A Hilario Arbelaitz, después del cierre de Zuberoa (San Sebastián) en diciembre de 2022 y más de medio siglo en la cocina le llueven los merecidos premios. El último, el Nacional de Gastronomía Toda una vida que reconoce a quienes «con su trayectoria profesional han contribuido de manera extraordinaria a la gastronomía española en cualquiera de sus facetas».
En este caso ha sido por ejercer de maestro de cocineros y deleitar a su clientela con platos convertidos en iconos como su foie gras con caldo de garbanzos y berzas, la ostra guillardeau o la tarta de queso, destaca el jurado con la presidenta de la Real Academia de Gastronomía, Lourdes Plana, al frente, que ha anunciado este viernes su veredicto.
Cocinero autodidacta que aprendió de su madre y de su tía, supo llevar esa tradición vasca al presente sin estridencias y hacer del caserón centenario de Oiartzun, junto con sus hermanos Eusebio y Jose Mari, uno de los destinos gastronómicos más apreciados por el público nacional e internacional.
Hilario Arbelaitz recogerá ese Premio Nacional de Gastronomía 2023 el 3 de octubre en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, junto a otros galardonados que la Real Academia de Gastronomía irá anunciando a cuenta gotas hasta entonces.
Pero antes ya recibió, junto a sus hermanos un homenaje en la pasada edición de Madrid Fusión, donde Hilario destacó que su integración en la Nueva Cocina Vasca supuso un escaparate para su trabajo. Ese movimiento, dijo, «fue clave para que en España se cocinara mejor».
En la gala de presentación de la Guía Repsol celebrada el pasado febrero en Alicante recibió un sol honorífico igual que Abraham García (Viridiana, Madrid), quien en principio tiene previsto cerrar su restaurante después del verano. Ambos han cumplido ya más de 70 años y se merecen, además del descanso, todos los reconocimientos que les vengan por sus aportaciones a la gastronomía.