Poderío en Marbella

Tribuna

Dicen que dinero llama a dinero. Pero también dinero llama a gastronomía. Hay dinero, mucho, en Marbella. Y tal vez sea esa la causa de que el nivel gastronómico de esta ciudad de la Costa del Sol sea tan alto. Hay también mucha morralla, demasiada, pero la lista de restaurantes con interés resulta especialmente amplia.

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Marbella perdió su ansiado tres estrellas cuando, nada más lograrlas, Dani García decidió echar el cierre para reconvertirlo en Leña, un asador. La verdad es que ese asador, en el que cené la semana pasada, tiene un nivel muy alto, tanto de servicio como de calidad en su cocina.

El 10 de junio abrirá otro Leña en Madrid, en el local donde estaba el añorado Santceloni. Ojalá esta sucursal madrileña se parezca más a la casa madre de lo que lo han hecho las otras dos propuestas del grupo Dani García en la capital, Bibo y Lobito de Mar. En cualquier caso, Leña, de momento, no tiene estrella y Marbella ha perdido tres en el cambio.

Estrellas que sí tienen otros tres restaurantes marbellíes: Skina (con dos), Messina y El Lago. Precisamente el propietario de Skina, Marcos Granda, acaba de abrir un japonés, Nintai, con un menú omakase para sólo doce personas que me ha gustado mucho. Granda, asturiano, tiene también un buen restaurante en Ribadesella (Ayalga), y otra estrella Michelin en Madrid (Clos). Y en estos trasvases entre ciudades, Mauricio Giovanini, chef y propietario del citado Messina, acaba de abrir esta misma semana en Madrid su Bar de Fuegos, apostando por la moda de las parrillas.

Pero en Marbella hay vida fuera de las estrellas. De lo que he podido visitar estos días, ambicioso y con mucho recorrido Boho Club, en el hotel del mismo nombre, que tiene al frente a un cocinero sólido y de largo recorrido, Diego del Río, centrado en el producto local. Cocina de calidad y una oferta de vinos sobresaliente. Estupendo también La Milla, un chiringuito en la playa reconvertido en restaurante de alto nivel donde las palabras producto, proximidad y respeto alcanzan cotas muy altas.

Como las alcanza, en cocina japonesa, Ta-Kumi, uno de los grandes nipones de España. Y más sitios, desde gastrotabernas como Back Tapas, Kava o Primeria Selection, hasta sencillas casas donde bordan las frituras como Merchán o El Ancla. En Marbella hay poderío económico, pero también gastronómico.