Los “Casacas Rojas” la vuelven a armar – Redacción

Redacción

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El pasado 21 de mayo tuvo lugar en Barcelona una actividad insólita. La asociación Tour Gastronómico (TG), conocidos como los «Casacas Rojas» (entrevistados en 7caníbales recientemente), volvieron a montar uno de sus festivales gastronómicos por todo lo alto. Sin duda, un hecho sin precedentes en la ciudad condal: el «Día del Casaca Roja».

Vía Veneto
Vía Veneto

La celebración consistió en comer, y de forma simultánea, en 16 restaurantes de la ciudad con un tema como hilo conductor: la simbiosis entre la restauración y el movimiento asociativo de TG. Con esta actividad quisieron homenajear a todos sus 52 socios, que consideran el mejor patrimonio de la asociación. Pero la cosa no acabó ahí, ya que para tan memorable ocasión leyeron un manifiesto a favor de la gastronomía en cada uno de los restaurantes y finalizaron la jornada con un masivo encuentro para compartir las emociones vividas. Los casacas aseguran que esta idea se generó porqué «estamos muy sensibilizados con el tema de la crisis económica y creemos que es una buena idea para fomentar que la gente vaya a comer fuera».

Hofmann
Hofmann

El día empezó en la fábrica Damm, donde se dio el pistoletazo de salido al «Día del Casca Roja» con la lectura del manifiesto y, posteriormente, el grup de 80 comensales, formado por cascas y amigos, se dividió para copar los 16 restaurantes:

Àbac, Alkimia, Cal Pep, Can Pineda, Comerç 24, Fonda Gaig, Freixa Tradició, Gorría, Granja Elena, Hofmann, Koy Shunka, Moo, Petit Comitè, Rías de Galicia, Shangai y Vía Veneto.  

Freixa Tradició
Freixa Tradició

Todo un lujo. Finalmente, se juntaron todos en el Hotel OMM para comentar como había ido la fiesta en cada restaurante, explicar como había reaccionado la gente en las lecturas del manifiesto, valorar la implicación del cocinero y de la gente…

Koy Shunka
Koy Shunka
Gorría
Gorría

Adjuntamos el manifiesto del «Día del Casaca Roja»:

Manifiesto del Tour Gastronómico en pro de la gastronomía

Desde el humilde convencimiento de que la gastronomía constituye un pilar fundamental de la cultura y de la economía de nuestro país, el TG es sensible a la difícil realidad que, actualmente, atraviesa el sector gastronómico.

Vivimos tiempos agridulces; no hemos de olvidar que el alto nivel alcanzado por nuestra cocina satisface un múl­tiple e innegable papel potenciador del país, no sólo por la defensa de la alta calidad de los productos propios, sino porque conlleva la proyección internacional tanto de la oferta turística de cierto nivel, ante la denostada oferta de turismo de sol y playa, como de la industria agroalimentaria, incardinando sinergias del sector de producción con el de servicios, y huelga recordar que éste último es uno de los mayores referentes económicos en la generación del PIB nacional.

Los casacas rojas somos amantes de la cocina, con independencia del calificativo, más o menos técnico, artístico o meramente simbólico que se le quiera dar. Si en cuestión de gustos no hay nada escrito, aunque en realidad se hayan derramado verdaderos ríos de tinta sobre el particular, no lo vamos a escribir nosotros. No obstante, si que tenemos una idea clara de lo que nos gusta y de lo que nos decepciona, que de todo hay.

Divergimos de discusiones innecesarias que en nada contribuyen al fin común de la gastronomía, y de la conve­niente unidad del sector en estos tiempos de crisis. En todo caso, entendemos que el respeto a la calidad debe estar siempre en un lugar preferente del ideario gastronómico; y, que un gran producto al que se dedica una gran elabo­ración sólo puede ser el magnífico resultado de la entrega profesional de todos los participantes en su proceso. Nos inclinamos pues por el respeto hacia las diferentes tendencias de la gastronomía, la pluralidad de sus técnicas y de los conceptos que la engrandecen.

Todos somos plenamente conscientes del esfuerzo económico que supone para los restauradores mantener abiertas sus salas, en momentos en que se van notando, cada vez con más rigor, los efectos de la crisis de económica; y con ello, la necesidad de reconocer el mérito que merece su innegable competencia a la hora mantener los estándares de calidad de los productos, elaboración y servicio. Por ello, lamentamos que la administración pública no pueda, o no sepa, colaborar más activamente en la defensa del sector, o, cuando menos que no se implique con igual efica­cia que en otros sectores de la economía.

Desde el TG se quiere potenciar la gastronomía de a pie, la que visita y consume en los diferentes establecimien­tos, la del comentario con el cocinero en la sobremesa, en detrimento de aquella otra que, aunque siempre digna de respeto, se escuda en el anonimato de un blog para decir las cosas que no se atreve a decir en el propio estableci­miento.

Animamos a todos a «hacer mesas», a vivir la gastronomía «in situ», a sentirla y compartirla. Esta es sin duda la mejor hoja de ruta de cualquier gastrónomo.

Con el simbólico acto de hoy, rendimos el homenaje que merece este sector; pues, aunque para los casacas la gas­tronomía constituye algo más que un motivo de disfrute de sensaciones agradables, los profesionales de la gastro­nomía son los verdaderos artífices de que un buen día se nos ocurriera gritar al unísono:

FESTIVAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAL! 

Gracias a todos ellos, por contribuir a nuestra felicidad.

 

Can Pineda
Can Pineda