grande, pero sí quiero hacer hincapié en lo que he probado y creo que es necesario conocer para entender esta denominación de origen. Se trata, tan solo, de tener un punto de partida para empezar.
Mi selección de vinos
De bodegas Hugas de Batlle (Cólera) el rosado Cami d’en Poca Sang y los tintos 30.70, Coma de Vaixell, Coma Fredosa, Vall de Molinàs y Falguera, el de 2009 me gusta mucho. Y si tienes oportunidad prepárate con Edu Hugas y Josep Serra Pla para todoterrenos subiendo por laderas imposibles, y precipicios no aptos para los que tienen vértigo.
De Finca Garbet, de Castillo de Perelada -siempre es un gusto charlar con el enólogo Delfi Sanahuja y conocer su visión de los vinos-, y si hay posibilidad, catar en la montaña bajo su árbol, a 120 metros de altura, viendo La Cumella, una de las viñas más bonitas que he visto en esta zona, situada junto al mar. Finca Garbet y Aires de Garbet, una garnacha concentrada y de buena acidez con alma de tramontana.
No os olvidéis en esta zona también probar los vinos Coma Bruna, tres viñas Viejas y Terres Negres si podéis 2013 y 2014 respectivamente de Espelt Viticultors. ¡Os van a encantar! Están ricos, ricos. Y, por supuesto, Masía Carreras 2014, de Martín Fabra Carreras, esencia ampurdanesa en una botella.
En Arche Pages, estuve viendo las viñas donde elaboró Ull de Serp Macabeu 2015 y Ull de Serp Garnacha 2014, ambas de Finca la Closa, Bonfill. Estoy segura de que no os dejarán indiferentes.
Los vinos de Terra Remota, junto con Blanc dels Aspres 2016, S’ Alou 2013 y el vino dulce Bac de les Ginesteres de Joaquín Alberti, son proyectos que se deben conocerse de Vinyes dels Aspres. Y de la bodega 7 Magnífics nos encontarmos con Somiadors, un vino delicioso de viñas singulares que rinde culto al viento y la luna.
Merece mucho la pena detenerse en Vinyes d’Olivardots, la apuesta de una bodega de perfil ecológico que se centra en las variedades autóctonas y viñas viejas como la cariñena (con un viñedo de 1900) o en plantaciones de garnacha (blanca y gris), -me confieso totalmente enamorada-, y de cariñena blanca. La conducción de sus viñas es muy particular, una lira apoyada en unos soportes de hierro diseñados por el padre, que es ingeniero, para hacer frente a la tramontana. Uno de los valores más interesantes es la posibilidad de catar sus vinos en función de diferentes suelos, arena, granito y gresa. Sus vinos son poderosos y concentrados como el 6.13 de Cariñena Blanca (muy bueno), y el tinto de coupage de cariñena (40%), garnacha (30%), syrah (21%), cabernet sauvignon (9%) llamado Gresa (como el tipo de suelo que antes nombré). También son interesantes los tintos 1.1 o 2.1, ambos de cariñena, estas puntuaciones corresponden con los pagos y la variedad que tienen cada uno.
Celler la Vinyeta es una de las primeras bodegas de producción Integrada, un sistema de cultivo respetuoso con el medio ambiente, y practica el enoturismo. Gracias a sus actividades puedes conocer sus marcas Heus, Puntiapar y Microvins. Además de estos vinos, crían gallinas ampurdanesas aperdizadas -una especie minoritaria, que pone unos peculiares huevos oscuros y moteados que los comercializan con la marca Outòcton-; aceite de oliva virgen extra 100% de variedad argudell llamado Oil Fosc, y varios vinagres de vino llamados ¡Oju!.
Vins de Postal de Celler Cooperativa D’Espolla ha creado un concepto diferente y muy interesante para las cooperativas: la vinificación por pagos para sus socios. Con esta iniciativa, por fin puedes estar en una cooperativa y darle identidad propia a tus viñas, y no hacer esos “tótum revolútum”. Fincas como L’Escumador, El Beurac, Els Plans, Bassedes o La Cardonera se elaboran separadamente y se comercializan con la imagen de la finca/paraje… Un diez para el departamento de marketing. ¡Me encanta y además cada una tiene un carácter! Probadlas son terruño 100%, pero fáciles de beber.
Mas Oller y Clos d’Agon, aunque esta última es DO Catalunya y no Empordá pero como produce en la zona quería sacarla de esta enumeración. De Mas Oller los viñedos se sitúan alrededor de la masía en un paraje lleno de paz y armonía. Ellos, elaboran vinos con garnacha, syrah y cabernet sauvignon y las dos variedades blancas son picapoll y malvasía de Sitges (que me parecen muy curiosas). También tienen un aceite Olirium de arbequina & argudell delicioso.
En resumen, Empordá es mucho más de lo que aquí escribo. Te propongo que te lleves estas anotaciones y te animo a que te acerques a conocerla. O por lo menos ve a una vinoteca y atrévete a probar sus vinos, nacidos entre granito y arena pero con alma de tramontana. Son vinos de gente trabajadora, serios, con buena acidez, fruta y sabor a terruño, que estoy segura de que te van a gustar. Hay que abrir los ojos a otras zonas.
¡Ah! y recuerda garnacha blanca, tinta, gris o roja… ¡da igual! ¡estoy segura de que todas te van a encantar!