Roses celebra la vida y el legado de Juli Soler en un emotivo homenaje

Unas 300 personas llenan el Castillo de la Trinidad en un acto que celebra el legado del cofundador de elBulli y su contribución decisiva a la revolución gastronómica mundial

7Caníbales

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Roses se volcó este viernes en un homenaje tan sentido como multitudinario a Juli Soler, figura clave de la revolución gastronómica que transformó para siempre la manera de entender la sala y la experiencia culinaria. Diez años después de su fallecimiento, más de 300 personas —familiares, amigos, cocineros, sumilleres, empresarios y representantes institucionales— llenaron el Castillo de la Trinidad para celebrar su memoria y reivindicar su legado.

El acto, organizado por la Associació d’Empresaris Roses–Cap de Creus, la Associació d’Hostaleria de l’Alt Empordà y el Ayuntamiento de Roses, reunió a nombres esenciales del mundo gastronómico y a muchos de los compañeros de viaje que compartieron con él la aventura de elBulli. Entre los asistentes destacaron Ferran Adrià, Josep Roca, Ferran Centelles, Albert Adrià, Mateu Casañas o Toni Gerez, además de los hijos de Juli, Rita y Panxo Soler, que participaron en una conversación coral llena de humor, anécdotas y emoción.
Con la periodista Cristina Jolonch al frente, la velada se alejó de la nostalgia para centrarse en la celebración: la del hombre que cambió la mirada sobre el servicio, que situó al cliente, al vino y al equipo humano en el centro de la experiencia gastronómica. Un visionario que supo combinar rebeldía, elegancia y cercanía, y que convirtió el oficio de sala en arte y emoción.

Durante el homenaje se proyectaron varios vídeos conmemorativos producidos por la empresa ampurdanesa Visual 13, que recordaron la personalidad única de Soler: divertida, transgresora, generosa e irrepetible. El momento más emotivo llegó con la lectura de un texto de Josep Roca, quien definió a Juli como “el alma libre que nos enseñó a mirar al comensal con respeto, humor y cariño”.

Horas antes, en el puerto pesquero de Roses, se había descubierto la placa “Espai Juli Soler. Aula Gastronòmica de Roses”, un espacio dedicado a la formación, la creatividad y la promoción gastronómica. Con esta iniciativa, impulsada por el Ayuntamiento y el empresariado local, el municipio perpetúa el nombre de Soler como símbolo de innovación, hospitalidad y pasión por la vida.

La jornada concluyó con una degustación de productos del territorio, vinos de la zona y cócteles del bartender Manel Vehí, acompañados por la música de Panxo Soler y el DJ Adrià Giner. En el aire, entre brindis y sonrisas, flotaba la sensación de que Juli seguía allí, invisible pero presente, recordando a todos que la hospitalidad —cuando es auténtica— puede ser una forma de arte y de amor.