Por la alfombra roja del teatro Cervantes de Málaga han desfilado estos días algunos de los mejores activos de la industria española del cine. Carlos Saura, Ernesto Sevilla, Carmelo Gómez, Itziar Castro, Pepón Nieto o Luis Tosar han visitado la capital de la Costa del Sol para participar en las bodas de plata del Festival de Málaga, para presentar sus nuevos trabajos y brindar por el cine. Porque brindar, brindaron. No pongo la mano en el fuego por todos, sí por algunos de ellos, pues un servidor vivió el certamen en primera persona y no desde la zona de prensa.
Junto a los compañeros de Cultibar participé en la sección Cinema Cocina del Festival donde presentamos y luchamos por un premio -que finalmente han conseguido los films El nidal y El club de los cantineros- con el cortometraje “BarMad. Las 7 diferencias”, un documental que visita 14 bares de Barcelona y Madrid para mostrar características y reflejar realidades. Gustó y estamos contentos. Veremos ahora dónde se emite. Fuimos el martes a presentarlo y estuvimos tres días, suficientes para captar el idilio entre cine y gastronomía que vive la capital malagueña, para captar cómo su gente y los recién llegados compartían y celebraban. Porque de eso va la gastronomía, y el cine.
Las proyecciones de la sección oficial Cinema Cocina se desarrollaban en el teatro Echegaray, no en el Cervantes que acogía las grandes producciones, pero la vida sí se hacía en común en la carpa habilitada para asistentes en el lateral del segundo o en cualquier bar del centro de la capital. Allí, las identificaciones brillaban en amarillo chillón y las copas chocaban, facilitando charlas animadas con lugareños felices.
El Festival de Málaga lleva 25 años iluminando la ciudad, los cinco últimos acompañado de Cinema Cocina. Esto por obra y tesón de Álvaro Muñoz, un emprendedor local que empezó en 2013 Málaga Gastronomy Festival y que consiguió años más tarde anexionar su pata videográfica al festival. “La gastronomía interesa, al público y a Málaga, y esta edición ha sido la de su consolidación”. El Culinary Cinema del Festival San Sebastián no está solo.
Y no lo dice un servidor por haber participado, que también, lo dice la calidad y cantidad de proyectos visionados y presentados, en palabras de Muñoz. “Ha sido la edición donde más proyectos nos han llegado, y la de más calidad y versatilidad en las propuestas, que en muchos casos han puesto el foco en otros agentes de la cadena de valor gastronómica”. Finalmente, la organización –con Muñoz al frente- seleccionaba 14 -siete cortos y siete largos- procedentes de todo Iberoamérica, de España, Colombia, Uruguay, Argentina, México, Panamá o Venezuela.
Entre otros, participaban films cuyos protagonistas eran los hermanos Joan, Josep y Jordi Roca (Sembrando el futuro, de Alberto Utrera), la estirpe familiar de los Subirós de El Motel Empordà (La cocina de los hombres, de Silvia Subirós) o la chef María José San Román (María José San Román. La esencia de lo sostenible, dirigido por Manuel Sánchez y Vicente Seva).
El nidal y El club de los cantineros, Biznagas de Plata
Compartían cartel con La pasión artesanal (de Roberto Manuel Barba), que redescubre la antigua forma de hacer cerveza artesanal en Perú; El nidal (de Michael James Wright y Ashley Fell), que relata el proyecto enoturístico mexicano homónimo, o El club de los cantineros (de Jorge Peña), que muestra la historia de la asociación –cubana- de barman más antigua del mundo. Éstos dos últimos se han llevado las Biznaga de Plata al mejor cortometraje y al mejor largometraje, respectivamente.
No coincidí con sus protagonistas en la carpa ni en los bares, tampoco en la cena de gala que la organización organizó el jueves en el Gran Hotel Miramar para festejar la edición. Cena de la que disfrutaron, entre otros, los participantes del festival Joan Roca, María José San Román y Jaume Subirós junto a figuras del cine y la cultura y Fernando Sáenz de Della Sera (Logroño), Dani Carnero de Kaleja (Málaga), o Pedro Aguilera del original Mesón Sabor Andaluz (Alcalá del Valle), nominado a Cocinero Revelación de Madrid Fusión 2022.
Ellos seguro que sí brindaron y disfrutaron, en el Hotel Miramar y en los bares y restaurantes de Málaga. Que hay, muchos y buenos. A Cultibar nos llegó alguna que otra invitación para que nuestro próximo repor fuera de bares de la capital malagueña, de México DF también nos dijeron, o de Berlín. No descartamos. Porque gastronomía y cine maridan. Porque siempre se puede brindar, en los bares de Málaga, en los de Madrid y en los de Barcelona.
(12) Barcelona y Madrid: Las 7 diferencias en los bares | TRÁILER de BarMad – YouTube