Falsarius Chef estrena libro y restaurante

Pilar Salas

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Creó la cocina «impostora», ésa que te hace quedar bien con los amigos bajo la ley del mínimo esfuerzo, y triunfó. Un blog, colaboraciones en medios nacionales, vídeos en Youtube y cinco libros convirtieron a Falsarius Chef en un ídolo para los que quieren comer rico sin manchar mucho la cocina. Vuelve a la carga con «El rey de las latas» y anuncia la apertura de su restaurante, Verbena, en El Puerto de Santa María, Cádiz.

Autor: Falsarius Chef
Editorial: Plaza & Janés
Número de páginas: 220
Precio: 17,90 €

Falsarius Chef

Solapa: «Más de 70 recetas que te ayudarán a sobrevivir día a día: desde la de atún a la de cocido, pasando por la de berberechos, la de champiñones, la de espárragos, la de tomate, la de almejas… Todo un abanico de latas que te harán la vida más fácil y deliciosa. Además de un repaso a las latas no comestibles que llenan nuestra vida: la lata del verano, la lata de las madres, la lata de los escotes… Y un decálogo para tratar con las conservas de la mejor manera posible. Falsarius Chef es el rey de las latas. Este libro es la prueba definitiva y demuestra lo que todos sospechábamos: comer es una maravilla, puedes seguir pecando tres veces al día aunque ya no tengas veinte años».

 

Crítica: El secreto del éxito de este vitoriano de nacimiento y gaditano de adopción, cocinero vocacional que guarda con celo su identidad bajo unas carnavalescas gafas con narizota, está no sólo en haber creado una cocina al alcance incluso de los públicos más reacios a los fogones, sino en aderezarla con un sentido del humor a prueba de abrelatas. En «El rey de las latas» deja correr un poco su vena literaria, quizá fruto de su pasado periodístico, y el resultado es un libro útil y ameno, dirigido especialmente a los poco avezados en la cocina, pero también a quien cuando el tiempo apremia no quiere renunciar a un plato original que tiene una conserva como base y que se complementa con ingredientes que están en todas las despensas. Cocina resultona y aparente.

Pero detrás de cada receta hay horas de trabajo, de prueba-error y de resultados que, en busca de la originalidad, la facilidad, el sabor, la calidad y la presencia, a veces acaban en la basura, admite con franqueza. Sus «víctimas», una cuadrilla de amigos que ejerce de conejillo de indias, tienen muchas veces la última palabra.

 

La receta de los Berberechos Sarkozy de Falsarius Chef
La receta de los Berberechos Sarkozy de Falsarius Chef

 

Falsarius Chef lo tiene claro: si una lata es buena, mejor no tocarla. «Si compras unos buenos berberechos, ábrela y a zampar», aconseja. Pero lo suyo es personalizar una lata de callos, «la bomba nuclear de las conservas», y convertirlas en callos de luxe o risotto castizo; customizar unos humildes champiñones con aires de Jerez, elevar las gulas a la categoría de las tortillitas de camarón, tunear una lata de fabada -él, que propone erigir un monumento al cocinero que creó la fórmula para Litoral- en una fabada para pijos o transformar el jamón de lata, «la versión molona y chula del jamón de york en lonchitas», en un jamón glaseado «de lujo y poderío a precio de saldo».

Cuando mira atrás, recuerda que le pusieron «verde» por esta cocina de batalla y algo embustera (recomendaba tirar las latas antes de que llegaran los comensales para no descubrir el engaño) y hoy las conservas han pasado de tener «mala prensa» a estar en las mejores cocinas. Al gladiador de las latas el tiempo le ha dado un poco de razón.

Las recetas salen con poco esfuerzo y presupuesto y sin necesidad de sifón, y el cocinero impostor tiene el aplauso garantizado entre invitados que no tengan un paladar excesivamente gourmet. El autor renuncia a las recetas que resultan demasiado complicadas porque, admite, su público busca la sencillez y quedar bien sin pasarse horas ni en el mercado ni en la cocina. Para otros menesteres, ya están los restaurantes.

Y ése es su siguiente paso. Falsarius Chef ultima la apertura del restaurante Verbena en El Puerto de Santa María, donde vive desde hace unos años. Comparte escenario con Ángel León, su Aponiente y su Taberna del Chef del Mar, ahí es nada. «Siempre me ha apoyado», asegura. Su pareja y él han invertido «los ahorros de toda la vida» para ofrecer conservas, por supuesto, pero también lo que denomina «cocina trotamundos», recetas pescadas de otros países pasadas por su concepción culinaria y por Cádiz.

Sus fieles seguidores lo saben: «no habrá pijaditas sino platos rotundos y gamberros». Puro estilo Falsarius.