Josean Martínez Alija en portada de "The New York Times" - Redacción

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Josean Martínez Alija en portada de «The New York Times» – Redacción 0
La portada de la edición digital de «The New York Times»

La periodista Lisa Abend, experta gastronómica del prestigioso diario ‘The New York Times’ afincada en España, visitó Bilbao el pasado verano. No era la primera vez pero la experiencia debió marcarle porque regresó a mediados de septiembre con la intención de escribir un artículo en el que recoger todas las experiencias culinarias que había vivido. El resultado está en los kioscos de medio mundo y no puede ser más halagador para los restaurantes de la ciudad.

El reportaje, titulado ‘Bilbao no es solo el museo’, realiza un pormenorizado repaso a cuatro «restaurantes emergentes» abiertos en Bilbao en los últimos años: el Guggenheim, el Azurmendi, el Mina y el Bascook. «Es razonable hablar de un nuevo y completo ‘efecto Bilbao’ (en referencia al museo de Gehry), que en este caso está teniendo lugar en las cocinas de la ciudad», describe la reportera. De hecho, asegura que Bilbao está recortando distancias con la gran meca de la gastronomía vasca, San Sebastián, a la que ya ha «desafiado» en su supremacía turística. «Todavía no les hemos igualado, pero espera solo un par de años», le confiesa al más puro estilo bilbaíno Josean Martínez Alija, responsable de los fogones del Guggenheim.

Esta revolución es responsabilidad de un «puñado de jóvenes chefs» que sienten una «profunda conexión» con los productos locales, como «la cebolla roja de Zalla o el pollo ‘Euskal oiloa’. Esto les permite desarrollar un tipo de cocina que ha convertido a la capital vizcaína «en el foco más activo del movimiento ‘slow food’ de todo el país».

Lisa Abend no se limita en su artículo a teorizar sobre la gastronomía bilbaína, sino que se sienta a la mesa, saborea y describe los platos que conquistaron su paladar. En el local de Martínez Alija, «el chef más radical de España», quedó seducida por las endibias confitadas, un claro ejemplo de que este cocinero «despliega técnicas en vez de usar aditivos para crear nuevas texturas».

En el Azurmendi de Larrabetzu quedó deslumbrada por la ostra servida con agua de mar destilada de algas, el postre ‘Musgo en la pared’ y un puñado de platos tradicionales vascos (kokotxas entre ellos) perfectos para aquellos «que se echan a temblar cuando ven nitrógeno líquido».

Platos para compartir

Álvaro Garrido y Lara Martín son los responsables del Mina, un local que «tiene exactamente las cualidades que esperas descubrir cuando viajas: una ubicación modesta, una inesperada y excelente comida y, principalmente, pasar desapercibida para las masas». «Solo tiene dos menús, elaborados con lo que está disponible en el mercado situado al otro lado del río», destaca Abend, que aún recuerda el postre de crema de azúcar moreno rematado con un sorbete de mandarina, «lo suficientemente rico para hacerte olvidar que acabas de comer seis platos».

El Bascook, según la periodista estadounidense, ofrece un menú «diferente al resto», que incluye unos «cuantos platos sencillos bien preparados, como unos berberechos frescos asados con humo dulce». El restaurante de Aitor Elizegi «es el lugar perfecto para compartir unos platos con los amigos» y pretende convertirse «en el A Fuego Negro (un local de San Sebastián de pintxos modernos) de Bilbao».

Fuente: El Correo»