La compra a domicilio

Tana Collados

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Desde estas páginas, los Caníbales hemos venido hablando de uno de los grandes temas de la cocina de hoy, la cuestión que, de manera genérica llamamos «producto». El tema, es sabido, da para mucho, pero como observadores de la realidad gastronómica hemos puesto el acento en la dificultad -creciente- de acceder a una materia prima de calidad.

Producciones intensivas, escasez de recursos marinos ( o sea, menos pescado y más pequeño),….o la lógica del mercado global que provoca que sea más fácil encontrar manzanas «fuji» de China antes que las de las comarcas vecinas… todo ello afecta y condiciona las cocinas profesionales, pero, de igual modo, las domésticas. En Cataluña existen varias explotaciones agrícolas (la mayoría, pioneras, de cultivos ecológicos) que llevan sus productos a domicilio. De acuerdo a un pacto previo, los compradores reciben en sus casas una o varias cajas semanales con frutos y hortalizas según lo que haya en la estación.

Cada semana, en el día acordado, aceptan una caja sorpresa. Hasta ahora la clientela de este tipo de compra-venta la formaban profesionales liberales, no necesariamente adinerados y, generalmente, más preocupados por la salud que por la gastronomía. Pero ese «nicho» de mercado parece que se ensancha. En Barcelona, con la sede social en la parte «alta» de la ciudad, se ha presentado el club de la fruta y la verdura, Disfruta&Verdura. Los impulsores de esta iniciativa, con huerta en Cambrils, no hablan de compradores y vendedores, sino de socios; más de 700 en Barcelona y en Madrid que apuestan por recibir, con la misma dosis de sorpresa, lo que de la huerta. Aunque en este «club» hay ciertas diferencias, como la posibilidad de visitar las tierras con la familia, o alquilar el local social para actos gastronómicos, la motivación es la misma; ahorrar el tiempo de la compra y recibir en casa productos sanos y de origen conocido. El precio de las cajas es fijo y allá cada cual si lo considera caro o barato.