La agricultora de 23 años que ha puesto en pie a la gastronomía española

“Vivir del campo no puede ser un acto de resistencia”, reclama Pilar Pascual al recoger el galardón al Talento Joven en los Premios Nacionales de Gastronomía entregados en Granada

Tiene solo 23 años y logró arrancar al auditorio la ovación más larga de la noche. Este lunes se entregaban en Granada los Premios Nacionales de Gastronomía, en una ceremonia que por primera vez salía de la capital para celebrar la riqueza y diversidad de la cocina española. En el Palacio de Congresos se reunieron chefs de renombre, académicos, prensa especializada y representantes de todos los niveles de la administración, desde el Gobierno de España hasta el Ayuntamiento de Granada, pasando por la Junta de Andalucía y la Diputación. “Pocas veces nos ponen un altavoz tan directo ante políticos y gente influyente, y cuando te lo ponen hay que aprovecharlo”, reconocía después del evento Pilar Pascual —@agripilar en redes sociales—, ingeniera agrícola, agricultora y ganadera galardonada con el premio Talento Joven.

 

Entre el rosario de agradecimientos y palabras de cortesía habituales en este tipo de ceremonias, la joven lanzó un aldabonazo en defensa del sector primario que sacudió a los asistentes. “Vivir en el medio rural no puede ser un acto de resistencia, sino una opción de vida viable”, reclamó, mostrando una fotografía de David Lafoz, el joven agricultor y activista encontrado muerto en su finca el pasado mes de julio, tras colgar en las redes sociales un mensaje de despedida en el que denunciaba “la presión económica, fiscal y emocional” a la que se sentía sometido como pequeño agricultor autónomo. “Que ser valiente no salga tan caro y que producir alimentos no sea cosa de gente valiente”, clamó Pascual desde el escenario, arrancando un aplauso que se prolongó durante varios minutos.

 

“Alguna vez en tu vida necesitarás un arquitecto o un médico, pero al agricultor y al ganadero los necesitas todos los días, tres veces al día”, advirtió Pascual, reclamando para los de su oficio una consideración social y una protección por parte de la administración que hoy echa en falta. “No podemos levantarnos antes del amanecer para alimentar al mundo y además ser gestores de una burocracia cada vez más complicada”, lamentó.

 

Nieta de agricultores y ganaderos, pertenece a una generación cuyos padres se vieron empujados a abandonar el pueblo en busca de “algo mejor”. Tras formarse y viajar por el mundo, ella ha decidido volver para fundar una explotación agrícola donde produce pistachos y una ganadería extensiva. Apuesta por la venta directa al consumidor final para eludir los abusos de las grandes distribuidoras y da a conocer su trabajo a través de las redes sociales, donde acumula decenas de miles de seguidores.

 

Historia y creatividad

 

Su galardón al Talento Joven en esta 51ª edición de los Premios Nacionales de Gastronomía es una muestra de que hay una generación dispuesta a vivir del campo, aunque necesita que se lo pongan más fácil. Pascual era la más joven de un palmarés que distinguió también al chef Paco Morales, la sumiller Audrey Doré, el equipo de sala del madrileño Horcher, la investigadora María Ángeles Pérez Samper, el comunicador David de Jorge y el veterano Francisco López Canís, fundador del Grupo Gourmets. Granada fue elegida como sede de esta primera ceremonia fuera de Madrid para subrayar “el carácter nacional de unos premios que celebran que la gastronomía es cultura”, en palabras del presidente de la Real Academia de Gastronomía, Luis Suárez de Lezo.

 

El chef Paco Morales, reconocido por su labor de recuperación de los sabores de la cocina andalusí, quiso tener un recuerdo para sus orígenes en el negocio familiar de Córdoba: “un humilde asador de pollos donde mis padres trabajaban de sol a sol”. Consagrado como una de las grandes figuras de la cocina española —en un año en que además ha recibido la tercera estrella Michelin—, Morales recordó que “gran parte de este premio es para Rosa Tovar, documentalista e historiadora que a lo largo de estos años me ha acompañado” en la labor de investigación que sustenta su trabajo creativo. Otra historiadora, María Ángeles Pérez Samper, catedrática emérita de la Universidad de Barcelona, recibió el premio a la Investigación e Innovación tras una vida dedicada a bucear en la historia de la gastronomía. “La necesidad vital de comer es lo que mueve el mundo”, recordó.

 

La sumiller Audrey Doré estableció un vínculo entre la alta cocina y la hostelería de base. En su caso, el galardón llega tras ponerse al frente de Vii, un bar de vinos en el centro de Girona, después de años ejerciendo su labor en El Celler de Can Roca. “Me hace especial ilusión ser premiada ahora que soy tabernera, después de muchos años en un tres estrellas”, dijo. “Aunque el trabajo de los camareros se realiza desde la discreción —añadió— se agradecen estos momentos de visibilidad que pueden ayudar a despertar vocaciones”. En esa misma línea se expresaron Blas Benito y Raúl Rodríguez, responsables de la histórica sala del madrileño Horcher, al recoger su premio. Ejemplo de la vigencia de un servicio elegante y atemporal, animaron a los jóvenes a enrolarse en la profesión “porque hay muy poca cantera”.

 

El premio a la comunicación fue para David de Jorge, firma habitual en los diarios del grupo Vocento. Cocinero de formación junto a las grandes figuras de la Nueva Cocina Vasca, ha dedicado su trayectoria “a contar las bondades de mi oficio” en prensa, radio y televisión, con un estilo “irreverente, disfrutón y sin filtro”. El palmarés se completó con un premio sorpresa para la ciudad anfitriona, que se llevó el Bar FM, y con el galardón Toda una Vida concedido a Francisco López Canís, fundador del Grupo Gourmets. “España tiene una cocina fantástica y muy variada; debemos mantener nuestra identidad y no dormirnos en los laureles”, advirtió. Un esfuerzo, el de divulgar nuestra riqueza alimentaria, del que él fue pionero en los años setenta y que hoy continúa gente como la joven agricultora Pilar Pascual.

NOTICIAS RELACIONADAS