Hasta 14 incendios forestales calcinan en los últimos días la provincia de León. La violencia del fuego no ha respetado vidas humanas (hay un voluntario fallecido, varios heridos en estado crítico, miles de afectados), ni monumentos naturales, ni tampoco animales o cultivos. Desde ayer y todavía a estas horas, José Gordón, alma de la Bodega El Capricho, se multiplica para intentar poner a salvo sus bueyes y vacas y controlar los daños causados en los campos de cereal con que los alimenta. «No puedo parar mucho», dice apurado, mientras da indicaciones. La periodista sabe que estorba; la conversación es breve. Su finca tiene 50 hectáreas y cinco grandes cercados para los bueyes y vacas que cría con mimo durante años.
«Los animales los hemos puesto a salvo porque hemos podido abrir las puertas de los cercados para que salieran. Confiamos en que volverán, pero el fuego todavía no está extinguido. Por ahora hemos perdido los cultivos de cereales que todavía no se habían cosechado, y tenemos una preocupación enorme, no solo por nosotros, sino por todos los afectados por el incendio», comentaba. De hecho, en sus redes sociales Gordón no se ha lamentado de su propia suerte, sino de la de toda la provincia, y en particular, del fallecimiento del joven bañezano Abel Ramos, muy querido en la comarca, y sorprendido por el fuego mientras colaboraba como voluntario en el intento de extinción del incendio de Castrocalbón, que se había extendido desde la provincia de Zamora. «Ayer, nuestro querido pueblo vivió una de las horas más oscuras de su historia», señaló en un vídeo posteado en Instagram.
Esta misma mañana, Gordón ha recibido la llamada de Luis Lera, cuya provincia también lucha en las últimas horas contra cuatro incendios. «Por suerte a nosotros no nos llega, porque en Castroverde de Campos apenas queda vegetación, pero estamos a 50 kilómetros del fuego, y sentimos como si nos quemáramos nosotros, como si nos estuvieran desterrando de nuestra tierra. La España vaciada empieza a ser una España excesivamente castigada», dijo.
Luis Lera, elegido alcalde de los cocineros rurales en Terrae Gran Canaria, congreso internacional de gastronomía rural, fue contundente: «el abandono de la ganadería extensiva, de la agricultura y de los entornos forestales hace que la tierra se quede desprotegida. La provincia de Soria tiene muchas hectáreas de bosque, una gran cubierta vegetal, y no está sufriendo los terribles incendios que tenemos aquí. ¿Por qué? Porque hay aprovechamiento forestal y el campo se cuida. Aquí lo único que llega son sembrados de placas solares y de energías renovables. Llega un punto en que uno piensa que 14 incendios simultáneos no pueden ser una casualidad. En todo caso, las políticas públicas agrarias son un desastre, y lo peor es que tenemos pocas voces para exigir cambios, pero toca levantarse para luchar o tirar la toalla», dijo.
Con respecto a los daños causados por el fuego a animales como los de José Gordón y otros ganaderos, Lera recordó que «no se trata solo de los daños físicos que puedan sufrir, sino del estrés, del tremendo sufrimiento causado. No se puede saber cuánto tarda un animal en recuperarse de un trauma así, y cuánto tardaremos las personas», sentenció.