La Academia Catalana de Gastronomía entra en su segundo mandato triunfal

El 27 de mayo del 2016, publiqué en esta revista, el artículo “La Academia sale de las catacumbas”. Hoy me congratulo de poder afirmar rotundamente, que “La Academia catalana de gastronomía entra en su segundo mandato triunfal”.

La Academia Catalana de Gastronomía entra en su segundo mandato triunfal 0

Hemos de celebrar que no me equivoqué en mis pronósticos y efectivamente este primer mandato, presidido por el conocido prócer Carles Vilarrubí, ha consagrado la institución, llevándola al sitio que le corresponde en el seno de este selecto grupo de “corporaciones de derecho público”, entre los que nuestra institución ha dado los pasos necesarios para ser reconocida entre esta exigente élite intelectual del país.

Por primera vez en la historia de la entidad, un presidente que opta a la reelección se ha tomado la molestia de dirigir a sus electores un extenso escrito programático, destacando su compromiso con estos tres puntos:

1 – Trabajar para una Academia concebida como elemento

2 – Continuar con el desarrollo instituciona

3 – La “ACGN” como instrumento de utilidad para el sector, el país y todos aquellos que conforman su universo gastronómico.

El hecho de haber circulado este completo documento programático es de gran mérito, porque sin oposición posible, no tenía ninguna necesidad de esforzarse hasta este extremo insospechado por anteriores candidatos a esta presidencia.

Y a tal señor tal honor.

Para este segundo mandato Vilarrubí ha sabido rodearse de la más cualificada “taula directiva” que jamás haya tenido la institución y lo digo como ex vicepresidente de la entidad. Me consta que figuras ilustres, entre los miembros de etapas anteriores, reusaron estar en la junta, presumiblemente, por no ver la entidad adecuada en el presidente de turno.

Adornada por una potente “cuota femenina” hoy Vilarrubi ha conseguido fichar para una de las vicepresidencias de esta renovada “taula directiva”, a la gran chef Carme Ruscalleda. Ninguna en la historia ha sumado tantas estrellas Michelin como ella. Otro de los fichajes como la doctora Montse Folch es una dama que habla de su especialidad desde un alto nivel gastronómico, aportando el conocimiento de aquellas personas que sin remilgos no renuncian a la experiencia de ingerir todo tipo de alimentos.

En fin, Vilarrubí se ha rodeado de un núcleo de élite que, sin duda, no habría aceptado ser presidido por según quien de sus predecesores.

Hemos de augurar pues una impresionante cadena de éxitos renovados, todos ellos centrados en iniciativas que sin duda han de ser útiles a este colectivo tan afectado por las consecuencias de la pandemia.